Gemma Lienas
En: http://www.elpais.com/articulo/cataluna/Madres/pesar/elpepiespcat/20090525elpcat_5/Tes/
Vivimos en una sociedad hipersexualizada en la que las mujeres de los anuncios tiran el tanga por la ventanilla del automóvil, en la que el sexo de las películas es explícito y, además, poco real (sólo hace falta observar, por ejemplo, los barrocos e incómodos modelos de lencería que lucen ellas), en la que cualquier niño de primero de primaria que sepa juntar letras y mover un ratón puede escribir "tías buenas" en Google y aprender a los seis años qué es una felación... Y en cualquiera de esas situaciones de ficción nadie usa preservativo y todo se desarrolla según viejos clichés de dominación masculina y sumisión femenina.
Así, en nuestras aulas si una chica lleva un condón en el bolsillo es tachada de "puta" y si exige el uso del preservativo a su compañero sexual tiene que lidiar con sus lamentos: "me corta el rollo" o "me aprieta" -será en el ego, digo yo- o "siento menos placer". O los tres juntos. Así que por muchas campañas institucionales que se hagan, el "confía en mí; yo controlo" del chico vence más a menudo de lo imaginable las resistencias de ella.
Obviamente, inmersión sexual no es equivalente a educación sexual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario