tag:blogger.com,1999:blog-69080799674114890142024-02-06T21:55:42.286-08:00CHICOS Y MASCULINIDADES¿Te has preguntado alguna vez cómo nos hacemos hombres o mujeres?. Parece que esta condición se adquiere antes de nacer, y que lo que viene después es su desarrollo. Sin embargo, las cosas no son tan simples.Espero que esta bitácora sirva para descubrirlo. A través de sus entradas estudiaremos la construcción de las identidades masculinas. Enrique Jimeno.Unknownnoreply@blogger.comBlogger279125tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-7147296973181031402014-05-25T15:56:00.002-07:002014-05-25T16:00:36.068-07:00“El feminismo más puritano nunca ha sabido qué hacer con la coquetería”<img alt="" src="http://ep01.epimg.net/cultura/imagenes/2013/03/03/actualidad/1362330148_966428_1362330482_noticia_normal.jpg" height="785" title="" width="560" />
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<div class="figcaption estirar">
La escritora Nancy Huston. / <span class="firma">Sébastien Dolidon (EL PAÍS)</span></div>
<div class="figcaption estirar">
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<br />
<span class="autor"><a href="http://cultura.elpais.com/autor/miguel_mora/a/" rel="author" title="Ver todas las noticias de Miguel Mora">Miguel Mora</a> EL PAÍS </span><span class="data">París </span><a class="actualizado" href="http://cultura.elpais.com/tag/fecha/20130303" title="Ver todas las noticias de esta fecha">3 MAR 2013</a><br />
<i><b><br /></b></i>
<i><b>La ensayista y novelista canadiense Nancy Huston, activista feminista desde los años sesenta, disecciona las teorías de género en su polémica obra 'Reflejos en el ojo de un hombre'</b></i></div>
<div class="cuerpo_noticia" id="cuerpo_noticia">
<br />
Novelista, dramaturga, ensayista, música, guionista y actriz ocasional, la canadiense <a href="http://es.wikipedia.org/wiki/Nancy_Huston">Nancy Huston</a>
(Calgary, 1953) ha sido desde los años setenta una activista feminista
muy comprometida. Residente en Francia desde los años sesenta y casada
desde 1981 con el intelectual francés de origen búlgaro Tvetan Todorov,
Nancy Huston ha compaginado sus novelas con ensayos y artículos de
prensa sobre la condición femenina y los derechos de las mujeres.<br />
<br />
El año pasado publicó en Francia <em><a href="http://www.galaxiagutenberg.com/libros/reflejos-en-el-ojo-de-un-hombre.aspx">Reflejos en el ojo de un hombre</a>,</em>
y ardió Troya. El libro, que publica ahora en España la editorial
Galaxia Gutenberg cayó como una bomba en el feminismo institucional,
porque Huston pone en cuestión las teorías de género que sostienen que
el comportamiento femenino y masculino es el resultado de la educación y
la sociedad.<br />
<br />
Donde Simone de Beauvoir dijo que “no se nace mujer”, Nancy Huston
replica que el sexo determina una serie de actitudes que es inútil
negar. “Las feministas siempre han considerado que las mujeres son
‘obligadas’ por el hombre a ponerse guapas, y eso les parece mal. Pero
la coquetería y la seducción son universales. Actúan como motor de la
reproducción, y el 80% de las mujeres que nacen tienen hijos. No sirve
de nada negarlo. La igualdad está muy bien, pero para conseguirla es
necesario saber que hombres y mujeres parten de lugares distintos, y que
mientras nosotros negamos esas diferencias, el capitalismo las exacerba
con toda tranquilidad”.<br />
<div class="izquierda" id="sumario_1|html">
<a href="https://www.blogger.com/null" name="sumario_1"></a>
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<blockquote>
El feminismo más puritano nunca ha sabido que hacer con la coquetería”</blockquote>
</div>
Aunque maneja materiales literarios —Anaïs Nin, Nelly Arcan, Fatima
Mernissi, Marylin Monroe— e incluso autobiográficos, el libro de Huston
parte de una mirada darwiniana a la relación entre hombre y mujer. “El
argumento surge de la primatología, sí, porque no podemos comprender el
mundo sin entender que somos también mamíferos llamados por la
naturaleza a reproducirnos y a mejorar la especie. Pero también hay una
visión histórica, social, psicológica”, explica Huston, que recuerda que
la idea del ensayo salió de una de las historias que narraba en su
última novela, <em>Infrarrojo,</em> publicada en 2010. Como la mayor
parte de su obra, está escrita originalmente en francés, aunque ella
misma la ha traducido al inglés, algo que hace habitualmente.<br />
<br />
“Era la historia de una fotógrafa erotómana del siglo XIX que
retrataba el cuerpo de los hombres a los que amó. Le fascinaba el
placer, el orgasmo, pero solo eso. Cosificaba a los hombres. Y me di
cuenta de que nunca había habido una artista femenina que retratase el
cuerpo masculino, cuando lo contrario es algo tan frecuente. La razón,
en mi opinión, es que el cuerpo de la mujer existe antes que nada para
ser fecundado, tiene ese carácter sagrado. Mientras el hombre no tiene
nada de sacro: solamente necesita ir esparciendo su semen por ahí. Esa
diferencia lo condiciona todo, es universal, y por eso sucede en todas
las sociedades”.<br />
<br />
“La mujer es el origen del mundo, y el hombre siempre ha tendido a
reglamentar su derecho de posesión sobre la mujer”, continúa Huston.
“Pero con la llegada de la fotografía y el cine la relación cambió de
una forma espectacular. Las mujeres comenzaron a querer ser como las
actrices de las películas y las modelos, a querer tener ropa bonita y a
estar guapas, y el capitalismo aprovechó para desarrollar varias
industrias millonarias: la de la belleza y la moda, la de las dietas,
los fármacos y la cirugía estética, y, sobre todo, las de la pornografía
y la prostitución. Todo eso ha aumentado la vulnerabilidad del hombre
ante la visión de una mujer bella, creando millones de adictos al sexo, y
ha llevado a las mujeres a querer ser cada vez más guapas durante más
tiempo, o a intentarlo al menos, maquillándose, operándose, rehaciéndose
hasta el infinito”.<br />
<div class="izquierda" id="sumario_2|html">
<a href="https://www.blogger.com/null" name="sumario_2"></a>
<br />
<blockquote>
“La igualdad está muy bien pero ambos sexos parten de sitios distintos”</blockquote>
</div>
La prosa informal y moderna de Huston no se detiene en eufemismos. De
la misma manera, afirma que “las feministas biempensantes que niegan la
naturaleza humana cometen una estafa intelectual. La diferencia
fundamental entre los sexos es la maternidad y la testosterona. Los
hombres son infieles por naturaleza, las mujeres lo son menos porque
seleccionan mucho los genes que necesitan para procrear. Para atenuar
esa diferencia todo lo posible, hace falta más igualdad. ¿Pero qué
hacemos con los chicos entonces? Si se ocuparan más de los hijos y de la
casa, sin duda habría menos prostitución. Si cuidaran a sus hijas, no
se irían a follar con las hijas de los demás”.<br />
<br />
La autora propone una solución imaginativa. “Si la prostitución es un
servicio esencial para la sociedad, debería haber un servicio nacional
para las prostitutas. Deberían de jurar bandera, deberían de ser
educadas y protegidas, y cuando las maten deberíamos hacerles funerales
de Estado. Ahora son esclavas, y el 80% de las que trabajan en Francia
son extranjeras y no tienen derechos”.<br />
El feminismo “más puritano, ese que piensa que la sexualidad y la
belleza son malas, nunca ha sabido qué hacer con la coquetería”,
concluye. “Pero esa tendencia, lejos de disminuir, cada vez va a más.
¿Es acaso un complot de los hombres? ¿Quizá las mujeres somos tontas? La
libertad de las mujeres pasa por desnudarse cada vez más, por
reconstruirse y retocarse”.<br />
<div class="izquierda" id="sumario_3|html">
<a href="https://www.blogger.com/null" name="sumario_3"></a>
<br />
<blockquote>
“La normalidad llega cuando acaba la fertilidad y baja la testosterona”</blockquote>
</div>
Por todo esto, Nancy Huston cree que el feminismo clásico se ha
equivocado en la elección del enemigo, del responsable de esta
situación. “Echarle la culpa al hombre de eso es como culpar al toro de
haber cogido al torero. Antes la excitación era privada, ahora es un
gran negocio. El placer de los hombres está cada vez más sometido a la
pornografía y a la belleza estéril, infecunda. Están obligados a mirar
cuerpos todo el tiempo. Les venden viagra para rendir mejor. La mujer se
ha ido haciendo cada vez más sujeto y más objeto. Cada vez más libre,
cada vez más guapa e inalcanzable. Y cada vez más dura”.<br />
La ensayista termina con el reconocimiento de que todas estas reflexiones a las que llega en <em>Reflejos en el ojo de un hombre</em>
le fueron ajenas durante muchos años. “Yo odiaba a los hombres cuando
era una adolescente. También detestaba la superficialidad, las compras y
los escaparates. Ahora no veo al hombre como un opresor. Creo que la
normalidad llega cuando se acaba la fertilidad y baja la testosterona.
Ahí empezamos a ser iguales”.</div>
Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-76115916749610601332013-10-20T13:23:00.000-07:002013-10-20T13:23:14.280-07:00Masculino / Masculino. El hombre desnudo en el arte de 1800 hasta la actualidad.<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
Masculino / Masculino</h4>
<div class="dam_pic dam_left" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: left; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 20px 10px 0px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130055&cHash=28b7fb0426" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="178" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/74cd7b9064.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="250" /></a></div>
<div style="width: 250px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">Jacques Louis David</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">Dibujo academia de hombre, llamado Patroclo</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Cherbourg, musée Thomas-Henry</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">¿Por qué no se ha dedicado nunca ninguna exposición al desnudo masculino hasta </span><span class="italiquenoir" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; font-style: italic; line-height: 14px;">Nackte Männer</span><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">, en el Leopold Museum de Viena, el pasado año? Para responder a esta pregunta la exposición confronta obras, mediante las épocas y las técnicas, en torno a grandes temas que han forjado la representación del cuerpo masculino, durante más de dos siglos. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Ante todo cabe distinguir la desnudez del desnudo: un simple cuerpo sin ropa, que genera la molestia, debido a la falta de pudor, difiere de la visión realizada de un cuerpo remodelado e idealizado por el artista. Aunque se pueda matizar esta distinción, pone de relieve el valor positivo y sin tapujos del desnudo, en el arte occidental, desde el periodo clásico. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br />
<div class="dam_pic dam_right" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: right; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 0px 10px 20px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130056&cHash=27d9b12f22" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="229" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/025af1ce97.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="145" /></a></div>
<div style="width: 145px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">Emile-Edmond Peynot</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">Torso del Belveder</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Beaux-Arts de Paris, Dist. RMN-Grand Palais / image Beaux-arts de Paris</span></div>
</div>
</div>
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Para nuestra época, el desnudo evoca esencialmente un cuerpo femenino, herencia de un siglo XIX que lo erigía en absoluto y en objeto de un deseo viril asumido. Anteriormente sin embargo, el cuerpo femenino estaba menos valorizado que su homólogo masculino, más estructurado y musculoso. Al menos desde el Renacimiento, el desnudo masculino se había beneficiado de la primacía: el hombre como ser universal se confundía en el Hombre y su cuerpo se erigía en norma del género humano, como ya era el caso en el arte grecorromano. El fondo cultural judeocristiano occidental abunda en este sentido: Adán preexiste a Eva que no es más que su copia, origen del pecado. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">En su gran mayoría hombres, los artistas encuentran, en el desnudo masculino, un “yo ideal”, espejo magnificado y narcisista de ellos mismos. Hasta mitades del siglo XX, el órgano sexual es sin embargo el objeto de un cierto pudor, ya sea atrofiado o bien disimulado bajo cualquier drapeado, correa o funda de espada, sutilmente colocados. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br />
<div style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">
</div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
</div>
<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
El Ideal clásico</h4>
<div class="dam_pic dam_left" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: left; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 20px 10px 0px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130054&cHash=a151d7c674" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="379" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/da9be567ae.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="250" /></a></div>
<div style="width: 250px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">Jean-Baptiste Frédéric Desmarais</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">El Pastor Paris</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Photo © MBAC</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">A partir del siglo XVII se implementan formaciones de excelencia, para los artistas más privilegiados. En el ámbito de la escultura y de la pintura de historia, la finalidad de estas enseñanzas es el dominio de la ejecución de un desnudo masculino: ocupa un lugar central en el proceso de la creación, los estudios de desnudos preparatorios teniendo por objetivo plasmar, lo mejor posible, la articulación de los cuerpos, vestidos o no, en la posición definitiva. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">En Francia, los alumnos se forman en la Academia real y posteriormente en la Academia de Bellas Artes, a partir de dibujos y de grabados, a partir del “bulto” y a partir del modelo natural vivo. Hasta una fecha bastante avanzada del siglo XX, esos modelos son solo masculinos, por motivos morales, pero también porque se considera al hombre como el arquetipo del canon humano. Para ser noble y digno de una representación artística, este cuerpo, por el que todos optan, solo puede ser el de un hombre del día a día: por lo que surge la necesidad de diluir las particularidades individuales del modelo, para elevar su sujeto. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Más que nadie, los artistas de la Antigüedad y del Renacimiento están considerados como habiendo establecido una síntesis ideal del cuerpo humano, sin perderse en los meandros de la individualidad. Para Winckelmann, esteta alemán del siglo XVIII, la belleza ideal de las estatuas griegas solo se puede encarnar en el desnudo masculino. Aunque inspire a numerosos artistas, la “noble sencillez y calma grandeza” de los dioses winckelmannianos se pone en tela de juicio en otras lecturas del arte de la Antigüedad: el tormento del Laocoonte de la Antigüedad tardía es perceptible en el danés Abildgaard, mientras que David preconiza una virilidad más romana. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Aunque trastornado, reinterpretado y renovado por las vanguardias del siglo XX, el desnudo masculino clásico, y su cargante herencia, sigue siendo el objeto de fascinación, hasta entre ambas guerras y la actualidad.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;"><br /></span>
<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
El Desnudo heroico</h4>
<div class="dam_pic dam_left" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: left; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 20px 10px 0px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130057&cHash=1f94e56e59" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="211" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/69b161309e.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="250" /></a></div>
