martes, 9 de febrero de 2010

¿Será verdad? Lorente y el posmachismo

Regreso al pretérito perfecto

http://www.lavanguardia.es/premium/epaper/20100209/53886072498.html

Miguel Lorente Acosta


Cuando la sociedad progresa, lo que ve una parte de la sociedad es aquello que ha perdido


El posmachismo busca recuperar el control social y que la desigualdad sea la base de la convivencia

La vía del pasado siempreestá expedita, el regreso a un tiempo o situación anterior sigue el mismo camino que utilizan los recuerdos para llegar al presente, por eso resulta tan sencillo transitarlo. Por el contrario, el futuro siempre ha colocado los obstáculos de lo desconocido al frente para hacer del camino un reto y del esfuerzo parte del compromiso para progresar, esa es la razón de que exista una parte de la sociedad que muestre reticencias a los cambios que implican dejar atrás las referencias tradicionales. Y cuando la sociedad progresa a pesar de la pasividad de ese grupo, con independencia de los logros y de las nuevas circunstancias alcanzadas, lo único que ven es aquello que han perdido desde el punto de vista individual.

La sociedad española se ha caracterizado en estos últimos años por un gran avance hacia la igualdad, y el consecuente retroceso de las ventajas de quienes habían obtenido sus privilegios sobre la desigualdad. Este logro ha permitido que el debate tradicional alrededor de la distribución de tiempos y espacios se haya superado, y que ahora lo cuestionado sea la propia identidad de lo que significa ser hombre y ser mujer.

La situación no es nueva, y como si se tratara de una especie de tercera ley de Newton social, cuando se producen acciones a favor de la igualdad se origina una reacción en sentido contrario y de intensidad similar al significado del avance, sin embargo, sí hay variaciones importantes respecto a las reacciones clásicas debido a la irrupción del posmachismo.

El posmachismo no busca afrontar situaciones individuales, sino recuperar el control social para que la desigualdad sea la referencia sobre la que articular la convivencia, por eso, mientras que en otras épocas las acciones críticas con la igualdad tenían un carácter particular y circunscrito a determinados contextos (familiar, laboral, académico…), ahora los planteamientos ocupan un lugar prioritario en la vida pública. Es el "cambiar para seguir igual" que han desarrollado históricamente quienes han gozado de privilegios para adaptarse a los nuevos tiempos y circunstancias sin renunciar a ellos.

En ese proceso de restauración del pasado se mandan dos mensajes: por un lado se muestra el avance de la igualdad como un ataque a las referencias tradicionales y, por lo tanto, cargado de injusticia; y por otro, se presenta la corrección de la desigualdad como manifestación de desigualdad en sí misma, al mostrarla como medidas dirigidas a favorecer a las mujeres a costa de los hombres.

Los argumentos posmachistas bajo esa doble referencia siguen una estrategia que busca la crítica a la igualdad, pero necesita algo más, una especie de escenario para que el planteamiento reactivo alcance una mayor credibilidad y visibilidad. Para conseguirlo propicia que desde determinadas instituciones o por parte de ciertas personas se lleve a cabo una especie de redecoración del presente en armonía con los enunciados que se lanzan. Los elementos utilizados suelen girar alrededor de la crítica a las mujeres, de la imagen de los hombres como víctimas de las circunstancias o de la minimización de las consecuencias de la desigualdad. Por ello, no faltan informaciones sobre la maldad de mujeres que, por ejemplo, manipulan a los hijos y a las hijas contra los padres, o incluso presentándolas directamente como maltratadoras en un intento de equiparar la violencia que sufren ellas a la que puedan padecer algunos hombres. Ni tampoco están ausentes los comentarios o acciones que minimizan esta violencia sobre argumentos como las denuncias falsas o reduciendo la magnitud de su resultado con interpretaciones jurídicas peculiares.

Todo ello permite que, a pesar de los logros alcanzados, de la clara decisión de la sociedad por avanzar más hacia la igualdad, del compromiso y unanimidad de las fuerzas políticas para combatir las manifestaciones de la desigualdad, todavía sigan apareciendo estos hechos como parte de un decorado pasado que trata de mostrarse como el escenario perfecto.

Esa es la clave del posmachismo, pero olvida que quien decide no avanzar hacia el futuro, al final retrocede hacia el pasado. No hay una posición estática en el proceso evolutivo de la sociedad, del mismo modo que no tiene vuelta atrás lo alcanzado en igualdad.

M. LORENTE, delegado del Gobierno para la Violencia de Género

1 comentario:

Enric Carbó dijo...

Con este lenguage, por un lado lleno de lugares comunes "políticamente correctos" (todos queremos igualdad) y por otro lado tan abstruso, donde se confunde lo personal y lo esctructural, el problema es que es muy difícil decir si será verdad o mentira. Para determinar la verdad o no de una afirmación se requiere que el lenguaje hable claro, y esto parece newspeak orwelliano.
Saludos