Con la testosterona alta |
Según un estudio de la Universidad de Cambridge toda esta volatilidad tiene que ver con los niveles de testosterona de los corredores de bolsa.
El estudio midió niveles de testosterona en un reducido grupo de corredores de bolsa a las 11 de la mañana y a las 4 de la tarde y los comparó con las ganancias y pérdidas que tenían cada día.
Más testosterona, más ventas
Los científicos hallaron que los días con más ganancia coincidían con los de más alto nivel de testosterona.
Según el estudio, esto demuestra que, cuanta más testosterona, más confianza tienen los corredores para apostar en ese mundo de la adivinanza informada que es el mercado bursátil.
Al mismo tiempo, el éxito genera crecientes niveles de testosterona.
Las hormonas son muy importantes a la hora de evaluar el desempeño de un corredor de bolsa Joe Hebert |
Si proyectamos este proceso a decenas de miles de corredores de bolsa vendiendo y comprando en todo el mundo, se comprende esa fiebre que parece ganar a los mercados en algunas jornadas locas.
Según uno de los autores del estudio, Joe Herbert, muchas de las decisiones que se toman en los recintos bursátiles no se deben a factores económicos.
"Nuestro trabajo sugiere que estas decisiones están muy influidas por factores hormonales y emocionales. Las hormonas son muy importantes a la hora de evaluar el desempeño de un corredor de bolsa"
El problema es que esta testosterona adicional puede resultar perjudicial al obnubilar con un exceso de confianza a los corredores de bolsa.
Esto explicaría casos como el del británico Nick Leeson en los '90 que llevó a la quiebra a uno de los bancos mas antiguos del planeta, el Baring, con sus apuestas cada vez más temerarias al mercado de futuros.
Un mundo sin testosterona
Con la volatilidad de los mercados y el creciente despido de empleados bursátiles, los corredores de bolsa están experimentando un fenómeno contrario: el estrés.
No los dejan entrar y no hay más crisis |
Éste produce un exceso de la hormona cortisol, que vuelve a la persona muy adversa al riesgo y que, en casos patológicos, conduce a la parálisis.
"Si esto pasa, los bancos centrales pueden bajar las tasas de interés y, sin embargo, hallar que los corredores de bolsa se niegan a adquirir activos riesgosos", dice otro de los autores del estudio, el doctor John Coates.
Según un experto en Psicología Laboral, Jerome Holt, los datos del informe coinciden con su experiencia.
"Muchas veces los corredores me dicen que se encuentran en la "zona" que es un lugar donde sienten ese exceso de confianza y seguridad", dice Holt.
De ser todo esto cierto, para encontrar la solución a las crisis bursátiles no habría que consultar al ex jefe de la reserva federal estadounidense.