<div style="width: 250px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">George Hoyningen-Huene</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">Horst P. Horst, Photographie</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Droits réservés</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">El concepto e incluso la palabra de héroe son una herencia de la Grecia antigua: medio dios o simple mortal que trasciende su condición humana para convertirse en un </span><span class="italiquenoir" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; font-style: italic; line-height: 14px;">exemplum virtutis</span><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">, encarna un ideal. La admiración por el arte y la cultura de la Antigüedad explica la omnipresencia del héroe en los círculos académicos, en particular en cuanto a los temas obligatorios para los candidatos al premio de Roma: la gran pintura de historia se nutre de las proezas de los súper hombres, con el más perfecto aspecto corpóreo. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Vínculo de valores nobles e universales, esta correspondencia entre la anatomía y la virtud del héroe hace referencia al concepto neoplatonista que asocia la belleza y el bien. La desnudez del héroe parece tan obvia que el “desnudo heroico” es el objeto de un debate recurrente para la representación de grandes hombres, ya sea del pasado como contemporáneos, tan incongruente como pueda parecer el resultado. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">El heroísmo no es un estado. Es una forma de ser reveladora de una fuerza de carácter fuera de lo común: aunque la fuerza de Hércules sea indisociable de sus proezas, la astucia de David le permite vencer al poderoso Goliat. En ambos casos, poseen una fuerza guerrera particularmente valorizada por un siglo XIX sediento de virilidad y de afirmación patriótica: más que nunca, representa el ideal por alcanzar. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Cabe esperar la crisis de la masculinidad en el siglo XX, para asistir a la renovación del estatuto del héroe, cada vez más contemporáneo, y a la diversificación de sus características físicas. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Sin embargo, ya sea una estrella o un creador como Yves Saint-Laurent, o también hombres jóvenes de las calles de Harlem, pintados por el americano Kehinde Wiley, el poder evocador de la desnudez sigue presente. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br />
<div style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">
</div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
</div>
<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
Los Dioses del estadio</h4>
<div class="dam_pic dam_right" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: right; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 0px 10px 20px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130059&cHash=b01ce214f4" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="300" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/e9883c52fb.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="250" /></a></div>
<div style="width: 250px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">Pierre y Gilles (nacidos respectivamente en 1950 y en 1953)</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">Viva Francia</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Pierre et Gilles</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">A lo largo del siglo XIX se inicia una nueva mirada hacia el cuerpo, más médica e higienista, cuya incidencia sobre el concepto del desnudo artístico es considerable. Se multiplican los movimientos de educación física y los gimnasios. El “deportista” fascina y, como por ejemplo del pintor Eugene Jansson, se acude para admirar y codiciar el poder viril de su cuerpo en los lugares donde se exhibe. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Esta concepción halla su realización en el culturismo, admiración narcisista de un cuerpo convertido en objeto que se puede labrar como si se tratase de una obra. El hombre moderno de morfología atlética se convierte en un nuevo ideal potencial: encarna una belleza que da pie, sin lugar a dudas, a la comparación con el arte grecorromano. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Vinculado con la afirmación de una identidad nacional, el atleta llega a personificar la fuerza bruta de la nación y una capacidad para defender al país, en tiempos de guerra. En Estados Unidos en la década de 1930, es el objeto de un desarrollo particular, con la valorización del hombre simple que combina fuerza física y valentía. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Los regímenes totalitarios pervierten, por su parte, el culto del atleta al servicio de su ideología: Alemania lo asocia de forma demiúrgica a la mera invención que representa el hombre “ario”, mientras que el Gobierno de Mussolini erige los ídolos de mármol, en el Stadio dei Marmi.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;"><br /></span>
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;"><br /></span>
<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
Que duro es ser un héroe</h4>
<div class="dam_pic dam_left" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: left; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 20px 10px 0px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130067&cHash=5260f2959a" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="202" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/835877112d.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="250" /></a></div>
<div style="width: 250px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">Jean-Bernard Duseigneur</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">Orlando furioso</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Musée du Louvre, Dist. RMN-Grand Palais / Thierry Ollivier</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Transgrediendo el orden establecido, el héroe mitológico se expone a la ira de los dioses y a la envidia de los hombres. Aunque tenga las pasiones del hombre, sus fallos morales y a veces su fragilidad, posee sin duda de los dioses su perfección plástica: el artista y el espectador encuentran en él, de este modo, la emanación de un yo sublimado. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Los grandes destinos dramáticos proporcionan pues carácter a las composiciones y permiten traducir toda una gama de emociones, desde la resolución hasta la desesperación, de la hosquedad al reposo eterno. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Aunque sea un tópico decir que el rostro es lo que mejor transcribe la expresión los sentimientos – teorizados e institucionalizados, desde los dibujos de Le Brun hasta el concurso de la “cabeza de expresión” de la Escuela de Bellas Artes –, no se debe infravalorar el papel ineludible del cuerpo y de la anatomía como vector emocional: algunas elecciones formales pasan a ser incluso convenciones admitidas de forma común. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">La mitología y la epopeya homérica presentan abundantes destinos fatales y las pasiones destructoras del héroe cuya desnudez se legitimiza mediante el arraigo al mundo helenístico antiguo: Corta exposición del cuerpo desmembrado del infortunado Hipólito, premonición de la transposición en el universo clásico del </span><span class="italiquenoir" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; font-style: italic; line-height: 14px;">Caído por la patria</span><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">de Lecomte du Nouÿ. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br />
<div style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">
</div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
</div>
<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
Nuda Veritas</h4>
<div class="dam_pic dam_right" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: right; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 0px 10px 20px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=1946&cHash=a2a5268c4d" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="Auguste Rodin
(1840-1917)
L'Age d'airain [La edad de bronce]
Entre 1877 y 1880
Estatua de bronce
Alt. 178; Anch. 59; P. 61,5 cm.
París, museo de Orsay" border="0" class="imageRTE" height="319" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/cf7ceeb18b.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="250" /></a></div>
<div style="width: 250px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">Auguste Rodin</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">La edad de bronce</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© RMN-Grand Palais (Musée d'Orsay) / Thierry Ollivier</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">La estética realista que se ampara del arte occidental, durante el siglo XIX, trastorna la representación de la desnudez masculina. El cuerpo, tal y como está representado en toda la veracidad de la naturaleza, ahora ya no dispone de la distanciación, acorde con la urbanidad que caracterizaba la idealización, objetivo del ejercicio del desnudo académico. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">En este contexto en el que desvelar un cuerpo vulnera el pudor – el hombre desnudo parece todavía más obsceno y chocante que la mujer, en la sociedad del siglo XIX en la que reina la dominación masculina – el desnudo masculino pasa a ser gradualmente todavía más escaso, al proliferar las figuras femeninas. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Esta inversión de tendencia no implica, sin embargo, que desaparezcan los hombres desnudos: su estudio científico, mediante nuevas técnicas, como la descomposición del movimiento con series de fotografías tomadas en ráfaga – la cronofotografía –, hace progresar los conocimientos anatómicos y transforma la enseñanza dispensada a los artistas. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">A partir de entonces, se trata menos, para los artistas más vanguardistas, de alcanzar un canon de belleza heredado del pasado, que un cuerpo cuya armonía siga siendo fiel a las características del modelo. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">El poder evocador del desnudo inspira a artistas como el austriaco Schiele, autorretratos desnudos que revelan los tormentos existenciales del artista. Otorgándole a veces una dimensión crística, representaciones así superan el realismo, para acceder a una introspección, alcanzando una gran posteridad hasta el siglo XXI, en particular en fotografía.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;"><br /></span>
<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
Sin complacencia</h4>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
<br />La fascinación por lo real que se impone en los círculos artísticos de mitades del siglo XIX, origina una profunda renovación en la pintura religiosa. Aunque el recurso a la idealización de la Antigüedad en los cuerpos pareciese acorde con el dogma religioso, artistas como Bonnat le proporcionan un nuevo aliento, al representar personajes bíblicos en la cruel verdad de su condición física.<br /></div>
<div class="dam_pic dam_left" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: left; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 20px 10px 0px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=121422&cHash=a71ad430dd" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="pintura" border="0" class="imageRTE" height="264" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/ba81c4c549.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="500" /></a></div>
<div style="width: 500px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">William Bouguereau</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">Igualdad ante la muerte</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Musée d'Orsay, dist. RMN-Grand Palais / Patrice Schmidt</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Este principio ya se había implementado en </span><span class="italiquenoir" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; font-style: italic; line-height: 14px;">Igualdad ante la muerte </span><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">de Bouguereau quien, en sus comienzos, adoptó, en el contexto de los últimos coletazos del romanticismo, la fuerza de la imagen de un cadáver ordinario. Lejos de embellecer al novelista que se le pide homenajear, Rodin pretende plasmar el tipo físico corpulento de Balzac, con una implacable fidelidad, sin restarle sin embargo su magnificencia. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Se plantea entonces la cuestión de la relación del arte con la realidad, a la que Ron Mueck se dedica en su obra. Y la extrañeza generada por una modificación de escala, proporciona una intensidad al cuerpo muerto de su padre que entra en resonancia con el difunto de Bouguereau. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br />
<div style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">
</div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
</div>
<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
Im Natur</h4>
<div class="dam_pic dam_left" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: left; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 20px 10px 0px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130068&cHash=c78fa5095a" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="291" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/970b6067e7.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="180" /></a></div>
<div style="width: 180px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">Frédéric Bazille</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">El pescador y el gavilán</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© © Lylho / Leemage</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">La inscripción del cuerpo desnudo en un paisaje no es un nuevo reto, para los artistas del siglo XIX. En muchos respectos, se trata incluso de un elemento recurrente de la gran pintura de historia y de un ejercicio plásticamente exigente, prisma mediante el que se juzga el dominio técnico de los artistas.</span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Se trata en efecto de alcanzar la mayor precisión en las correspondencias de proporción, de profundidad y de enfoque, entre el cuerpo desnudo y su entorno. Aunque </span><span class="italiquenoir" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; font-style: italic; line-height: 14px;">El pescador y el gavilán </span><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">de Bazille sea uno de los intentos más logrados – en un contexto contemporáneo– de la inscripción de un hombre desnudo en la luz atmosférica que se convierte en aquella de los impresionistas, no olvida sin embargo los principios de la construcción académica. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">La desnudez masculina en la naturaleza toma otro significado conforme se va transformando la sociedad, con el progreso técnico y la urbanización. El hombre está entonces en busca de una comunión con la naturaleza, que le pueda reconciliar con los excesos y el desarraigo, generados por el mundo moderno, a la vez que se conforma a las teorías higienistas que recomiendan el ejercicio físico y el aire libre. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br />
<div class="dam_pic dam_right" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: right; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 0px 10px 20px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130063&cHash=4f4556f2d0" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="148" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/3eb2d0effc.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="180" /></a></div>
<div style="width: 180px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">Hippolyte Flandrin</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">Joven sentado a orillas del mar, estudio</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Musée du Louvre, Dist. RMN-Grand Palais / Angèle Dequier</span></div>
</div>
</div>
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Esta dimensión filosófica que inspira a pintores como Hodler y Munch, ya se hacía sentir en </span><span class="italiquenoir" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; font-style: italic; line-height: 14px;">El joven a orillas del mar</span><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;"> de Flandrin, cuya perfección de las formas crea una armonía entre el cuerpo y la ribera. Este sentimiento de plenitud explica, sin duda, la fama de la imagen, en particular en los círculos homosexuales clandestinos de antes de la Primera Guerra Mundial, que inspira ya a Gloeden, en fotografías en las que los cuerpos desnudos entran en fusión con la luz mediterránea de Sicilia.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;"><br /></span>
<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
En el dolor</h4>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
