sábado, 18 de abril de 2009

¿Conciliar? Yes, we can



HOY MUJER Beatriz González

¿Conciliar? Yes, we can

Nuestros protagonistas han hecho suyo el lema con el que Obama ha llegado a la Casa Blanca: “Sí, nosotros podemos”. Y, como el nuevo presidente norteamericano, están dispuestos a demostrar que otra sociedad es posible; en su caso, que la conciliación ya no es sólo cosa de mujeres. Son nuestros héroes, auténticos “súperhombres” dispuestos a ocuparse de su familia y su trabajo.

No tienen músculos como el increíble Hulk ni súperpoderes como los protagonistas de “Héroes”. Pero, en cierto sentido, Javier, Antonio, Francisco, Rufino, Fernando o Alex son súperhombres. Ellos combaten una creencia: que la conciliación es “cosa” de mujeres. Porque lo cierto es que la mayoría de las veces son ellas quienes hacen malabarismos para conciliar trabajo y familia.

De hecho, sólo 1.500 hombres, frente a 19.300 mujeres, pidieron excedencias para ocuparse de su familia en el primer semestre de 2008. De ahí que los que pertenecen a esa minoría masculina que dedica las mismas horas a su familia que a su trabajo sean considerados una nueva especie. Y en ella, cada uno encuentra su fórmula: turnos nocturnos, jornadas reducidas, bajas maternales compartidas... Medidas que, aunque empiezan a verse con normalidad en las grandes empresas, siguen siendo una excepción.

Así lo cree Roberto Martínez Fernández, director de la Fundación Másfamilia: “Las 200 primeras compañías del país han internalizado la responsabilidad social, por eso la mayoría tiene el certificado de Empresa Familiarmente Responsable. Sin embargo, en las pequeñas y medianas sigue sonando a chino. Y aunque España está por encima de la media europea en medidas conciliadoras, a los hombres les cuesta hacer uso de ellas. La proporción de mujeres que recurre a reducciones de jornada, excedencias, horarios a la carta o teletrabajo es cinco veces mayor que la de hombres”, dice.

Corresponsabilidad

Sin embargo, los expertos creen que no todo es culpa del gen masculino y encuentran otra razón en una legislación que perpetúa que la carga familiar y doméstica siga recayendo en la mujer. Así opina Beatriz Quintanilla Navarro, profesora de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Univ. Complutense: “En el contenido de la ley de conciliación, de la de dependencia y de la de igualdad hay medidas que parecen dirigidas a evitar perjuicios en la carrera profesional de las mujeres que asumen las responsabilidades familiares; medidas que parecen dirigirse a que las mujeres sigan asumiendo estas responsabilidades, y medidas, las menos, para que los hombres participen”, explica.

Sin embargo, hay quienes entienden que la familia y el hogar son cosa de dos, y están abriendo otro camino: uno en el que eso de que ellos “ayudan en casa” deja de tener un sentido positivo y la colaboración se sustituye por corresponsabilidad.

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