Santa dopamina
Fèlix Badia - LA VANGUARDIA, SUPLEMENTO ES- 13/02/2010
La tradición anglosajona - o más bien la mercadotecnia, o ambas cosas a la vez- ha conseguido que mañana haya mucha gente que celebre San Valentín. Con todo, quienes lo conmemoran deberían pensar que su situación poco tiene que ver con la religión y mucho con la química. Porque, cuando alguien se enamora, en su cerebro se desencadena una
tormenta hormonal de enormes proporciones: se dispara la producción de
dopamina (un estimulante relacionado con las adicciones, el placer y la motivación); crece la
norepinefrina (una sustancia vinculada a la adrenalina) y disminuye la
serotonina (lo que provoca cambios de humor e incrementa los pensamientos obsesivos). Hay, sin embargo, otras muchas personas que no celebran ese día porque consideran, en suma, que someter un sentimiento tan intenso e íntimo a las leyes del marketing y de la publicidad es poco menos que contra natura. Yun tercer grupo que, aun en el caso de que le apeteciera celebrarlo, no lo haría, simplemente porque
nunca se ha enamorado. Piergiorgio M. Sandri habla de estos últimos, un grupo de personas más numeroso de lo que creemos y que, a juicio de los expertos, no vive esta situación como una desgracia. ..."los que no se enamoran" (ver post anterior)
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