sábado, 18 de abril de 2009

¿Qué rasgos te definen? Descubre cuál es tu “eneatipo”

HOY MUJER Ana Calvo


Autor: AP

Según la antigua enseñanza del eneagrama, existen nueve tipologías diferentes de estructuras de la personalidad

¿Cómo somos? ¿Qué rasgos de nuestra personalidad destacan y se imponen sobre otros? ¿Cómo nos mostramos ante los demás? ¿De que manera combinamos carácter, personalidad y temperamento para mostrar nuestra identidad? ¿Nuestra forma de reaccionar ante determinados acontecimientos responde a algún factor psicológico? ¿Cómo condicionan nuestras emociones y pensamientos más profundos nuestra conducta? ¿Es posible encontrar una coherencia interna en nuestras pasiones?

Bajo la premisa de que "sólo es posible cambiar aquello que se conoce", el eneagrama de la personalidad se constituye como una herramienta suministradora de material descriptivo sobre nosotros mismos, con la intención de que descubramos y aceptemos nuestras limitaciones, y, al mismo tiempo, nos orientemos hacia el desarrollo de nuestros talentos potenciales.

Así, esta antigua enseñanza sufí distingue, en palabras de Carmen Durán y Antonio Catalán, autores del libro “Eneagrama, los engaños del carácter y sus antídotos”, nueve estructuras caracteriales, en función de nueve emociones básicas que, combinadas con otras tantas creencias, se constituyen en pasiones. Así, en cada individuo, adquieren relevancia sobre las demás y determinan su forma de sentir, de ver el mundo y, en definitiva, su peculiar manera de ser.

Los expertos aseguran que para entendernos a nosotros mismos y, por tanto, para entender la forma como los demás se ven a sí mismos y el punto desde el que gira su estrategia vital, podemos basarnos en los nueve eneatipos o rasgos principales de nuestra personalidad, determinados por una pasión dominante y un estilo cognitivo peculiar.

De esta forma, la interpretación del eneagrama por parte de los expertos en la materia arroja las siguientes tipologías de personalidad:

- “El reformador”: Exigentes y críticos, los individuos “tipo1” tienen una personalidad fuerte, controladora, un comportamiento correcto, con tendencia a la preocupación y alguna dificultad para cambiar de criterio. Son personas racionales, determinadas, con un marcado sentido del deber que se antepone al placer, de sólidos principios y perfeccionistas.

- “El ayudador”: Alegres e infantiles, quienes responden a las peculiaridades de este eneagrama tienen una personalidad seductora, espontánea, con tendencia a agradar e, incluso, manipular para conseguir lo que desean. Buscan ser el centro de atención, y, generalmente, lo consigue. Además, son personas generosas y complacientes pero que necesitan sentirse necesitadas e, incluso, pueden llegar a ser posesivas.

- “El triunfador”: Pragmáticos y hábiles socialmente, las personas que pertenecen a este grupo presentan una personalidad camaleónica, capaz de mimetizarse con el entorno y proclives a buscar logros externos que les lleven a alcanzar una vida plagada de éxitos. De personalidad pragmática, sobresaliente y ambiciosa, buscan continuamente el reconocimiento social de su imagen.

- “El individualista”: Tenaces y, a menudo, pesimistas, los “tipo 4” son personas sensibles, creativas, reservadas, dramáticas, nostálgicas y ensimismadas. Sin embargo, su tendencia a la comparación y dependencia del otro puede generarle insatisfacción consigo mismos. Por eso, su principal deseo pasa por alcanzar su identidad personal ideal, aunque conlleve sufrimiento y sacrificio.

- “El investigador”: A pesar de ser personas muy cerebrales, analíticas y competentes, quienes desarrollan este perfil son personas introvertidas y tímidas, retraídas y con difícil manejo de las relaciones sociales, cuyo principal temor es ser considerados inútiles.

- “El leal”: Orientados hacia el compromiso y la seguridad, las personas “tipo 6” son cálidas, encantadoras y responsables pero, al mismo tiempo, suspicaces, rebeldes y desconfiadas, con tendencia a la culpa y dificultad para tomar decisiones. Son, además, excelentes “solucionadores de problemas” y buscadores de la verdad absoluta, aunque tienen miedo de no encontrar apoyo suficiente en su entorno.

- “El entusiasta”: Simpáticos y persuasivos, la personalidad hedonista e indulgente de quienes se definen bajo esta conceptualización alberga un comportamiento desenfadado, anticonvencional, con tendencia a la charlatanería y a la huida del dolor. En su búsqueda de ilusiones y placeres, se muestran activos, divertidos, espontáneos y versátiles, aunque tienen miedo de verse despojados de todo lo que tienen y pueden volverse ambiciosos.

- “El desafiador”: Las personas que se sienten descritas bajo estos parámetros son desinhibidas y explosivas, con una personalidad dominante que se opone a la autoridad convencional. Su comportamiento impulsivo e impaciente tiene tendencia a exponerse a situaciones de riesgo y a negar la debilidad. Se sienten poderosos, dominantes, seguros de sí mismos y decididos. Sin embargo, pueden caer en la búsqueda continua de retos como forma de protegerse de la dominación de los otros y mantener así el control de su propia vida.

- “El pacificador”: Jovial y desconectado, con una personalidad conciliadora y realista y un comportamiento amable y modesto, quienes responden a este perfil son personas indolentes, receptivas, agradables y tranquilizadoras. Desean crear armonía a su alrededor pero corren el riesgo de volverse obstinados y tercos en su huida continua de la confrontación.

Y tú, ¿con qué eneatipo te identificas más?

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