La opción vital de la soledad que proliferó en tiempos de bonanza vive horas bajas - El paro y las dificultades le han quitado todo encanto
Se le estropea a usted la comida en la nevera. No tiene pareja, vive en una ciudad y tiene un trabajo que le permite mantenerse a sí mismo. Los estadounidenses, que lo rebautizan todo, dijeron hace cinco años que no era un solterón, que era un single, que los hombres eran metrosexuales y las mujeres freemales (libres o sin hombres). Dijeron que era usted el niño bonito del departamento de marketing de cualquier multinacional, porque gastaba un 40% más que el miembro de cualquier familia. Que es hedonista, porque como no tiene a nadie que dependa de usted, viaja varias veces al año y sale a cenar fuera cada semana. Que hace 18 años, su grupo representaba el 13% de la población española y que hoy ya son el 22%, hasta 3,5 millones de hogares. Que se iba usted a comer el mundo.
La oferta de pisos compartidos se ha disparado en seis meses
Algunos vuelven con sus padres. La familia sale al rescate
El hogar emerge como centro de ocio
Pero la crisis no perdona, y ejercer hoy de single en España es más difícil. Los solos -o impares, como se suele traducir en España-, no sufren la crisis más que los demás. Pero la sufren. Hay 155.700 hogares formados por una sola persona que está en el paro, un 74% más que hace un año. El número de quienes buscan compañeros de piso, a la vista de algunos portales de Internet, casi se ha duplicado. El crecimiento de hogares unipersonales después del incremento trepidante, echa el freno. Y las separaciones, esa fábrica de singles que trabajó a pleno rendimiento con el divorcio exprés, ha bajado ahora el ritmo, por el fin de ese efecto y también por la crisis económica. Eso sí, su consumo es el que mejor aguantó el tipo el año pasado.
"Es que el del single ha sido un fenómeno económico en España. Hemos vivido 10 años de casi pleno empleo en el que la gente ha podido emprender proyectos individuales y los han llevado a su máxima expresión social. Después de haber estado estigmatizado, ha habido cierta glorificación del soltero, la imagen de que tenía el mundo a sus pies", reflexiona el profesor de marketing de IESE José Luis Nueno, experto analista de consumo.
Patricia F. reniega de la etiqueta que las consultoras de consumo han decidido colgarle. Aunque por sus condiciones de vida es una single de libro. Soltera, con 40 años y 12 de experiencia en el sector, la empresa de informática en la que trabajaba dio un tijeretazo a su plantilla el pasado enero y decidió prescindir de ella, que cobraba 3.000 euros brutos al mes y podía vivir sola en su piso alquilado en Barcelona. "Porque con el paro, no tengo ni para la mitad de mis gastos. Lo he recortado todo: salía a cenar fuera como mínimo dos veces por semana, y ahora sólo salgo si se organiza la fiesta en casa de amigos. No soy de comprar mucha ropa, pero si algo me gustaba, no tenía que pensarlo. En momentos así trabajas para ti, vives como te apetece, pero ahora no", resume esta licenciada en Filosofía y Sociología, dentro de su nueva economía de guerra.
De vivir sola, también ha pasado a buscar un compañero de piso para ayudarse a pagar los 600 euros de alquiler. "Pero eso tampoco es tan fácil ya como antes, porque ahora hay mucha gente alquilando habitaciones que le sobran para pagar la hipoteca, y los precios bajan", asegura.
Idealista.com, uno de los portales de Internet con más usuarios para la búsqueda de viviendas, lo corrobora a golpe de cifra: su oferta de pisos compartidos en Madrid la semana pasada era de 2.245 anuncios, frente a las 1.799 de hace sólo seis meses. Lo mismo ocurre en la capital catalana: de los 367 pisos compartidos del mes de septiembre, a los 675 de la semana pasada. Y los precios, tal y como sospechaba Patricia, bajan levemente: de 370 euros de media a 360 en su ciudad, Barcelona, y de 360 a 350 en Madrid. Son los puntos de España con mayor oferta de pisos compartidos, aunque en el total del país también crece la oferta y se moderan los precios: de 330 a 320 euros como promedio, según Idealista.com
Meetic, una plataforma de Internet que pone en contacto a solteros y se ha convertido en un suculento negocio de 133 millones de euros el año pasado, pasó miedo en enero. Las suscripciones, después de subidas trepidantes, bajan por primera vez. "Temimos que esto fuera una tendencia y bajamos el precio de 30 a 20 euros, pero nos equivocamos. El precio no es un problema", apunta José María Ruano. En febrero las suscripciones remontaron. Y Meetic dejó de nuevo el precio en 30 euros mensuales.
Carmen Gómez, directora del Panel de Consumo de la consultora Nielsen España, quita hierro a esta coyuntura y pone la visión en el largo plazo. "Es cierto que los singles no son los reyes del mambo, y que ahora ya se habla menos de ellos, pero a largo plazo son un público muy importante. Entre 1991 y 2005 pasaron del 13% al 21% de los hogares y gastan mucho más per cápita". Claro que, el acelerón del citado periodo ha echado el freno y desde 2005 ha crecido un solo punto, hasta el 22%. "Un solo punto, pero no está mal, todo un punto", insiste Gómez.
Además de económico, el de los singles ha sido un fenómeno demográfico, alentado por el baby boom (nacidos durante la explosión demográfica de entre 1960 y 1975). De ahí la explosión de nuevos productos (minienvases para personas que viven solas) o negocios (agencias de viajes especializadas) a las que ha dado lugar.
El de los solos es también el único sector cuyo consumo creció el año pasado, según los datos de TNS Worldpanel. Sus compras en alimentación, bebidas o droguería subieron un 2,3%, cuando el resto del grupo formados por parejas con hijos o personas solas con descendencia bajaron.