<br />Los desvíos que se autorizan los artistas, respecto a las normas clásicas, les abren nuevas perspectivas para una representación más expresiva del cuerpo, ya sea en el tormento o el sufrimiento. El declive del desnudo académico y de la temperancia clásica explica una predilección por los suplicios, como el de Ixión, condenado por Zeus a mantenerse atado a una rueda en llamas, en una rotación infinita.<br />Las contorsiones del cuerpo también pueden expresar tormentos más psicológicos. El dolor del cuerpo masculino contribuye naturalmente a los retos de poder entre el hombre y la mujer, en el periodo contemporáneo: el cuerpo desnudo puede ser envilecedor y, en determinadas condiciones, de índole a poner en tela de juicio la virilidad y la dominación masculina. No es inocente, en este particular, que Louise Bourgeois haya elegido una figura masculina para su <span class="italiquenoir" style="font-style: italic;">Arch of Hysteria</span>.<br /></div>
<div class="dam_pic dam_left" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: left; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 20px 10px 0px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130060&cHash=4ade0c9b8b" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="199" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/6cfba24097.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="500" /></a></div>
<div style="width: 500px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">David LaChapelle</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">Would-Be Martyr and 72 virgins</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Courtesy Galerie Daniel Templon, Paris. © David LaChapelle</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Sin embargo, el martirio no genera composiciones torturadas: la muerte de Abel, asesinado por su hermano Caín en el Libro del Génesis, parece al contrario nutrir una pose de última relajación, característica de un cuerpo a punto de expirar. Este abandono no deja de ser, no obstante, ambivalente, lo que los artistas destacan con determinación: el cuerpo, a menudo magnificado y en una cierta éxtasis mórbida se ofrece, en efecto, al deleite del espectador.</span><br />
<div style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">
</div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
En estas condiciones, el sufrimiento no es más que un artificio, para justificar una nueva fetichización del cuerpo. De forma opuesta a la seducción, fotógrafos realizan experimentos, para descuartizar el cuerpo, en una perspectiva estética, o incluso lúdica.<br /></div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
</div>
<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
El Cuerpo glorioso</h4>
<div class="dam_pic dam_left" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: left; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 20px 10px 0px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130061&cHash=5c299ae850" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="336" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/82779af45c.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="250" /></a></div>
<div style="width: 250px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">François-Xavier Fabre</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">San Sebastián expirando</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Musée Fabre de Montpellier Agglomération - cliché Frédéric Jaulmes</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">La cultura judeocristiana influencia innegablemente la representación del hombre desnudo, a partir del arte del periodo moderno. Sin embargo, la concepción católica del cuerpo entra en contradicción con desvelarlo, desde la era paleocristiana: tan solo sería un mero envoltorio carnal, del que se libera el alma del cristiano al morir. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Bajo la influencia de los teólogos que recomiendan la alianza de lo sensible y de lo espiritual, la desnudez se impone no obstante paulatinamente, para figuras de mayor relevancia como las de Cristo y de San Sebastián. Su cuerpo martirizado, trascendido por un sufrimiento, soportado gracias a la fe, permite así mismo, paradójicamente al alma humana, acercarse a Dios. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Para la iglesia católica, la vulnerabilidad del cuerpo de Cristo sometido a los sufrimientos y portador de los estigmas proclama su humanidad, mientras que su rostro inspirado y su cuerpo obviamente idealizado, heredados de cánones clásicos subyacentes, muestran su divinidad. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">La figura de San Sebastián es particularmente compleja: este santo popular, parangón del mártir que sobrevive a su primer suplicio, encarna la victoria de la vida sobre la muerte. Este impulso vital no es sin duda ajeno a su belleza juvenil y desvelar su cuerpo, ambos aspectos adquiridos ya por el siglo XVII. </span><br />
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Por consecuencia, su representación se aleja insensiblemente del dogma católico, para adquirir una autonomía propia y una libertad sin precedentes: la sensualidad del santo pretende estar cada vez más presente, mientras que su sufrimiento a veces es imperceptible. En esta búsqueda de voluptuosidad, solo sigue estando prohibido hasta el siglo XX, desvelar el sexo. </span><br />
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;"><br /></span>
<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
La Tentación del macho</h4>
<div class="dam_pic dam_left" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: left; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 20px 10px 0px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130064&cHash=0819a21a3b" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="222" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/5c0de92292.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="250" /></a></div>
<div style="width: 250px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">Paul Cadmus</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">El Baño (The Bath)</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Whitney Museum of American Art, NY - Art © Jon F. Anderson, Estate of Paul Cadmus / ADAGP, Paris 2013</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">A partir de mitades del siglo XX, una mirada que asume el deseo por el cuerpo del hombre y la liberación de las costumbres, dan lugar a obras atrevidas. Así mismo, Paul Cadmus no duda, en la sin embargo puritana América posterior a la Segunda Guerra Mundial, en tomar por tema una escena de ligue entre hombres, en un Finistère muy improbable. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Aunque el atractivo físico de los cuerpos se haya mantenido durante mucho tiempo en el secreto de los interiores privados, aparece cada vez más a la luz del día, en círculos de sociabilidad exclusivamente masculinos, como la ducha colectiva, o también bajo el pretexto de la reconstitución de una Antigüedad platónica.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;"><br /></span>
<div style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">
</div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
El erotismo pasa a ser incluso muy crudo en Cocteau, cuya influencia es segura en Warhol, en sus años de juventud. La belleza y la seducción se deshacen entonces del ideal transmitido por las referencias del pasado, para arraigarse a las peculiaridades de las prácticas y de la cultura contemporánea, que supo interpretar tan acertadamente Hockney en su pintura.</div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
<br /></div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
</div>
<h4 style="background-color: white; color: #cc4040; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 12px; line-height: 18px; margin-bottom: 0px; padding-bottom: 0px;">
El Objeto del deseo</h4>
<div class="dam_pic dam_right" style="background-color: white; color: #4c4c4c; float: right; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; margin: 0px; padding: 10px 0px 10px 20px;">
<div class="dam_imagewrap">
<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones.html?zoom=1&tx_damzoom_pi1%5BshowUid%5D=130065&cHash=ab510d8d2d" style="color: #cc4040; outline: none; text-decoration: none;"><img alt="" border="0" class="imageRTE" height="189" src="http://www.musee-orsay.fr/typo3temp/pics/9240902c53.jpg" style="border: 0px; margin: 0px;" title="" width="250" /></a></div>
<div style="width: 250px;">
<div class="dam_caption" style="color: #807366; font-size: 9px; letter-spacing: -0.5px; padding-left: 0px; padding-right: 10px; padding-top: 5px;">
<span class="dam_ct_auteur" style="color: #4c4c4c; display: block;">Anne-Louis Girodet</span><span class="dam_ct_titre" style="color: #4c4c4c; display: block; font-style: italic;">El sueño de Endimión</span><span class="dam_ct_copyright" style="display: block;">© Cliché J. Faujour/musée Girodet, Montargis</span></div>
</div>
</div>
<br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Durante mucho tiempo, el cuerpo masculino en el arte ha sido el objeto de una “objetivación”: la admiración sin límites por la perfección de los desnudos grecorromanos, pura reconstrucción intelectual de un cuerpo convertido en canon, ha hecho que su lectura sea acorde con los buenos modales, incluso aquella de Winckelmann, que conlleva sin embargo una fuerte carga erótica. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">Aunque los círculos academicistas fomentasen naturalmente el desnudo en la gran pintura de historia, algunos temas no ocultaban sin embargo toda la sensualidad y ambigüedad. En el giro del siglo XIX, las reflexiones sobre los caracteres propios a cada sexo y sus fronteras nutren un interés por los amores bisexuales de Júpiter o de Apolo, y la fórmula de un joven héroe muriendo en los brazos de su amante tiene particularmente éxito. </span><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><br style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;" /><span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">En Girodet, Endimión adopta los rasgos de un efebo con el cuerpo sensualmente acariciado por los rayos de la diosa luna, que ha inspirado numerosas interpretaciones homo eróticas. En los simbolistas, como en Gustave Moreau, la diferencia entre los sexos se consuma en detrimento de un hombre vulnerable, bajo el imperio de una fuerza fatal y destructora, identificada como femenina.</span><br />
<span style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;"><br /></span>
<div style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px;">
</div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
En el lado opuesto, sin embargo, y en base a un modo menos dramático, Hodler representa el nacimiento de un amor adolescente entre un hombre joven ensimismado y una muchacha joven dominada por su encanto.<br /><br />A lo largo del siglo XIX, la sensualidad y la erotización asumida, consideradas como propias del cuerpo femenino, afectan seriamente la virilidad tradicional del desnudo masculino: este golpe sin embargo no es fatal, ya que el desnudo masculino está muy lejos de desaparecer en el siglo XX.</div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
<br /></div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
La liberación de las prácticas sexuales afirma alto y claro una cierta voluptuosidad y envuelve de una carga sexual el cuerpo masculino, a menudo con pocas reservas. El modelo está generalmente identificado, señal de una afirmación de la individualidad de la obra, como en Pierre y Gilles que mezclan mitología y retrato contemporáneo.</div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
<br /></div>
<div class="bodytext" style="background-color: white; color: #4c4c4c; font-family: verdana, arial, helvetica, sans-serif; font-size: 11px; line-height: 14px; padding-top: 2px;">
FUENTE:<a href="http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones/page/5/article/masculin-masculin-37292.html?tx_ttnews%5BbackPid%5D=254&cHash=a0f2c5ea3e" style="background-color: transparent;">http://www.musee-orsay.fr/es/eventos/exposiciones/en-el-museo-de-orsay/exposiciones-en-el-museo-de-orsay-mas-informaciones/page/5/article/masculin-masculin-37292.html?tx_ttnews%5BbackPid%5D=254&cHash=a0f2c5ea3e</a></div>
Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-4081065773634550092012-08-16T14:49:00.002-07:002012-08-16T14:53:28.841-07:00 Vuelve el hombre masculinoLos metrosexuales han sido destronados. En la travesía de la masculinidad iniciada hace décadas por millones de hombres, se impone ahora el modelo megasexual, ese hombre varonil que, además, es capaz de entregarse sin escatimar ningún tipo de ternura y sensibilidad<br />
<br />
Carmen Grasa<br />
<br />
Leer más: http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20120810/54335234146/vuelve-el-hombre-masculino.html<br />
<br />
<br />
<div class="cabecera">
<img alt="Vuelve el hombre masculino" class="formato224x270" height="270px" src="http://img01.lavanguardia.com/2012/08/09/Lo-viril-siempre-se-ha-asociad_54335822715_51348736062_224_270.jpg" title="Vuelve el hombre masculino" width="224px" />Lo viril siempre se ha asociado a machismo, pero este vínculo ya no es tal
PHILIP NEMENZ
<br />
El nuevo ideario masculino<br />
<br />
Los hombres ahora:<br />
<br />
-<b>cooperan</b><br />
-<b>hablan</b><br />
-<b>escuchan</b><br />
-<b>colaboran</b><br />
-<b>expresan emociones</b><br />
-<b>son solidarios</b><br />
-<b>son sensibles</b></div>
<h2>
</h2>
Machotes, metrosexuales, cibersexuales, ubersexuales. Hombres
femeninos, dandis y de pelo en pecho. Caballeros, compañeros, chicos
malos. Rebeldes, conservadores, con corbata o desgreñados. Depilados o
hermosos como osos. Musculados, peterpanes, viriles. Dominadores,
poderosos, <b>sensibles</b>, solidarios, amigos, padres,
amantes… Hombres en busca de su identidad desde hace unas décadas,
redescubriéndose para adaptarse a una <b>sociedad</b> que
cambia, repensándose para satisfacer sus demandas. O reinventándose por
puro hartazgo, porque ya no quieren ser superhéroes, porque su eterno
papel de <b>cazadores</b> infatigables les pesa como una losa,
porque han descubierto los beneficios del co-: cooperar, coeducar,
convivir, corresponder, colaborar, cocinar, coincidir, concordar,
confiar.<br />
Debido a una evolución natural, a causa de las <b>exigencias femeninas</b>
o por el cansancio acumulado de siglos y siglos en su papel de sexo
fuerte, los hombres quieren, necesitan, encontrar su nuevo lugar en el
mundo. Las mujeres llevan recorriendo ese camino siglos y todavía
levantan ampollas temas como la maternidad o las diferencias salariales.
Los hombres acaban de empezar. Novatos en estas lides, tienen un vasto
camino por delante. Y mientras lo recorren, llueven del cielo modelos,
opuestos o complementarios, las más de las veces mediáticos, que acaban
por generarles una cierta confusión. “Estamos en una época de <b>crisis</b> y de cambio de la <b>identidad masculina</b>
que dura ya varios años. En España llevamos unas dos décadas de
estudios sobre la masculinidad. Este es un tiempo de cambios y es normal
que haya una cierta confusión, pero viene generada por la falta de
alternativas. Todos los modelos que se suceden tienen que ver con la
dificultad de encontrar otras formas de ser hombre diferentes de las
tradicionales”, reflexiona Erick Pescador Albiach, sociólogo, sexólogo y
especialista en masculinidad y prevención de <b>violencia machista</b>.
Y añade: “En la sociedad, en la calle, se ve la necesidad de plantear
hombres que estén en contra de la violencia, que muestren otras formas
diferentes de relacionarse en la casa, de hacer las tareas, de la
crianza, de relacionarse afectivamente. Todo eso es una necesidad social
realmente. Más que confusión, estamos en un momento de crisis y cambio,
pero eso no es necesariamente malo”.<br />
<br />
El hombretón aguerrido, extremadamente competitivo, fiero, dominante,
que desprecia las emociones e inexpresivo, ha pasado a la historia. El<b> machismo</b>
ya no le sale a cuenta a nadie, ni a hombres ni a mujeres. “El machismo
es una psicopatología dentro de los entornos de comportamientos
extremos”, expone José María Prieto, catedrático de Psicología del
Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid y coautor, junto a
Ricardo Blasco y Gerardo López Montalvo, del estudio El discreto encanto
de ser masculino. En este análisis, y desde un punto de vista
psicológico, definen el machismo “como una mezcolanza de <b>narcisismo</b>,
homofobia, autoritarismo, marcha, camaradería, ilusión de grandeza y
complicaciones hormonales. Se trata, pues, de un meollo trastornado,
anormal, muy distinto de la <b>identidad</b> masculina,
saludable, normal”. Y aunque hay todavía quien se resiste a abandonar
ese modelo trasnochado, ya nadie pone en duda que el macho, como esencia
de la identidad masculina, ha agotado su espacio y su tiempo.<br />
<br />
Quizá para contrarrestarlo, quizá como producto de marketing, aparecieron hace unos años los tan alabados, entonces, <b>metrosexuales</b>.
