J. F. -EL PAÍS, San Sebastián - 27/06/2008
La socióloga Teresa Laespada, directora del Instituto Deusto de Drogodependencias (IDD), constata que el estudio confirma una tendencia en el descenso generalizado del consumo desde 2006. "Habíamos llegado a un pico muy elevado de consumos experienciales y recreativos. No sabemos si el que apreciamos ahora es un bajón para volver luego a remontar, o realmente se consolida un descenso. Habrá que esperar para salir de dudas", analiza.
"No sabemos si el de ahora es un bajón para volver luego a remontar"
En su opinión, el conocimiento real de las sustancias y de los riesgos que conllevan es la clave. "Nadie mantiene una actividad que atenta contra su propia salud, siendo muy consciente de los riesgos", argumenta. En alcanzar ese grado de consciencia no son las grandes campañas de prevención las que más han influido en los jóvenes, opina: "Lo más importante es que entre los jóvenes circule una información veraz y real. Lo que más les influye es lo que les transmite su grupo de iguales".
El IDD ha comprobado ese principio en la práctica, con unas experiencias denominadas "bola de nieve", realizadas en colaboración con el Ayuntamiento de Bilbao. "Hemos obtenido un gran éxito. Se trata de formar a unos cuantos jóvenes para que ellos transmitan la información al resto. A veces llega deformada, pero aún así le llega de manera mucho más cercana".
Por el mismo motivo, el también sociólogo de Deusto Javier Elzo llama a incidir más en los circuitos informales de información, como las revistas de adolescentes, que en los contextos formales como la educación reglada. "Me importa más lo que leen en Loca Magazine que lo que se imparte en Educación para la Ciudadanía", sentencia. Además, cree que las políticas de prevención han pasado de la tolerancia cero a centrarse en alertar sobre sus efectos. "Me parece una tendencia adecuada, pero con cuidado para no caer en la incitación, porque los jóvenes pueden confundir las cosas", señala.
Como ejemplo, lamenta que el cannabis no sea considerado una droga porque los adolescentes se sienten confusos ante el discurso de que es terapéutico y al ver que sus parientes lo han consumido durante años, aparentemente sin secuelas graves.
El Observatorio Vasco de Drogodependencias informa en el estudio sobre dos de sus campañas: Alcohol a menores ni gota y Llénate... pero de emociones. Para Laespada, "en prevención nada sobra, pero no podemos pensar que todo vale para todo".
Por ello, cree que las campañas han de dirigirse a colectivos diferenciados, porque "reafirman la actitud de los no consumidores, pero no cambian la de los consumidores que responden a razones muy distintas". De la misma manera, cree que aplicar la perspectiva de género, tanto femenina como masculina, resulta "fundamental". "No tienen los mismos intereses ni la misma manera de acercarse a las drogas. Asumir riesgos está muy ligado a la masculinidad y a la afirmación de la misma en la adolescencia", recalca.
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