lunes, 18 de agosto de 2008

La cultura geek


Emerge una nueva tribu, fanáticos de la tecnología, con sus propios lenguajes, música, arte, cine y literatura


Josep Massot | LA VANGUARDIA Barcelona | 17/08/2008

Escritores como Michael Chabon o Junot Díaz, músicos como They Might be Giants o Weezer y cineastas como Darren Aronofsky se identifican con la cultura geek, un término intraducible al castellano nacido en Estados Unidos con sentido peyorativo y que hoy ampara una abigarrada multitud de locos por la ciencia o las nuevas tecnologías, solitarios en red con sentido reivindicativo. Chabon confesó a La Vanguardia que tuvo que cerrar sus webs, alarmado por el tiempo que consumía ante el ordenador comunicándose con otros navegantes.

La mayoría de los que se reconocen como geeks se lo toma con humor (el término ya es irónico). Hay consumistas: "Ser que consagra su mente y su bolsillo a los designios tecnológicos impuestos por los grandes fabricantes de su época", según un internauta anónimo. Otros son concienciados, como los hacktivists (juego de palabras entre hacker,pirata, y activista político). Utilizan el 2.0, predican las licencias libres y se sirven del Ubuntu, software libre, distribuido por Debian GNU/ Linux, promovido por Desmond Tutu y financiado por un mecenas sudafricano. Ubuntu (en zulú) quiere decir "humanidad hacia otros" o "yo soy porque nosotros somos".

Las caricaturas del geek convencional le presentan con gruesas gafas, camisetas con lemas irónicos y vaqueros o bermudas y como seres solitarios, obsesivos, ciberadictos, fanáticos de la última tecnología y de los mundos imaginarios.Tienen su propia cultura, libros, filmes, arte, música, lenguaje y forman una comunidad enchufada a la red, que prefiere (no todos), en primera opción, la comunicación virtual al contacto personal. Entre ellos hay fútiles disputas sobre su identidad: como sucedió con los beatnicks, los hippis o los punkies, no hay retrato robot que satisfaga a todos. Unos dirán que el geek más célebre es Bill Gates y otros sostendrán que se trata de una contracultura surgida en la universidad: ahora se alarga la vida de estudiante y se promueve la especialización en una sociedad de servicios.

Si los hippis querían volver a la naturaleza y los punkies vivían un presente urbano sin futuro, los geeks son solitarios y forman redes de comunidades de intereses (de FaceBook a weblogs sobre ciencia, tecnología, cómics o ciencia ficción). La sociedad de la información y de la alta tecnología ofrece la paradoja - palpable en la California de Sillicon Valley- de una mezcla de futurismo y medievalismo, de ciencia avanzada y de pseudosabiduría esotérica, con la búsqueda de un conocimiento interior, presuntamente profundo, entre el laptop (ordenador portátil) y el Grial.

Si se le da un despertador a un nerd, primero leerá el manual y luego lo utilizará aplicadamente; si se le da a un geek, pasará del manual, desmontará el reloj y tal vez le encuentre un nuevo uso. Benjamin Nugent acaba de publicar la historia del American nerd (Scribner) y Neil Fieneman Geek chic: the ultimate guide to the geek culture (Gingko Press), que dejan muy atrás un libro como Escape velocity: cyberculture at the end of the century,de Mark Dry. Nugent sitúa las raíces lejanas del nerd en los inmigrantes que llegaban a EE. UU. y no tenían más remedio que quemarse las cejas estudiando para salir de los guetos, pero también describe al nerd reciente de los barrios de moda de Brooklyn, con camisetas Talk me nerdy.Entre los antecedentes literarios remotos cita a Mary Bennet (la hermana mediana de Orgullo y prejuicio,de Jane Austen), Augustus Fink-Nottle de Right ho, Jeeves de P. G. Woodehouse, o Victor Frankestein, el científico que crea al monstruo de la célebre obra de Mary Shelley. En esta acepción, cerebros obsesivos, maquinales, comportamientos dominados por la lógica sin resquicio para la vida emocional, otros nerds podrían ser Mr. Spock de Star Trek o Gil Grimson de CSI.

Nerd era al principio el término despectivo que definía al empollón (o el sabelotodo, el pedante inveterado, el comelibros que quiere humillar a los demás con su saber). Está dotado para el estudio, autista, desdeñado por las chicas y socialmente patoso, el lado opuesto al modelo americano de joven atlético y socialmente encantador. Su antecedente, antes de la revolución informática, sería El profesor chiflado de Jerry Lewis; en los 80 se refleja en el Robert Carradine de La venganza de los nerds y en los años 90, el término varía e identifica más al tecnofascinado, al colgado de internet y a juegos de rol como Dungeons & Dragons y la ciencia ficción, como el protagonista de La breve y maravillosa vida de Oscar Wao,de Junot Díaz, un nerd de gueto latino, tímido, obsesivo de los cómics de Marvel, los manga y la ciencia ficción más infame, el Jeff de Los Simpsons o Enjuto Mojamuto de Muchachada Nui.

Otra definición de geek: "alguien que persigue la habilidad (especialmente la habilidad técnica) y la imaginación, en vez de la aceptación social de la mayoría. Los geeks habitualmente padecen una versión aguda de neofilia (sentirse atraídos, excitados y complacidos por cualquier cosa nueva)". Obsesionados por la ciencia, algunos despliegan un lenguaje codificado alfanumérico (el leet speak)para comunicarse sin interferencias de extraños.

En España, el principal foco está en el blog Microsiervos, homenaje al libro de Coupland. "Cada vez somos más: basta ver cuántas personas con pasión desmedida por los cacharros reunió el Campus Party", dice Javier Pedreira, que lamenta que gente como Tamara Seisdedos o Leonardo Dantés hayan devaluado el término freak. Otro foro es la versión española de The Movies, creadores de machinima,animación utilizando los videojuegos, con links a Laps3 o Adnstream. tv. No sólo son comunidades masculinas: están, por ejemplo, las Game Grrls o las seguidoras de Jonathan Strange and Mr. Norrell,de Susanne Clarke.

Una encuesta de The Guardian estableció las veinte mejores novelas geek en inglés. Las encabeza La guía del autoestopista galáctico,de Douglas Adams. Y, entre otros títulos, figuran 1984 de Orwell; Neuromante,de William Gibson; Dune,de Frank Herbert, o Yo, robot,de Asimov. Entre los españoles, ¿cabría incluir a Javier Calvo, Agustín Fernández Mallo y Joan Miquel Oliver?

En música, además del hiphop nerdcore, proliferan los grupos del geek rock con letras que hablan de soledad, aislamiento y su amor por los cómics, los videojuegos o la ciencia ficción. Geeksongs es la banda sonora de Aardvark´d: 12 weeks with geeks, un filme en el que cuatro internautas tienen que desarrollar un software que cambia la forma en que los ordenadores se conectan con el de sus amigos. Entre los temas: I love my computer,Binary code o Digital cowboy.Otro grupo - nada que ver con Pascal Comelade- utiliza las guitarras de Guitar Hero para sus composiciones y hay quien utiliza las sintonías de los juegos de la Nintendo. Darren Aronofsky, el director de las películas de culto Pi y Réquiem por un sueño,acaba de aceptar el reto de hacer una secuela de Robocop, de Paul Verhoven, con guión de David Self. En arte, el festival de arte electrónico de Linz es cita fundamental, mientras los grafiteros utilizan la iconografía de internet. Geeks y nerds no se soportan, pero se alían frente al dork, el pelmazo definitivo.


Otakus, freaks, anoraks

El Frikitest (www. innergeek. us) da una idea de lo que se espera de un geek, término que en España algunos confunden con freak. En Japón, el otaku (chico) o fujoshi (chica) es una variante del fanático de algún hobby, especialmente mangas y anime, con barrios enteros de Tokio dedicados a ellos, como el de Akihabara. En Gran Bretaña, al nerd o al geek se les llama anorak porque suelen vestir esta prenda: es barata y con muchos bolsillos para sus gadgets,del mismo modo que los mods llevaban parkas (Quadrophenia)para protegerse del viento en sus vespas.



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