Hombres a los que no les importaba mostrar su lado más femenino,
hombres que se cuidaban, que prestaban atención a su aspecto, que
consumían cremas hidratantes, que se fueron dejando caer por los salones
de belleza, que exhibían músculo depilado. Hombres que gustaban a las
mujeres y a los que no importaba que otros hombres los encontraran
tremendamente seductores. Fueron los años del reinado de David Beckham,
la estrella metrosexual por excelencia. Considerado un <b>modelo</b> impuesto por las grandes multinacionales de la cosmética, que vieron en los metros un mercado <b>virgen</b> que podía generar millones de euros, lo cierto es que Beckham y sus acólitos dieron una vuelta de tuerca a la masculinidad.<br />
<br />
“Los metros no están necesariamente ligados a un cambio en las <b>relaciones</b>,
aunque hay cosas en las que han dado un paso adelante. En su origen
está el cambio estético, no ideológico. Con todo, cuando un hombre
empieza a cuidarse a sí mismo, empieza a despertarse la necesidad de
atender y escuchar el cuidado de los demás. Ese es un proceso
importante. Es un proceso de descubrir el cuidado. Y ha sido contrario
al de las<b> mujeres</b>. En ellas es ‘cuido a los demás y si
me queda tiempo, a mí’. En los hombres empieza desde el ombligo, de
ellos hacia los demás y se extiende”, observa Erick Pescador Albiach.
Ver a una estrella de fútbol colgándose a sus niños de la cadera,
llevándolos al parque a jugar, acompañándolos al<b> colegio</b>
y protegiéndolos como hasta hacía poco sólo a una madre se le hubiera
ocurrido, no es una cuestión baladí. Esas demostraciones públicas de <b>ternura</b>,
de afecto, eran impensables hace treinta años. Ellos cambiaron el pelo
en pecho por la cera depilatoria, pero no es menos cierto que
reivindicaron su papel como padres y como compañeros, compartiendo el
tónico facial y la crema antiedad, pero también la ética del <b>cuidado familiar</b>.<br />
<br />
Sin embargo, desde hace un tiempo los metros están en franca
decadencia. Hasta Beckham se ha dejado barba y refleja una imagen más
varonil en las campañas publicitarias que protagoniza. Los prototipos
afeminados están siendo sustituidos por hombres <b>maduros</b> que transmiten <b>fortaleza</b>, decisión, <b>elegancia.</b>
Un nuevo modelo vuelve a imponerse desde los anuncios televisivos.
Algunos expertos afirman que las mujeres se han cansado de esa imagen
metro tan femenina; otros, que la crisis ha hecho que volvamos nuestros
ojos a prototipos enérgicos, alejados del titubeo. Sea como fuere, los
reyes de la belleza masculina son ahora Hugh Laurie, George Clooney,
Javier Bardem, José Coronado, Xabi Alonso, Antonio Banderas, Cayetano
Rivera, Carles Francino… Son los <b>megasexuales</b>: hombres que no han renunciado a cuidarse, aunque que no llevan esa tarea como bandera, y que se enraízan en la virilidad. Una <b>virilidad</b>
controvertida, porque siglos de cultura patriarcal han convertido lo
varonil en sinónimo de machismo, de ahí el recelo que provoca la
hombría.<br />
<br />
Quizás el nuevo modelo de hombre que reverbera en los anuncios ayude a
sacar la masculinidad bien entendida de su ostracismo. “Lo masculino
sigue siendo masculino. Se ha creado una extraña confusión en que todo
lo masculino es igual a machismo. Lo viril sigue siendo viril y decir
que lo viril es machista es una exageración. Por eso la mayoría de las
cuestiones masculinas han pasado a la clandestinidad. Desde hace veinte
años, los temas de varones se ven desde una perspectiva negativa. Ser
varonil o hablar de la <b>hombría</b> es un insulto. Está
prohibido hablar de hombría o virilidad, pero lo masculino no es un tema
tabú, ni negativo, forma parte de la identidad de XY”, reivindica el
doctor Prieto.<br />
<br />
Los megasexuales son imagen, pero también concepto. Son hombres
próximos a los afectos, contrarios a la violencia, solidarios, que han
descubierto la palabra y la escucha, la entrega. Capaces de expresar sus
<b>emociones</b>, de hablar del miedo y del dolor, de luchar por sus pasiones, de dar <b>afecto</b> y de <b>recibirlo</b>.
“Sí hay nuevos hombres que se plantean una forma diferente de ser
hombre. Hay que elegir el hombre, la persona que quieres ser. El hombre
no nace, se hace. Y puedes llamarlo, etiquetarlo, como quieras. Lo
cierto es que hay una necesidad de cambio y formas diferentes de
plantearse la manera de ser hombre, la sexualidad, la vida. Naces hombre
y puedes cuestionarte la forma en que deseas serlo, pero sí hay <b>valores básicos</b>;
por ejemplo, plantearse la identidad masculina desde la no violencia.
Ese sí es un planteamiento innovador, sin necesidad de ocupar los
espacios de dominación y violencia y que no sea esta la que te dé la
identidad del poder”, destaca Erick Pescador. En su nuevo papel, el
hombre no se siente menos hombre por expresar sus emociones. Aman desde
ellas cultivando lo que muchos han denominado “amar en femenino”.
Apuestan por la no violencia, por el respeto a la libertad individual,
por la caballerosidad entendida como humanidad, como <b>educación</b>.
En sus relaciones desean “introducir elementos que no han estado en el
ámbito de lo masculino y mantener otros masculinos que son estupendos y
maravillosos. Muchos hombres de repente se recuestionan sus <b>vidas</b>,
sus relaciones, su sexualidad”, describe el sociólogo. Entre las
sábanas, los megasexuales son generosos. Despliegan un amplio abanico de
juegos de seducción y erotismo destinados a dar y recibir placer, no
sólo a obtenerlo. La sumisión femenina y el dominio masculino han pasado
a la historia. Saben cómo mirar a una mujer, quieren establecer con
ella una buena comunicación, desean que se sienta amada, satisfecha y
respetada. Como compañeros de vida y de cama pueden ser una joya.<br />
<br />
En casa, en las tareas del hogar, en el cuidado de los hijos, los megas echan horas y esfuerzo. Esta es la <b>travesía</b>
más áspera, porque “el hombre debía tener la responsabilidad del
patrimonio, que es diferente de la del matrimonio. Tenía asumida una
iniciativa, una responsabilidad de siglos. Ahora está reajustando la
concepción de cuál es su papel”, define el doctor Prieto. Los
metrosexuales introdujeron una <b>ética</b> muy primaria del
cuidado que los megas han empezado a desarrollar. “El 51% de los padres
varones con niños de 5 a 10 años están altamente implicados en la <b>crianza</b>
de sus hijos, aunque todavía sólo el 7% de ellos se implica igual o en
mayor medida que las madres”, establece el estudio Infancia y futuro.
Nuevas realidades, nuevos retos, de la Fundación Obra Social La Caixa.
Según el mismo análisis, la proporción de padres que se acogieron a la
baja por <b>paternidad</b> se ha cuadruplicado desde la puesta
en marcha de la ley de Igualdad en el 2007: ha pasado del 15% al 58%.
Los hombres del siglo XXI parecen haberse dado cuenta de que “la familia
igualitaria contribuye más que la tradicional al bienestar de los niños
españoles”, como concluye el informe.<br />
<br />
En su tarea como cuidadores es donde parecen estar más perdidos, casi
aturdidos, porque no acaban de encontrar el método. “Están descubriendo
los <b>aspectos positivos</b> de la crianza y el cuidado,
pero también aprendiendo que atender a los hijos es complejo, no es tan
fácil”, sostiene Pescador Albiach. Muchas veces se produce el <b>efecto péndulo</b>,
aunque tampoco las mujeres se libran de él, y “pasamos –como expone el
sociólogo– del padre protector y dominante al padre que todo lo puede,
que es amigo de sus hijos. El padre no puede ser nunca amigo, pueden ser
más cercano, pero no amigo”. Porque siendo un colega más se acaba por
no establecer los <b>límites</b>, que es uno de los grandes
problemas de la educación en estos momentos, tal como alertan desde
psicólogos a sociólogos o pedagogos. Según ellos, los límites hay que
ponerlos, si no, convertimos a nuestros hijos en seres asociales, sin
capacidad para la <b>relación</b>, la negociación o para resistir la frustración.<br />
<br />
Sin embargo, toda cara tiene su cruz. Advierten los expertos que tras
la imagen de los megasexuales pueden esconderse hombres machistas, pero
<b>políticamente correctos</b>, alentados por el devastado paisaje económico que nos rodea. Son el movimiento <b>retrosexual</b>,
que ya protagoniza páginas web y convoca hasta manifestaciones para
reivindicar la vuelta al prototipo de machote. “Cuando se produce el
cambio, la crisis del modelo, a los hombres les da mucho miedo, porque
ya no sirve el modelo que hasta ahora les había proporcionado <b>seguridad</b>.
Y es entonces cuando aparecen movimientos como la retrosexualidad o el
neomachismo. Son formas de resistirse a ese cambio que ya es una
realidad y que supone que el modelo de ser hombre como siempre ya no
funciona”, advierte Erick Pescador Albiach. Estas tendencias de <b>rebeldía</b>
frente al cambio están habitadas sobre todo por enemigos de los metros,
no buscan un espacio nuevo ni la revisión de los modelos relacionales. Y
nacen del <b>miedo</b>, porque “cuando se cuestiona el modelo
masculino se cuestiona el poder. El hecho de que se cuestione la
masculinidad supone que se cuestione toda la estructura de relaciones de
poder del sistema. Y los hombres tienen miedo de perder el <b>poder</b>. Todavía estamos por llegar al modelo equilibrado. Es un <b>proceso</b> costoso y lento”, concluye el sociólogo.<br />
<div style="background-color: white; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;">
<br />
Leer más: <a href="http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20120810/54335234146/vuelve-el-hombre-masculino.html#ixzz23kQVonaX" style="color: #003399;">http://www.lavanguardia.com/estilos-de-vida/20120810/54335234146/vuelve-el-hombre-masculino.html#ixzz23kQVonaX</a>
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<h2>
Bien dotados... de sensibilidad
</h2>
<div class="p3">
<b>Las multinacionales de la cosmética</b>,
siempre avispadas, ya se han dado cuenta de que una nueva masculinidad
ha visto la luz. Dicen los expertos que no hay sólo un modelo de hombre,
como no lo hay de mujer, pero siempre existen referentes a los que a
todos nos gustaría parecernos. Querríamos tener el <b>encanto</b>
de uno o de otra, la inteligencia de aquel o de aquella, su belleza, su
capacidad de entrega, su equilibrio. Los admiramos por sus aptitudes y
sus actitudes. Y en la larga travesía de la masculinidad, ahora es el
momento de los megasexuales: apasionados, <b>emotivos</b>, entregados, viriles, <b>fuertes</b>, tiernos y decididos, representantes de la masculinidad bien entendida.<br />
<br />
<b>PEP GUARDIOLA</b><br />
El exentrenador del FC Barcelona es
un hombre elegante, de traje o en vaqueros, educado, exquisito en sus
formas, respetuoso. Un apasionado por su trabajo, pero capaz de dejarlo
todo “porque me he vaciado” y porque quiere devolver a su compañera y a
sus tres hijos el tiempo y el espacio que les ha escatimado en los
últimos años. Ha llorado en público, se ha mostrado <b>enérgico</b>. Amante de la disciplina, ha ejercido su profesión con firmeza, pero sin ahorrar <b>afectos</b>.<br />
<br />
<b>HUGH LAURIE</b><br />
Es la nueva imagen millonaria de una firma de productos de belleza para hombres. El Doctor House ha seducido desde su <b>inteligencia</b>, desde su toque de <b>rebeldía</b>.
Lo hemos visto evolucionar, aprender de sus errores, rectificar, ser
apasionado y cuidar de los suyos. Hemos descubierto sus debilidades, sus
miedos. Su intimidad sentimental ha quedado al descubierto. La
experiencia, la madurez, se han combinado en él con un atractivo físico
que hunde sus raíces en lo varonil.<br />
<br />
<b>JAVIER BARDEM</b><br />
No
le dedicó el premio que recogió en Cannes en el 2010 a su mujer, se lo
dedicó a su amor, Penélope Cruz. Con sólo una palabra demostraba que
detrás de su imagen ruda late el corazón de un hombre bien dotado de <b>sensibilidad</b> que no se avergüenza de expresar sus emociones. Es <b>solidario</b>,
como demuestran sus acciones a favor del pueblo saharaui. Y en
cuestiones menos espirituales, su cuerpo, grande, sus mandíbulas
poderosas, lo convierten en el paradigma de la hombría.<br />
<br />
<b>GEORGE CLONEY</b><br />
El actor es, a sus 51 años, el paradigma de casi todo. Seductor, capaz de entregarse con <b>pasión</b> a la causa de los refugiados y acabar en la cárcel por defender sus principios. Clooney es educado,<b> elegante</b>, con una personalidad arrolladora, tan cautivadora como su <b>sonrisa</b>.
