Autor: EL CORREO
No es fácil construirse como hombre. La identidad masculina ha se pasar por numerosos avatares antes de alumbrar la aparición de la subjetividad firme, que no tema el encuentro con una mujer. Y es que los acercamientos, las relaciones y los primeros encuentros amorosos les producen la misma inquietud a ellos.
A este consultorio llegan muchas cartas en las que los adolescentes manifiestan su temor a las chicas. Y es que ellos padecen ataques de angustia semejantes a los de ellas ante los primeros encuentros amorosos y sexuales. Pero los chicos se sienten más exigidos y tienen miedo a no quedar bien. Con frecuencia no saben cómo comportarse. La pregunta que late bajo todas estas actitudes es la siguiente: ¿cómo se es un hombre con una mujer?
ANGUSTIA ANTE LA CONQUISTA
Un adolescente de 17 años, al que llamaremos Enrique, manifestaba esta preocupación y contaba que, a su edad, había tenido muy poco contacto con las chicas. Luego añadía: "Sinceramente, me encuentro un poco de bajón porque la mayoría de los amigos de mi edad ya tienen novia y yo no tengo suerte. Llevo ya un tiempo deprimido por esta causa, pero no me atrevo a contárselo a mi familia porque creo que ellos no van a entenderme; pienso en mi futuro y creo que me voy a quedar solo toda la vida, sin alguien a mi lado. Ahora mismo me gusta una chica y he hablado con ella del tema, aunque me daba miedo hacerlo porque ellas me intimidan. Le he transmitido todo lo que siento por ella, pero su respuesta ha sido negativa, porque dice que somos amigos. Me siento mal porque creo que mi actitud con las chicas es correcta y soy un chico muy bueno, aunquer ninguna se fija en mi interior. ¿Qué puedo hacer? ¿Cómo se conquista a una chica?".
Es típico de la adolescencia sufrir alguna decepción y también lo es exagerarlas. Pero él quiere saber cómo se conquista a las mujeres. Su miedo frente a ellas quizá le lleva a ser tan correcto que no se atreve a ser un poco más lanzado, sin duda, por temor al rechazo, ya que entonces no sería tan bueno. Se exige mucho a sí mismo y teme cualquier fallo.
UN MODELO DIFÍCIL DE SEGUIR
Otro adolescente, Raúl, escribía: “He conocido a una chica guapísima. Sueño con ella, pero no puedo acercarme ni a saludarla. Tengo 18 años y sólo me he enamorado de forma platónica. Creo que me dan un poco de miedo o, al menos, eso me dicen mi padre y mi hermano. Él ya ha salido con tres chicas y tiene fama de conquistador”. Parece que Raúl quiere imitar un modelo que le pesa mucho. Como en el caso de Enrique, se exige demasiado. No se siente con derecho a luchar por una chica. Cree que ese papel le corresponde a su hermano.
Un joven, con las características de vivir una adolescencia tardía, escribía: “He sido una persona solitaria desde pequeño. Me doy cuenta de que tengo un problema. De momento, me apoyo en mi madre. La relación con el resto de mi familia es mala. Desde la muerte de mi padre, no me hablo con mi hermano. Sin embargo, lo que más me angustia son mis relaciones con las mujeres. Me cuesta acercarme a ellas, sobre todo, si la persona me gusta”.
Este joven percibía que algo muy conflictivo le hacía huir de las chicas. Probablemente, fantasías inconscientes que provocan ese miedo a la intimidad con ellas. Si el apego a la madre es excesivo, puede que el chico tenga muchas dificultades para crecer como hombre y encontrar a una mujer con la que compartir su vida. La forma de relacionarse con las mujeres que le transmiten los hombres de la familia –en primer lugar, su padre–, es un punto muy importante para el adolescente. A esta influencia, él añade la de sus amigos. De este modo, según las identificaciones que realice con ellos, así compondrá una personal forma de vivir sus relaciones íntimas.
LA SOLUCIÓN
• Sería conveniente que revisaras todas las ideas que tienes acerca de cómo quieres ser tú con las chicas. Pero, sobre todo, no te compares con otros. Revisa primero las fantasías que tienes al respecto, porque te conviene saber que lo normal es que, al principio, siempre haya algún fallo.
• Un paso importante para ir aliviando el miedo a las chicas es pensar que ellas también se sienten inquietas ante el encuentro amoroso.
• Te conviene revisar el tipo de relación que tienes con tu madre. Si te sientes muy apegado a ella, es probable que identifiques amor con dependencia.
• Hablar con tu padre de estas cuestiones sería bueno si él está dispuesto a escucharte. Si tiene problemas para hacerlo, búscate algún hombre en el que confíes para contarle tus inquietudes.
• Otra fuente de información importante en estos casos son los amigos, a los que con frecuencia se les pregunta y se les escucha. Pero ,si son de tu edad y están también en la adolescencia, lo más seguro es que no tengan mucha más experiencia que tú en relacionarse con las mujeres.
¿QUÉ ME PASA?
• Es probable que te exijas mucho a ti mismo y no te permitas ningún fallo en la relación. Conviene que te relajes un poco y seas más tolerante.
• Quizá por conflictos internos, piensas que aún no tienes derecho a acercarte a una chica, que eso es para otros mayores o mejores. Es probable que te compares con alguien que resulta ser un modelo con el que en realidad no puedes competir.
• Acercarse a las chicas –y los encuentros amorosos–, significa dejar de ser un niño y empezar el proceso que te llevará a ser adulto. Puede que te dé miedo ver que te alejas de la protección de tus padres.
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