Pero cuando un hogar formado por una sola persona entra en crisis, la estructura se tambalea. Una opción, en ocasiones, es regresar al hogar paterno. Y no es un trago fácil. A Rosa Alonso le acaba de ocurrir, a los pocos meses de estrenar su soltería. Dentro del microcosmos del single, ella, con 23 años, pertenece al sector más joven. Vivía en un piso de alquiler con su pareja, compañero de trabajo de una de esas firmas intermediarias de hipotecas que brotaron como setas con el boom del mercado del ladrillo, hasta que rompió hace unos meses. El pasado febrero, la compañía, caída en desgracia, cerró y dejó a ambos sin trabajo. Acaba de volver a casa de sus padres. "Y no me siento muy single ahora, claro".
"Esto es algo que ocurre en las recesiones, suelen servir para la cohesión familiar. Porque al final, en momentos así, sale la familia al rescate, ésa es la red en países como España. Las otras redes, las sociales, son más para chatear", apunta Nueno.
Y es que en otros países la cultura del individuo, del joven que se busca la vida, está más afianzada. En 2007, el mayor peso de los hogares unipersonales, sobre el 40%, se encontraba en Suecia, Noruega y Dinamarca, seguidos de Alemania y Francia. Fuera de Europa, Japón es el país con mayor proporción de hogares single, el 29%, según la agencia Euromonitor.
Pero esta agencia consultora de Chicago, la que más ha profundizado sobre el fenómeno, enciende luces de alarma por este grupo humano. En su último informe, de julio de 2008, ya sumergido en el desastre económico, la firma de estudios de mercado alerta de que la actual sequía crediticia "hace cada vez más difícil" para los solteros lograr el dinero prestado para acceder a su primera vivienda. Por estas perspectivas, sobre todo en el Reino Unido y Estados Unidos, el horizonte de crecimiento que esperaban sufrirá un "pequeño cambio".
A la nueva situación mundial se añade la dificultad consustancial a la naturaleza del solo: "Los costes de la vida, como la comida o el mantenimiento del hogar, son más altos por cabeza para las personas que viven solas".
"Y también pagamos más impuestos que nadie, porque no nos desgrava nada", se queja Patricia. Ejercer del single prototípico requiere que a uno le vayan bien las cosas. Martín Vivancos, profesor de la escuela de negocios EADA, va a la esencia básica: "Podemos decir que hoy son dos las clases de single: el que no está afectado por la crisis y el que sí lo está, y éste ve su nivel de consumo afectado". Es uno de los motivos por los que el turismo de fin de semana, la restauración y los locales nocturnos, los lugares de recreo habituales de grupos de impares, ven adelgazar sus ingresos.
Como en el caso de Patricia y sus fiestas caseras en casa de amigos. Según Vivancos, "hay una propensión a ello. Cada vez más aparece el hogar como centro de ocio, con DVD, videoconsolas Wii... Es algo muy afianzado en otros países europeos, pero en España no lo era tanto". "Y el gran peligro de éstos", añade, "es que la gente descubra que se lo pasa bien en casa. Es interesante y amenazante al mismo tiempo para el consumo".
Los restaurantes han visto caer sus ingresos en general. José Luis Guerra, presidente de la Federación Española de Hostelería, explica que "no se puede distinguir entre todos esos singles y el público en general, pero la caída ha sido generalizada. En lo que va de año, el gasto está cayendo entre un 9% y un 10% mes a mes". No bajan las visitas a los restaurantes, pero sí el gasto: de los dos platos se pasa al primero a compartir, y del postre, al café directamente.
Pero las actividades de grupo siguen y los múltiples portales de Internet o agencias de viajes online que aparecen cuando uno pone la palabra single en Internet continúan, aunque sin esconder el fantasma de la recesión económica. En Singlesbcn se ha habilitado un apartado de plan anticrisis con descuentos para los asociados, y dispone de una bolsa de trabajo. Detrás de todo el tinglado está Gary Walker, que le quita hierro a la crisis.
"Siempre intentamos ayudar a la gente que está con nosotros, muchos desde hace tiempo. Aquí es un buen lugar para que los profesionales se conozcan entre sí. Si uno de los singles tiene una empresa y otro busca trabajo, aquí pueden coincidir". Walter reconoce que algunos no pasan por buenos momentos, hay mucha gente que deja de pasar la pensión. Pero eso "también ocurría antes".
Vicente Pizcueta, que es portavoz de Empresarios por la Calidad del Ocio Nocturno, admite que la frecuencia de las salidas nocturnas ha bajado, de seis mensuales a una, y que las ventas -de entradas y bebidas, cuando uno habla del mundo de la noche- bajan un 10%, además de que está migrando la diversión dentro de los hogares. Pero lo enmarca en una tendencia que percibe desde la última década, no vinculada con la crisis.
Pizcueta advierte de que ha trabajado muchos años en el sector de los locales nocturnos para dar una versión muy diferente de José Luis Nueno y su teoría económica de los singles. "Pero, a ver, ¿qué es in single? Es una persona que busca una segunda juventud con mayor poder adquisitivo. Y lo que ocurrió en España es que pasó de estar mal visto a estar de moda. Sin más, pero sólo son personas que buscan conocer a otras personas, así que seguirán saliendo por la noche a poco que puedan", apunta Pizcueta. Lo mismo piensa el dueño del bar Minusa, en Barcelona. "Están fallando más las parejas que los solteros; éstos salen siempre, por fuerza. Al resto hay que estimularles con precios más bajos".
Pizcueta sentencia: "Algunos saldrán menos, pero para otros las noches no se pueden acabar. Con crisis o sin ella, el single sólo es alguien que sale a buscar contacto con el sexo opuesto". O con el propio.