En su mirada puedes descubrir la ternura o la fortaleza, el cariño y la
energía. Tan decidido como capaz de reconocer su miedo e inmadurez para
ser padre. Y no se considera menos hombre por preferir el descafeinado;
<b>intenso</b>, eso sí.</div>
<br />
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<br />
La seducción es natural, pero hay que evitar que la chica se presente como objeto<br />
<br />
LA VANGUARDIA 09/06/2012<br />
<br />
<div class="lv24hfoto jcarstatic_navin" id="dgrid1555433891">
<div>
<div class="" id="adm13450438820531">
<div class="foto">
<div class="ico-galeria amplia">
</div>
<img alt="Más shorts que nunca en las escuelas" class="formato600x226" height="226px" src="http://img01.lavanguardia.com/2012/06/09/Cuatro-amigas-adolescentes-aye_54309077512_51351706917_600_226.jpg" title="Más shorts que nunca en las escuelas" width="600px" />
</div>
<div class="p3">
Cuatro amigas adolescentes, ayer, a la salida del instituto
<span>
Ana Jiménez
</span>
</div>
</div>
</div>
</div>
<img alt="Cristina Sen" src="http://img01.lavanguardia.com/2010/10/28/Cristina-Sen_54061015481_40_40.jpg" />
<div class="c1">
<a href="http://www.lavanguardia.com/20101028/54061015481/cristina-sen.html" title="Cristina Sen">
Cristina Sen </a></div>
<div class="c1">
<br /></div>
<div class="c1">
Se observan estos días en las calles grupos de piernas coronadas por un <strong>short</strong>
de diseño minúsculo. Es la moda de niñas, adolescentes y jóvenes en
edad universitaria, un uniforme de verano que acapara casi todos los
estantes de las tiendas de ropa y que convierte en una aventura incierta
encontrar un pantalón corto con algo más de tela. Los <strong>minishorts</strong>
sirven para todo. Se llevan al colegio, al instituto, a la universidad.
A la discoteca y a la playa, y también se han visto en algún puesto de
trabajo. Madres y padres discuten con sus hijas, especialmente con las
pequeñas, los profesores lo comentan. ¿Es el debate de siempre, el de la
expresión y reivindicación de la <strong>juventud</strong>, o hay nuevos elementos?<br /><br />La preocupación hoy latente a la hora de analizar el significado de esta moda es el de la <strong>hipersexualización</strong>,
el acortamiento de la infancia, el ritmo de maduración de los
jóvenes... Esto no significa vincular en términos generales la moda de
los minishorts (los de la foto no son los más cortos del mercado) a
estos aspectos que analizan psicólogos y sociólogos, pero sí que da pie a
plantear si todos sus usos son adecuados, lógicos, sanos.<br /><br />"Podríamos
considerar que es una provocación de los adolescentes, una forma de
enfrentar-se a los padres", señala Cristina Ramírez, profesora de
Psicología Evolutiva y de Psicología de la Sexualidad (Universitat de
Barcelona). Sin embargo, esta profesora, que aborda el debate desde
muchos puntos de vista, estima que la forma de vestir es un lenguaje y
cada uno ha de saber lo que expresa con ello. La coquetería, prosigue,
es natural pero la cuestión es saber hasta dónde, "hasta dónde es
adecuado llegar para que uno no sea visto como un objeto".<br /><br />En
cambio, quienes ciñen el análisis al pulso reivindicativo de la
adolescencia y de la primera juventud recuerdan que a lo largo de la
historia siempre ha habido polémica con las formas de vestir. El caso
más paradigmático es el de la minifalda, creada en 1965 por la
diseñadora Mary Quant, que se extendió rápidamente, y los shorts tampoco
son nuevos en la historia del mundo. Pilar Pasamontes, directora
científica del Instituto Europeo de Diseño (IED) en Barcelona y
profesora de Historia de la Moda, considera que los shorts son una
expresión de la juventud y surgen no de una imposición comercial, sino
de las redes sociales y de los blogs. "Es verdad que en algunos casos no
pueden ser más pequeños, son sorprendentes, pero tampoco diría que son
una barbaridad", dice a modo de pincelada.<br /><br />El elemento positivo
que observa es su uso extensivo. Es decir, el hecho de que lo lleven
altas y bajas, gordas, flacas. Pasamontes ve en ello un cierto
desacomplejamiento, una cierta actitud yanqui de más desparpajo.<br /><br />Hay
que desmenuzar el tema. No es lo mismo cómo viste una chica de 17 años
que una de 10. Ni es lo mismo ir al colegio con minishort que llevarlos
el fin de semana. La cuestión, por lo tanto, es el tipo de valores con
los que se crece, el armazón sentimental, sin que esto suponga caer en
el puritanismo o defender el conservadurismo. Cristina Ramírez señala
que lo que falta es una buena educación sexual, entendida no como el
manual de cómo se pone un preservativo, sino de un sistema transversal
que hable de valores, de comunicación, de sentimientos y de respeto,
entendiendo que la sexualidad no es sólo genitalidad. Una educación
tanto en la <strong>escuela</strong> como en la familia en la que cada
uno se plantee cosas sobre sí mismo, que ofrezca criterios de selección a
los niños y a los jóvenes, y autoestima.<br /><br />El tema de la edad es
por tanto importante, ya que, como señala, Ramírez, <b>hay niñas de 10 años
que eligen ropa sexy y no saben qué es ser sexy</b>. Se trata así de
plantear un proceso madurativo lógico, que ofrezca seguridad. <br /><br />Hace
un tiempo que el debate está sobre la mesa (en forma de <b>cinta de tanga,
de enseñar el calzoncillo...</b>), ha llegado a los <b>colegios </b>con el
planteamiento de cuál es la<b> indumentaria adecuada</b> para ir a estudiar e
incluso en el Reino Unido ha sido una cuestión de Estado (véanse las
informaciones adjuntas). Pero nadie se inclina por prohibir el uso de
unas determinadas prendas, sino de ofrecer las herramientas para la
autorreflexión. <b>Ursula Oberst</b>, profesora de Psicología
(Blanquerna-Universitat Ramon Llull), señala que los adolescentes
acentúan sus perfiles hiperfemeninos e hipermasculino, una actitud que
acostumbra a suavizarse con el paso del tiempo. Y actúan también en
función de la identificación con un grupo.<br /><br />Considera, asimismo,
que hoy "ya no se lleva" el <b>perfil de "la chica mona"</b>, sino que lo que
triunfa es una <b>sexualidad agresiva</b> en la que las féminas tienen un papel
dominante a la hora de jugar con el poder de seducción. Se ensalza así a
la mujer como objeto, pero eso ya no está siendo exclusivo de ellas,
sino que la presión se empieza a dar también sobre los varones. La
<b>hipersexualización </b>de estas etapas de la vida se ve en el mundo real,
señala Oberst, pero queda más subrayada en las redes sociales, en los
perfiles que las adolescentes exponen de ellas mismas en Facebook. Pese
al análisis, esta doctora en Psicología considera que no hay que
escandalizarse por el éxito de los shorts, ya que pasará como todas las
modas, y también cambiarán de gustos quienes los llevan.<br /><br />La
American Psychological Associaton elaboró en el 2007 el Informe sobre la
<b>sexualización de las niñas</b>, que ponía altavoz a un debate latente y a
lo que se consideraba una realidad creciente impuesta por el modelo de
consumo de los adultos. La sexualidad es inherente a la vida y un
descubrimiento en la juventud, pero quienes defienden las tesis de esta
excesiva <b>sexualización</b> señalan que esta llega contaminada por un
determinado mundo adulto obsesionado. Los anuncios -con la mujer como
objeto-, el contenido de las revistas para adolescentes, algunas series
de televisión... A ello debe añadirse el acceso a cualquier contenido en
internet, sin pasar por filtros previos explicativos. Y las
consecuencias, según muchos expertos, son negativas, ya que mucho se ha
escrito y se ha hablado sobre lo que conlleva la <b>obsesión por la imagen y
el excesivo culto al cuerpo.</b><br /><br />"Cuando alguien te mira de una
manera, hay que tener la madurez para saber responder", señala Cristina
Ramírez, quien recuerda la importancia del aprendizaje de los límites
aunque la adolescencia sea un momento de lucha contra lo impuesto. Se
trata, por lo tanto, de buscar un equilibrio en el que, aunque suene
prosaico, todo acaba dependiendo del tipo de shorts y de cuándo se usan.
Algunas niñas salen de su casa con pantalón muy corto y <b>leggins</b>, y
después las medias acaban en la mochila. En la universidad hay
profesoras (en femenino) que comentan que hay chicas que vienen tan
sexis que no se sabe muy bien cómo mirarlas. No es cuestión de debatir
si han de ir o no sexis, sino de señalar, dicen, que igual el lugar más
adecuado sería la discoteca. <br /><br />Hay, así, shorts buenos y malos, y
la cuestión sería hacerse con aquel con el que una se siente bien
consigo misma en el momento adecuado. Y, sobre todo, que no se lleven en
la cabeza.</div>
<div style="background-color: white; border: medium none; color: black; overflow: hidden; text-align: left; text-decoration: none;">
<br />Leer más: <a href="http://www.lavanguardia.com/vida/20120609/54309077535/mas-shorts-nunca-escuelas.html#ixzz23dhwa7tr" style="color: #003399;">http://www.lavanguardia.com/vida/20120609/54309077535/mas-shorts-nunca-escuelas.html#ixzz23dhwa7tr</a> </div>
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-32681792426030745892012-07-26T03:03:00.001-07:002012-07-26T03:03:46.807-07:00¿Por qué los hombres se duermen después de practicar sexo?Investigadores descubren que el córtex se 'desactiva' en el orgasmo y el cerebro produce serotonina y opioides
LA VANGUARDIA 25/07/2012
Una pareja duerme en una cama
Barcelona. (Redacción).- Científicos franceses han descubierto por qué los hombres tienden a quedarse dormidos tras practicar sexo: el córtex cerebral, responsable del pensamiento consciente, entra en reposo al llegar al orgasmo; a continuación, el córtex cingulado y la amígdala cerebral mandan serotonina y opioides al resto del cerebro para ponerlo a dormir y anular todo deseo sexual.
Los investigadores han llegado a estas conclusiones escaneando la actividad cerebral de hombres durante y después de practicar sexo, según recoge The Telegraph.
Serge Stoléru, uno de los autores del trabajo de investigación, ha asegurado a The Sunday Times que "en las mujeres parece que no sucede lo mismo, no tienen un periodo de reposo tan largo y pueden pedir más cuando sus parejas lo único que quieren es descansar".Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-76986706267773672022012-07-25T03:58:00.003-07:002012-07-25T03:58:57.848-07:00"Amar no exige aprendizaje, pero convivir requiere una universidad entera"Una tarde de verano<br />
<br />
Entonces, suavemente, como en cuclillas, llega un pensamiento sobre ti, y de golpe recuerdo que te amo<br />
<br />
LA VANGUARDIA 22/07/2012
<img alt="Pilar Rahola" src="http://img01.lavanguardia.com/2007/11/28/Pilar-Rahola_54058423733_40_40.jpg" />
<br />
<div class="c1">
<br />
<a href="http://www.lavanguardia.com/20071128/54058423733/pilar-rahola.html" title="Pilar Rahola">Pilar Rahola
</a>
</div>
<div class="c2">
</div>
<div class="jstoolbar" style="position: relative;">
<form class="toolbarConfig" id="toolbarConfig">
</form>
</div>
<br />
<div class="colB">
</div>
<a href="http://www.lavanguardia.com/encatala/20120722/54327506665/pilar-rahola-una-tarda-destiu.html"><b>Lea la versión en catalán</b></a><br />
<br />
Perdida en esta tarde de verano, me asedian las malas noticias que
invaden los informativos, con la prima de riesgo disparada, Valencia que
pide ser rescatada y ese loco asesino de Denver matando a niños y
adultos que miraban una película. A veces la realidad es una trinchera y
el desconcierto atenaza nuestras almas vulnerables. ¿Qué ocurrirá con
este presente tan amenazador? Y sin querer, una piensa en los hijos,
cuyo futuro incierto labramos a golpe de descalabros. Y en la gente que
quiere, y en el país, y si la tarde se pone metafísica, arriban las
ideas sobre el sentido del ser y esas cosas. Es entonces cuando
suavemente, como en cuclillas, llega un pensamiento sobre ti, y con él
una sonrisa, y de golpe recuerdo que te amo y que me amas y que
conjugamos en plural el verbo de la vida.<br />
<br />
Extraña cosa esa del
compartir, con sus oasis y sus desiertos, sus caminos y sus atajos, sus
miedos y sus sueños. Y sin embargo, maravillosa cosa. Mi amigo, mi
compañero, claro que podría vivir sin ti, y la vida me traería otras
emociones. Pero la cuestión no es cómo sería la vida sin ti, sino cómo
es la vida contigo. Y ya sabes..., cómo todos vamos arrastrando fatigas,
fracasos, disgustos, y también éxitos, alegrías... Pero lo realmente
extraordinario es que vivir contigo me construye y me engrandece. "Tú me
completas", le decía Tom Cruise a Renée Zellweger en aquella azucarada y
deliciosa película titulada <i>Jerry Maguire</i>, que sabes que me
gusta, quizás porque siempre hubo una ñoña dentro de mí. ¡Qué le vamos a
hacer! Todos tenemos nuestros secretos... Pero el término es preciso,
porque ciertamente eso es lo que siento, que me completas. No sé si eres
un hombre extraordinario, pero eres <b>mi hombre extraordinario</b>, y esas
gafas de verte distinto, grande, único, no quiero perderlas nunca. Y te
aseguro, querido, que no es la <b>distorsión del amor</b>, por mucho que ya sé
que amar es mirar con un espejo cóncavo. Pero si te veo especial no es
porque te amo, sino porque vivo contigo, y es ahí, en la <b>gramática de la
convivencia</b>, donde creces hasta hacerte inmenso.<br />
<br />
¿Sabes? Quizás
podría amarte en la distancia, pero querido mío, no quisiera nunca vivir
a tu distancia. Por supuesto, conozco tus debilidades y defectos, como
tú los míos. Pero <b>el verbo convivir es audaz y terco, y supera los
obstáculos si, más allá de las nimiedades, sabe bucear en las aguas
profundas.</b> Y nosotros empezamos a estudiar esa asignatura nada más
conocernos. Con los años te diré que<b> convivir me parece aún más intenso
que amar</b>. Al fin y al cabo, <b>amar no exige aprendizaje, pero convivir
requiere una universidad entera. </b><br />
<br />
Nada, querido, que es una tarde
de verano, y estaba como medio triste con tantas malas noticias, y
entonces pensé en ti y todo tuvo otro sentido. Fíjate, es por eso por lo
que te amo tanto, porque siempre le das sentido a todo, incluso cuando
no estás.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-4975509984121556822012-07-22T03:17:00.000-07:002012-07-22T03:17:15.474-07:00Pájaros en el psiquiatra. Ir al psicólogo<div class="hgroup">
<h1 id="titulo_noticia">
</h1>
</div>
<div class="enlaces">
</div>
<div class="firma_comentarios estirar">
<span class="firma">
<span class="autor">
<a href="http://elpais.com/autor/eduardo_verdu/a/" rel="author" title="Ver todas las noticias de Eduardo Verdu">Eduardo Verdu</a> EL PAÍS </span>
<a class="actualizado" href="http://elpais.com/tag/fecha/20101012" title="Ver todas las noticias de esta fecha">12 OCT 2010</a></span> </div>
<div class="columna_texto">
<br /><div class="cuerpo_noticia" id="cuerpo_noticia">
Ser hijo de padres separados era un estigma. Hace veinte años los
niños que pasaban los fines de semana repartidos entre sus progenitores
no confesaban en el colegio o en el instituto su situación familiar.
Sentían vergüenza. La palabra divorcio era un pesado sello tanto para
esos chavales como para los padres, marcados por un fracaso no solo
amoroso, sino vital.<br />
<br />
Entonces era duro tanto tener que ocultar la cicatriz emocional y
doméstica ante una sociedad duramente inquisitoria e hipócritamente
perfecta como tapar uno de los métodos más efectivos para superar el
trauma: ir al psicólogo. En los años ochenta, incluso en una ciudad como
Madrid, la palabra psicólogo era confundida por mucha gente con la de
psiquiatra. Ambos términos sugerían indistintamente un grave
desequilibrio mental, evocaban imágenes de habitaciones acolchadas y
cócteles de pastillas. Solo a los amigos íntimos se les revelaba en voz
baja que los martes uno pagaba porque le escuchasen, porque le dieran
armas para combatir un desengaño afectivo, una pérdida de estímulos
vitales, los primeros síntomas de una depresión.<br />
<br />
<div class="izquierda" id="sumario_1|html">
<a href="" name="sumario_1"></a>
<div class="texto_grande" style="text-align: center;">
<i>Se ha perdido el pudor a confesar que portamos heridas sangrantes en el corazón</i></div>
</div>
<br />
Afortunadamente, hoy las cosas han cambiado. No solo en Madrid hay ya
casi tantos divorcios como bodas, sino que la ayuda de un psicólogo es
cada vez más común. "El jueves no voy a poder quedar porque tengo
psicólogo", es una frase fácilmente escuchada en cualquier lugar de la
ciudad. Poco a poco se ha perdido el pudor a confesar que no somos
perfectos, que sufrimos inestabilidades emocionales, que portamos
heridas sangrantes en el corazón. Aquella generación de niños que
fingían ver la tele por las noches flanqueados por sus padres hoy son
treintañeros que comienzan a padecer los serios reveses amorosos que
soportaron sus mayores. Sin embargo, esta nueva camada no tiene apenas
miedo a contar en público la zozobra de sus matrimonios o relaciones
sentimentales. Y no solo eso, sino que muchos de ellos acuden sin rubor a
un psicólogo.<br />
<br />
A todos nos vendría bien hacer terapia. De hecho, la mayoría la
recibimos de ese amigo o hermano que tiene unas dotes innatas para
despejarnos los nubarrones mentales, para interpretar nuestras acciones y
palabras en momentos turbios, para orientarnos hacia la felicidad
extraviada. Pero hoy, al fin, estamos descubriendo que ese compañero o
familiar tampoco merece la tortura sistemática de escuchar nuestras
penas y que existen profesionales cuyos consejos serán más efectivos.
Además, pagar por ese servicio nos liberará de la culpa sentida por
martirizar a nuestro colega a cambio, simplemente, de invitarle a las
tortitas del Vips sobre las que derramamos las lágrimas.<br />
<br />
No tenemos por qué encarar solos los nuevos golpes de la vida, los duros <em>crochés</em>
que empieza a asestar la existencia cuando nos acercamos a los
cuarenta: amores truncados, hijos indomables, frustraciones laborales,
la muerte de los padres... Tengo un amigo argentino que se gana la vida
como escritor autónomo. Como es deducible, su situación económica no es
ni estable ni radiante, pero cada mes su prioridad consiste en pagar el
alquiler y al psicoanalista. Hace años, cuando me contó a qué destinaba
sus primeros ingresos me pareció un excéntrico. Su estado mental no
resultaba lo suficientemente inestable como para justificar ese gasto.
Hoy, sin embargo, lo entiendo. No quiere decir que su cabeza haya
empeorado ni que su cuenta bancaria haya mejorado, sino que he
comprendido lo sano e incluso adictivo que resulta charlar con alguien
capaz de mejorar tu vida.<br />
<br />
Una de las recompensas de vivir en una capital grande, moderna, rica y
anónima como Madrid es no solo encontrar fácilmente auxilio
psicológico, ni siquiera acudir a consulta secretamente, sino todo lo
contrario, poder hacerlo destapadamente, contarlo, hallar a nuestro
alrededor a personas que han roto los tabúes, los recelos, que también
empiezan a liberar en alto sus debilidades, sus miedos, sus llagas. Esta
es, probablemente, una de las ciudades que necesiten con más urgencia
un psicólogo. Psicótica, frenética, acomplejada y en perpetua búsqueda
de su identidad, en esta villa hasta los pájaros visitan al psiquiatra.
Por eso nos sentimos tan cómodos aquí, porque podemos hablar de nuestros
problemas mientras Madrid, en realidad, no deja de contarnos los suyos.<br />
</div>
</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-219735305852672682012-07-19T02:03:00.000-07:002012-07-19T02:05:47.957-07:00¿Cómo ser hombre hoy?FUENTE:<a href="http://www.lavanguardia.com/opinion/temas-de-debate/20120715/54325284319/como-ser-hombre-hoy.html">http://www.lavanguardia.com/opinion/temas-de-debate/20120715/54325284319/como-ser-hombre-hoy.html</a><br />
<h2>
</h2>
<div class="p3">
<img alt="" class="formato261x396" src="http://img01.lavanguardia.com/2012/07/15/Como-ser-hombre-hoy_54325314416_53389391171_261_396.jpg" />En el pasado, los hombres y las mujeres
tenían unos papeles asignados en la sociedad que estaban delimitados y
claros. De un tiempo a esta parte, y gracias al avance del feminismo,
los límites se están borrando y determinados roles pueden ser asumidos
por uno u otra indistintamente. Pero mientras sobre la mujer se debate a
menudo, no es así respecto del hombre.<br />
<br />
<span style="font-size: large;"><b>La dignidad de ser hombre</b></span><br />
<div class="autor">
<div class="a_left">
<div class="c1">
Xavier Florensa </div>
<div class="c2">
Director del área de Programación Neurolingüística (PNL) del Institut Gestalt de Barcelo</div>
</div>
</div>
<div class="jstoolbar" style="position: relative;">
<form class="toolbarConfig" id="toolbarConfig">
</form>
</div>
<div class="text">
<span class="capital">L</span>os papeles y valores que nuestra
cultura ha venido asignando a la mujer y al hombre ya no son válidos.
¿Cómo somos hombres hoy? ¿Cuál es el sentido de nuestra masculinidad?
¿Cuáles son los valores que han orientado y que orientan la masculinidad
individual y colectiva? Muchos hombres tienen la sensación de no haber
tenido un modelo masculino suficiente. El escritor y activista Robert
Bly ya lo mencionaba en su libro Iron John: una nueva visión de la
masculinidad hace más de veinte años. Esta sensación provoca una cierta
desorientación y una difícil respuesta a la pregunta de qué es la
masculinidad hoy en día.<br />
<br />
<b>¿Cómo aprendemos a ser hombres?</b> <b>Nos criamos en un entorno femenino</b>,
pero no hay un momento en el que pasamos a formar parte del mundo
masculino con la ayuda de otros hombres y de nuestro propio padre. <b>Sería
distinto si los niños hicieran algún ritual</b>, como siguen haciendo
algunas tribus indígenas -naturalmente, adaptado a nuestra sociedad-,
para determinar la entrada al mundo de los hombres y aprender de su
forma de ser, con el consecuente compromiso de su parte de participar
más intensamente en nuestra educación.<br />
<br />
Es cierto que hasta el presente nuestros padres han estado muy
ocupados en <b>proveer a la familia </b>y eso ha limitado el tiempo que han
compartido con nosotros. Tal vez este hecho ha dificultado una parte de
nuestros aprendizajes, y ahora no sabemos muy bien cómo actuar delante
de situaciones dispares, con nuestros hijos, en la competencia con otros
hombres, en la relación de pareja, en la toma de decisiones o delante
de las pérdidas. Sólo son algunos ejemplos, aquí cada hombre puede
añadir sus situaciones importantes y plantearse cómo han influido los <b>
modelos masculinos o la ausencia de ellos</b> en su vida.<br />
<br />
En cualquiera de esas situaciones vivimos emociones, y este es el
otro gran tema que aparece en los encuentros de hombres en los que
trabajamos la búsqueda de la masculinidad contemporánea de una forma
experiencial. A menudo respondemos a cómo nos manejamos con las
emociones con un "como podemos". Si las mostramos, podemos recibir
juicios delante de los cuales no sabemos cómo responder.<br />
<br />
<b>No mostrar las emociones </b>se convierte en un hábito que nos hace
perder la consciencia de lo que sentimos. Cuando esto ocurre, no sabemos
cuáles son nuestras necesidades y eso implica, a la larga, pagar un
precio que puede ser la insatisfacción, la infelicidad u otros estados
similares. Por este motivo incluimos en los encuentros trabajos con la
ternura y la agresividad.<br />
<br />
Está claro que sentimos ternura en muchas situaciones, pero nos
desorientamos cuando los demás lo perciben. Parece que el aprendizaje es
que los hombres no muestran eso salvo en contadas ocasiones y en muchas
de ellas sólo a las mujeres. Con ellas es más fácil porque en general
es de la madre de quien la hemos recibido y aprendido. Cuando mostramos y
compartimos la ternura con otros hombres, sentimos cercanía,
comprensión, pertenencia, una gran dosis de descanso y la prueba de lo
bien que sienta mostrar emociones y desatender a los posibles juicios
hechos por otro hombre, con el resultado final de sentirnos más libres y
auténticos.<br />
<br />
<b>Cuando trabajamos con la agresividad, entendemos que es el motor que
nos lleva a la fuerza, al dinamismo, a la creatividad, a la
determinación, a la audacia, al atrevimiento, a poner límites... y
podríamos seguir poniendo ejemplos en positivo. </b>Es importante
diferenciar esta definición de la que también viene en el diccionario y
que tiene que ver con la tendencia a la violencia. Es importante hablar
de agresividad porque desde pequeños escuchamos "los niños son
agresivos" y sí, es cierto, pero ¿quién dice que eso sea negativo?
<b>Químicamente hablando, la testosterona, que producimos en muchísima más
cantidad que las mujeres, conlleva agresividad</b>. <b>Entonces, aceptémoslo y
mandemos mensajes positivos sobre este hecho natural y biológico a
nuestros hijos.</b><br />
<br />
Es interesante trabajar con estas dos emociones entre hombres: nos
sentimos más libres, más claros, entendemos mejor nuestras reacciones,
comprendemos que mostrar la ternura y sentir la agresividad es algo que
nos libera. Dejando claro que nos reconocemos en la agresividad y no en
la violencia, aunque a base de reprimir esa agresividad positiva, a
veces, nos ponemos violentos.<br />
<br />
<br />
Para mí, la masculinidad contemporánea implica mostrarse desde lo
emocional, decidir qué quiero dejar como legado de mi paso por el mundo y
seguir planteándome e investigando cómo quiero ser como hombre, dándome
el permiso para cambiar de opinión y teniendo claro en cada momento o
época de mi vida cuál es mi respuesta a cualquier input de mi entorno, y
todo esto siendo fiel a mis valores.<br />
<br />
<br />
<b><span style="font-size: large;">Nuevas aportaciones</span></b><br />
<br />
Sandra Carrau Pascual
<br />
<div class="jstoolbar" style="position: relative;">
<form class="toolbarConfig" id="toolbarConfig">
</form>
</div>
<span class="capital">A</span> pesar de los progresos
sociales de este siglo, aún parece difícil reconocer el concepto de
masculinidad en el sentido amplio de la palabra. La visión predominante
sobre la masculinidad sigue reduciéndose al <b>papel patriarcal protector</b>, o
bien al que parece anacrónico<b> macho dominante</b>. Eso es una pérdida para
la riqueza humana.<br />
<br />
Hay que matizar que cuando hablamos de masculinidad nos referimos a
la dimensión masculina de las personas, una dimensión que ha sido
asociada tradicionalmente al papel de los hombres pero que también puede
ser ejercida por mujeres. Tomemos como ejemplo el papel tradicional del
<b>padre ausente</b> que el psicólogo James Hillman menciona en <i>El código del
alma</i>. El padre ausente está tan pendiente –física o mentalmente– de la
esfera pública que no presta atención a detalles básicos del cuidado del
recién nacido. Esta actitud, asociada habitualmente al sexo masculino,
es la que permite mantener conectada la familia con el exterior y
contrarrestar la tendencia a concentrar la atención en la esfera
interior, lo que está más asociado al sexo femenino. Como comprobamos en
<b> Innova</b> acompañando a directivos y directivas en sus papeles, <b>las
capacidades mencionadas –ambas, igualmente necesarias– se están
disociando cada vez más del sexo</b> y son ejercidas indistintamente por
hombres y por mujeres. Sin embargo, pesa todavía el inconsciente
colectivo. El hombre tiene que cargar con características con las que no
queremos o no podemos lidiar colectivamente. Por ejemplo, se le sigue
aislando en su <b>individualidad heroica</b>, lo que nos permite creer
–todavía– en su <b>omnipotencia protectora</b>, pero de este modo se le
incapacita para reconocer cuándo necesita ayuda de otros.<br />
<br />
Como decía el psicoanalista Wilfred Bion, la naturaleza humana es
social. <b>Desde que nacemos vivimos interdependientemente de otros</b>. Aun
así, sin darnos cuenta, podemos seguir esperando de los hombres una
tarea imposible: que se comporten como si fuesen independientes del
contexto, seguros de sí mismos en entornos ambiguos e inflexibles en sus
decisiones y que innoven. Tomemos la política como ejemplo, tomemos la
visión sobre papeles masculinos de poder, ¿qué político se atrevería a
reconocer que no sabe cómo salir de la crisis solo, sin miedo a perder
su autoridad frente a los y las votantes? Quizá este sería el inicio del
reconocimiento de las capacidades de la nueva masculinidad y de la
posibilidad de su contribución para generar conjuntamente nuevos modelos
de relación más ricos e igualitarios.</div>
</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-58335348699727627082012-07-12T13:00:00.003-07:002012-07-12T13:00:27.941-07:00Para algunas hay un principio inamovible: los hijos son de las madres, convirtiendo así su naturaleza reproductora en ideología<h2>
<span style="font-size: small;"><a href="http://www.joanabonet.com/2012/06/custodia-partida/" rel="bookmark" title="Enlace permanente a Custodia partida">Custodia partida</a></span></h2>
<h2>
<span style="font-size: small;">Joana Bonet <a href="http://www.joanabonet.com/2012/06/custodia-partida/">http://www.joanabonet.com/2012/06/custodia-partida/</a></span></h2>
<div id="texto">
Desde hace años sigo con gran interés el debate acerca de la custodia
compartida. Se trata de una fórmula aplicada en Francia —hace ya una
década—, así como en Suecia, Noruega u Holanda, por lo que las
sociedades más avanzadas se han ido amoldando a la vasta existencia de
casas «de mamá» y casas «de papá», respetando un incuestionable modelo
de corresponsalidad parental. En España, ahora que el PP va a
promulgarla, ha sido reivindicada con la boca pequeña por grupos
políticos y, con mayor vigor, por colectivos de padres y madres
separados; mientras que sus detractores —varias asociaciones feministas
de respetada trayectoria— mantienen el doble argumento de que «prima el
interés particular de los padres» y que «se convierte en una
instrumentalización contra las mujeres».<br />
Cierto es que su aplicación podría entenderse como un «nos partimos
al niño», cuando en realidad tendría que ser un «compartimos la
responsabilidad». Pocos asuntos son tan vertebradores de una sociedad
como la transferencia afectiva y educacional de padres a hijos. Uno de
los sentimientos universales que nos habitan al perder al padre o la
madre es el de una fría soledad, la de saber que te has quedado sin
alguien que creía incondicionalmente en ti. En verdad, el mapa familiar
condiciona, inhibe, proyecta, e influencia la construcción psicológica
de un individuo casi tanto como su biología. Cabría preguntarse cuántos
niños felices ven quebrarse su cristal de colores cuando sus padres se
separan. Y los utilizan. Acaso no parece tan frontal como lo acabo de
escribir, porque el arte de la manipulación es soterrado y psicótico,
capaz de autoengañarse y usar al hijo para que acabe siendo más de uno
que de otro. De una, en el 90% de los casos.<br />
<br />
Las mujeres venimos reclamando desde el pleistoceno que el hombre se
corresponsabilice de la educación y de la vida diaria de sus hijos. <b>Para
algunas, no obstante, hay un principio inamovible: los hijos son de las
madres, convirtiendo así su naturaleza reproductora en ideología. Una
lógica que olvida que el techo de cristal nunca se quebrará si los
padres no ejercen tanto sus deberes como sus derechos.</b><br />
<br />
De la misma forma que se firman acuerdos matrimoniales, debería
existir un compromiso de responsabilidad personal cuando dos deciden
tener un hijo. El amor a veces se desvanece, pero la necesidad de
acompañar, proteger y querer a un hijo es para siempre, a cuatro manos.
Porque una sociedad no será madura hasta el día en que puedan
diferenciarse los asuntos afectivos (y a veces dolorosos) en una pareja
de su compromiso irrenunciable, vital, arduo, hermoso, como padres. Ese
es el contrato no escrito que nunca debería romperse.<br />
</div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-65709685207751017942012-07-12T12:49:00.003-07:002012-07-12T12:53:41.672-07:00Los antifrágiles: blindados al sufrimiento, menos sentimentales, escépticos<h2>
</h2>
<a href="http://www.joanabonet.com/wp-content/uploads/2012/07/hopper-morning-sun.jpg"><img alt="" class=" wp-image-2281 alignnone" height="307" src="http://www.joanabonet.com/wp-content/uploads/2012/07/hopper-morning-sun.jpg" title="hopper-morning-sun" width="400" /></a><br />
<br />
<div id="texto" style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;">
<span style="font-size: large;">Joana Bonet</span><br />
<span style="font-size: large;">LA VANGUARDIA 9 de julio de 2012 </span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span><br />
<span style="font-size: large;">Hay una constante en los lugares que decidió pintar Edward Hopper: la provisionalidad. También la vida que pasa de lado. <a href="http://www.museothyssen.org/thyssen/ficha_artista/285">En el Museo Thyssen,</a>
estos días la gente se amontona frente a sus raíles, que tienden hacia
el infinito y producen tanta paz como desasosiego al plasmar cuán
inalcanzable es el mundo. Pasa lo mismo con las habitaciones de hotel
donde la claridad de la ventana neutraliza el olor a cerrado. No hay
reconstrucción literal de la realidad en sus cuadros, sino recuerdo.
Como si arrastrara hasta el lienzo edificios abandonados, moteles de
carretera y estaciones de tren: los no-lugares de su tiempo que ejercen
de cinta aislante.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span><br />
<span style="font-size: large;">Escucho a dos mujeres preguntarse qué le preocupa al autor, esa
sensación angustiosa entre la incomunicación y la parálisis, dicen, y me
interrogo acerca de la tan glosada soledad de sus personajes. ¿Por qué
nos fascina tanto Hopper? ¿Por qué sus cuadros han ilustrado tantas
portadas de libros? Aparte de su halo cinematográfico, nos atrapa la
impasibilidad con la que sus protagonistas se acomodan a una vida sin
certidumbres. Y a pesar de su aparente vulnerabilidad, se muestran
antifrágiles, pues esperan sin esperar, miran sin ver, puede que incluso
amen sin sentir. Tienen algo de indoloros. E incluso en la evocadora
visión de una barca sobre azules merodea la sombra de un miedo latente
que en cualquier momento puede estallar y partir la realidad en mil
pedazos. «Por qué elijo determinados temas y no otros es algo que no sé,
a menos que sea porque los percibo como el mejor medio para sintetizar
mi experiencia interior», leo en sus escritos, recién publicados por
Elba. Hopper alude siempre a la expresión de su subconsciente, a su
mundo interior, más que a un proceso intelectual.</span><br />
<span style="font-size: large;"><br /></span><br />
<span style="font-size: large;">Vivimos hoy unos tiempos en los que se rehabilita la expresión «vida
interior», tan asociada a la espiritualidad. Porque anida en ella el
recogimiento y la identificación de emociones que a menudo escurren el
bulto si no se diseccionan. A mi alrededor, la gente cuenta que practica
la meditación, el bikram yoga, el jogging o el surf. Buscan desconectar
del mundo para conectarse con ellos mismos. Escapar para aumentar su
capacidad de resistencia. Acerados, más <b>blindados</b> al sufrimiento, acaso
<b>menos sentimentales</b>, los antifrágiles serán <b>los que mejor se adapten a
los nuevos tiempos</b>, asegura Nassim Taleb en el <a href="http://www.fooledbyrandomness.com/Prologue.pdf">prólogo</a> de su nuevo libro, <i>Antifragile</i>.
Porque está cuajando una <b>nueva sensibilidad, menos asertiva y más
escéptica, decidida, fuerte y atractiva, que no sólo supera los golpes,
sino que mejora con ellos</b>. Y que apuesta por una visión de <b>la vida como
la obra de arte</b> que ya adelantó Hopper hace casi un siglo.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-27611909034018080762012-05-14T10:32:00.002-07:002012-05-14T10:33:58.859-07:00¿Se enamoran igual hombres y mujeres?<br />
<div class="detalle noticia" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; line-height: 10px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: left; vertical-align: baseline;">
<h1 class="t1" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 3.4em; font-weight: 400; line-height: 1em; margin-bottom: 0.3em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
</h1>
<h2 class="p1" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.6em; font-weight: 400; line-height: 1.25em; margin-bottom: 0.8em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
Las razones que llevan a los hombres y las mujeres a enamorarse son distintas. Y los errores que cometen también. Durante años el modo de actuar tras el flechazo de Cupido dibujó una foto fija que empieza a cambiar</h2>
<div style="font-size: 10px;">
<i style="font-size: 14px; line-height: 20px;">“las mujeres cada vez se fijan más en el <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">físico</strong> y los hombres, en aspectos como la inteligencia o el estatus. Podríamos decir –completa– que ambos necesitan ingredientes parecidos para enamorarse y que lo que cambia son las proporciones”</i><span style="font-size: 14px; line-height: 20px;">. </span><b style="font-size: 14px; line-height: 20px;">Victoria Ferrer</b></div>
<div style="font-size: 10px;">
<br /></div>
<div style="font-size: 10px;">
<br /></div>
<div style="font-size: 10px;">
<br /></div>
<div class="p2" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #666666; font-size: 1.1em; height: 22px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; position: relative; vertical-align: baseline;">
<strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; display: inline; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">LA VANGUARDIA ES</strong> <span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">|</span> 11/05/2012 </div>
<div class="autor" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 10px; height: 4em; margin-bottom: 0.5em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; overflow-x: hidden; overflow-y: hidden; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<div class="a_left" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; float: left; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline; width: 40em;">
<div class="c1" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #052d5f; font-size: 1.1em; line-height: 1.2em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: bottom;">
JOSÉ ANDRÉS RODRÍGUEZ</div>
<div class="c1" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #052d5f; font-size: 1.1em; line-height: 1.2em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: bottom;">
<br /></div>
<div class="c1" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #052d5f; font-size: 1.1em; line-height: 1.2em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: bottom;">
<span style="background-color: transparent; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em;"><br /></span></div>
<div class="c1" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #052d5f; font-size: 1.1em; line-height: 1.2em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: bottom;">
<span style="background-color: transparent; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em;">Dicen los tópicos que los hombres se enamoran por los ojos y las mujeres por el oído; que ellos las prefieren jóvenes y ellas a alguien a quien admirar; que las mujeres dan mucha más </span><strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">importancia</strong><span style="background-color: transparent; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em;"> al amor que los hombres; que ellas son más enamoradizas; que ellos pueden desligar con más facilidad el amor del sexo… ¿Hay algo o mucho de verdad en estos tópicos?, ¿qué les </span><strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">motiva</strong><span style="background-color: transparent; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em;"> a enamorarse?, ¿tan diferentes son cuando pierden la cabeza por amor?</span></div>
</div>
</div>
<div class="text" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<br />
<i>“Creo que el enamoramiento puede estar motivado por razones distintas en hombres y mujeres”</i>, considera Antoni Bolinches, psicólogo y sexólogo y autor del libro <em style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">El arte de enamorar</em> (DeBolsillo, 2010). <i>“El amor y el enamoramiento son <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">construcciones</strong> sociales. Son una forma de canalizar el instinto sexual. Por eso, cuando se enamora, el hombre es muy pulsional y ve a la mujer más como un sujeto </i><strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"><i>erótico”</i>.</strong> Según una investigación de la Academia Internacional de Investigación sobre Sexo, los hombres se fijan más en el físico de ellas, que a su vez dan más importancia al <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">estatus</strong> de ellos.<i> “Para la mujer </i>–apunta–<i> siguen importando más, en general, los aspectos psicológicos”</i>.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
¿Existe algo parecido a un hombre ideal? ¿Cómo lo moldearían si pudieran elegir las piezas? Bolinches razona que, en general, <i>“la mujer se fija primero en la inteligencia; luego, en la <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">simpatía,</strong> si se divierte con él; y, por último, en la personalidad, en que sea un hombre maduro, magnético”</i>. Pero también añade que con todo, la inteligencia masculina que enamora es <i>“la constructiva, la que hace que una mujer se sienta bien, no la <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">inteligencia</strong> que apabulla”</i>.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<b>¿Y los hombres?, ¿de qué se enamoran?</b> <i>“Al principio, se enganchan por el atractivo femenino, pero, con el tiempo, esa <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">atracción</strong> disminuye. Y, entonces, necesitan que esa relación sea más o menos cómoda. Buscan una<b> compañera de viaje que suponga un apoyo emocional</b>”</i>. Pese a seguir siendo así, las pautas están cambiando. Para <b>Victoria Ferrer</b>, profesora de Psicología Social de la Universitat de les Illes Balears, <i>“las mujeres cada vez se fijan más en el <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">físico</strong> y los hombres, en aspectos como la inteligencia o el estatus. Podríamos decir –completa– que ambos necesitan ingredientes parecidos para enamorarse y que lo que cambia son las proporciones”</i>.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
La mujer se ha incorporado al mercado laboral y no se conforma con los <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">roles</strong> de madre y esposa. Por tanto, las formas de enamorarse e iniciar una relación también están cambiando. <i>“Actualmente conviven el <b>mito de la princesa</b>, que ha imperado hasta hace poco, y la<b> mujer autosuficiente</b>”</i>, explica Ferrer. Es decir, conviven el <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">deseo</strong> de encontrar <b>un príncipe azul</b><i> “que te salvará y será el centro de tu existencia”</i> y el deseo de encontrar<b> un hombre que sea fuerte pero también <i>“sensible, tierno, comprensivo…” </i></b>con el que compartir la vida.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
Vivimos en un único escenario en el que se pueden representar diferentes <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">guiones.</strong> Por un lado, aún gozan de buena prensa <b>el amor romántico y la pasión arrebatada</b>. Pero, por otro, hay un enamoramiento regido por leyes contables, más <b>pragmático</b>, vinculado a las propias necesidades, a lo que uno quiere recibir y está dispuesto a dar. Y esta mescolanza entre tradición y posmodernidad, entre <b>el mito de la </b><strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">media naranja</strong> y el <b>individualismo </b>que antepone lo personal al amor para siempre, es lo que despista a ambos sexos. </div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
Para Marina Subirats, catedrática emérita de Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona, <i>“el desencuentro actual entre hombres y mujeres está vinculado a una diferente velocidad de cambio de los modelos de género.<b> Las mujeres</b> </i>–ilustra–<i> <b>han cambiado muy rápidamente</b>, han aceptado nuevos roles y <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">responsabilidades.</strong> Y quieren que los hombres sean capaces de hacer lo mismo: que sean compañeros, que sepan cuidar de la familia, querer, compartir. Y, sin embargo,<b> el ritmo de cambio del género masculino está siendo mucho más lento</b>”</i>.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
Aun así, los expertos consultados señalan que el <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">amor</strong> sigue siendo un aspecto más importante en la vida de las mujeres. Lo que explica, por ejemplo, <i>“que ellas sean más enamoradizas”</i>, señala <b>Antoni Bolinches.</b> <i>“Por tanto, cuando son infieles se enamoran más de sus amantes que los hombres, que pueden desligar <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">sexo</strong> y amor con más facilidad”</i>. Y para estos <i>“continúa siendo prioritario el reconocimiento social, mientras que el amor o la relación de pareja queda en un segundo plano”</i>, añade Ferrer.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
Mientras hombres y mujeres evolucionan, también cambian los motivos y las formas del enamoramiento. Pero, para ambos, enamorarse tiene mucho de proyectar deseos <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">inconscientes</strong> que no se pueden dominar. Deseos diferentes en hombres y mujeres porque la socialización es diferente. Como señala Marina Subirats, <i>“hombres y mujeres se enamoran de manera diferente, porque los modelos de género son diferentes. Socialmente, una mujer sin pareja ha sido <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">desvalorizada</strong> durante muchos años, por lo que el amor es en muchos casos una necesidad vital para existir como persona”</i>.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
Tirando del hilo de esos deseos inconscientes llegamos a la infancia y a cómo nos han educado, a los cuentos que nos han explicado, a las carencias que hemos sufrido…<i> “Al enamorarnos nos sentimos <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">atraídos</strong> por aquello que nos va a ir bien con esos deseos inconscientes”</i>, certifica<b> Isabel Menéndez</b>, psicóloga y psicoanalista y autora del libro <em style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">La construcción del amor</em> (Espasa-Calpe, 2010). Ese deseo se materializa, por ejemplo, en <i>“la admiración hacia una persona de más edad, una forma más <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">femenina</strong> de enamorarse”</i>, explica Bolinches. El típico caso de la chica que se enamora de un hombre 15 o 25 años mayor que ella. ¿Qué veríamos si pudiéramos radiografiar su psique? <i>“Suele ocurrir que ella necesita y busca más un padre que un hombre”</i>, apunta Isabel Menéndez. <i>“Y cuando una <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">mujer</strong> joven dice que los hombres de su edad le causan inseguridad, quizás está hablando de su propia inseguridad, que quiere compensar con un hombre mayor”</i>. Y, en principio, más maduro.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
También es interesante plantearse por qué un hombre de 50 años se puede enamorar de una mujer de 25. Un motivo obvio puede ser el enganche por un cuerpo joven que promete una segunda <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">juventud.</strong> Pero, ¿hay algo más? <i>“Suele pasar que el hombre es incapaz de sentirse bien con una mujer de su edad porque ve amenazada su identidad masculina y busca una mujer más joven y, por tanto, más </i><strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"><i>dominable”</i>.</strong> Como remarca Antoni Bolinches, <i>“los hombres suelen preferir que las relaciones sean cómodas. Las mujeres todavía realizan una mayor inversión emocional en el enamoramiento”</i>.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
Por eso, el estudio <em style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">El concepto de amor en España</em>, realizado por Victoria Ferrer y otros investigadores de la Universitat de les Illes Balears, muestra que los hombres prefieren <b>el estilo de amor lúdico</b>, caracterizado por interacciones casuales, con <b>poca <span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">implicación</span> emocional</b>, ausencia de expectativas futuras y evitación de la intimidad y la intensidad.<i> “Para los hombres todavía está menos penalizado ir de relación en relación </i>–explica Victoria Ferrer–<i> y muchas mujeres siguen creyendo que el amor es para siempre, que existe una persona <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">predestinada</strong>para ellas”</i>. Otra conclusión es que hombres y mujeres de más edad valoran mucho <b>el amor amistoso</b>, un compromiso basado en los valores comunes y la amistad. Asimismo, las mujeres son más partidarias del amor pragmático, una mezcla de amor amistoso y amor lúdico.<i> “Es la búsqueda racional de la pareja ideal, que cuadra con la idea de muchas mujeres del amor como <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">refugio,</strong> aunque esto está cambiando y cada vez se ve menos”</i>, recalca Ferrer. El amor se entiende como refugio, como centro de la vida y como principio y final de un <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">proyecto</strong> vital. O <i>“el amor como el opio de las mujeres”</i>, considera Marina Subirats. En el sentido de que (parafraseando la famosa frase de Karl Marx: “La religión es el opio del pueblo”) muchas mujeres malviven en una relación de pareja, pero se aferran a la idea de que aman y son amadas para resistir. <i>“El amor, como la religión, es una palabra <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">transcendente.</strong> A menudo no es el afecto real a una persona, sino a un ideal alimentado por toda la sociedad y definido como<u> <span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">lo más bonito</span> </u>que podemos vivir”</i>.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
Los expertos señalan que para muchas mujeres el enamoramiento es una culminación de su proyecto vital, una forma de establecer un <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">vínculo</strong> estable, que les permita desarrollar su afectividad y construir su casa, su familia, sus afectos... En cambio, “para los hombres puede ser un momento de debilidad, de concesión ante la mujer, pero en general esto dura poco, y es más bien vivido como una <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">conquista.</strong> De aquí una de las dificultades para entenderse, puesto que el horizonte temporal en el que se proyectan los enamoramientos es a menudo muy distinto para unas y otros”.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
Con todo, y como considera Isabel Menéndez, <i>“cuando muchas mujeres se dan cuenta de que el hombre no responde a lo que ellas necesitan o les gustaría se empeñan en cambiarlo porque se sienten <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">fuertes,</strong> ya que él <span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"><u>las quiere tanto</u></span></i>”. Este es, a juicio de los expertos, uno de los errores más frecuentes que cometen las mujeres al enamorarse. Mientras que, para Antoni Bolinches, uno de los grandes errores de muchos hombres es su<i> “tendencia a volverse como niños cuando inician una relación con una mujer, a dejarse llevar. Para un hombre, si la relación no está mal él ya está bien; para la mujer, si la <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">relación</strong> no está muy bien, ella está mal. No hay que olvidar que el 80% de las rupturas de pareja se producen por iniciativa de ellas”</i>. Y, como ellas suelen realizar una mayor inversión emocional, cuando las relaciones acaban suelen tardar más en enamorarse y emparejarse.<i> “Si no han podido elaborar y resolver lo mal que lo han pasado en la relación –apunta Isabel Menéndez–, las mujeres prefieren la <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">libertad</strong> de no emparejarse. Por su parte, los hombres prefieren estar acompañados, porque se permiten más libertad que ellas cuando están en pareja. No se sienten tan agobiados”</i>.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
¿Cuál sería entonces la manera correcta de enamorarse? Para Antoni Bolinches, sería necesario fundamentar ese enamoramiento “en las aportaciones recíprocas, no en las<strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">demandas</strong> recíprocas. Cada uno de nosotros somos tres: el padre, que dice lo que deberíamos hacer; el niño, que quiere hacer lo que le apetece; y el adulto, que es el intermediario entre ambos”. ¿Qué pasa cuando nos <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">enamoramos?</strong> “En realidad, se enamora el niño. Pero es el adulto –concluye el psicólogo– el que debería gestionar ese sentimiento”.</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 1.4em; line-height: 1.4em; margin-bottom: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
</div>
<h2 style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #052d5f; line-height: 1.2em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="font-size: small;">Dime cómo besas y te diré de qué época eres</span></h2>
<div class="p3" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: normal; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
El arte en mayúsculas ha tendido muchas veces a reflejar la realidad de una época concreta para, acto seguido, ir más allá y ensayar la <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">ruptura.</strong> <span style="background-color: transparent; line-height: 1.2em;">Algo así como crear un espejo para luego hacerlo añicos. </span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="background-color: transparent; line-height: 1.2em;"><br /></span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="background-color: transparent; line-height: 1.2em;">Las ilustraciones de este reportaje tratan de reflejar esa idea, ya sea por medio de la imagen simple y </span><strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">poderosa</strong><span style="background-color: transparent; line-height: 1.2em;"> de la portada (el célebre </span><em style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">Love</em><span style="background-color: transparent; line-height: 1.2em;"> de Robert Indiana), a la más nítida de una vasija griega o de la borrosa (visual y psicológicamente) de una pintura viñeta de 1963 de Roy Lichtenstein. </span></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJvSLYJoHMLKkR5GFCKzmC2is22EIEJWNFsLeKgxYn6CXlWzRDNFTOjCIT9rKruE5GFC5-fFRT4c-qPKucY76oVPfXtusR03del6w4R6sbtxq-LqWmLZGKKj0Uq7moJ1y_f4swD-2Up0s/s400/love2.gif" />
</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<br /></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<img height="264" src="http://img01.lavanguardia.com/2012/05/11/Miradas-divergentes-en-el-lien_54291512777_53389389549_600_396.jpg" width="400" /></div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<span style="background-color: #e4e4e4; line-height: 14px;">Miradas divergentes en el lienzo `In the car´, de Roy Lichtenstein (1963) </span><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: #e4e4e4; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #717171; line-height: 14px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">Roy Lichtenstein</span>
</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<img src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjp-UGgsIyFrAHPEN1Nos2ro4RR811sq_mD41XNK3Zm9tJfL5SGGuTX8zSjWgRsBcwaoV9e3vyhSoljnZkvbnpzGvk6nuO2ByNpt-LlMYrW12cU_vnFN8QOBb-0PdzJJqqCVI3w8u75PDE/s1600/jupiercalisto.jpg" />
</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
De la armonía y recato de una pintura renacentista al canto a la carne y el volumen del barroco (en la imagen de abajo Zeus, convertido en <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">fémina,</strong> corteja a otra mujer) pasando por el minimalismo <em style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">avant la lettre</em> de Constantin Brancusi con su escultura <em style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">El beso</em>. </div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<img height="400" 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Dos besos cierran la lista, el de la pintura prerrafaelita en la que se mezclan <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">romanticismo</strong> y aires artúricos y el beso sexual de Burt Lancaster y Deborah Kerr en <em style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">De aquí a la eternidad</em> (1953).</div>
<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
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<div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; line-height: 1.2em; margin-top: 0.5em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">
<img height="263" src="http://www.noticiasdot.com/stilo/contenido/noticias/2005/galerias/san-valentin2005/amorcine/beso/images/Burt-Lancaster-Deborah_Kerr.jpg" width="400" /></div>
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</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-69914889395376275902012-05-08T13:00:00.000-07:002012-05-08T13:26:44.038-07:00Los científicos identifican la causa de la calvicie<div class="p2">
El avance abre la vía a desarrollar nuevos tratamientos contra la pérdida de cabello
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<b>LA VANGUARDIA </b>21/03/2012
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<div class="lv24hfoto jcarstatic_navin" id="dgrid1405556967">
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<div class="foto">
<a href="http://www.lavanguardia.com/fotos/20120321/54275008751/identificada-la-causa-de-la-calvicie.html">
<img alt="" class="formato600x226" src="http://img01.lavanguardia.com/2012/03/21/Identificada-la-causa-de-la-ca_54275008751_51351706917_600_226.jpg" />
</a>
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<div class="p3">
Identificada la causa de la calvicie
GYI
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<div class="autor">
<div class="a_left">
<img alt="Josep Corbella" src="http://img01.lavanguardia.com/2010/04/16/Josep-Corbella_54058424606_40_40.jpg" />
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<a href="http://www.lavanguardia.com/20100416/54058424606/josep-corbella.html" title="Josep Corbella">
Josep Corbella
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Científicos de la Universidad de Pennsylvania (EE.UU.) han identificado una <b>proteína</b> <b>clave</b> en la <b>alopecia androgénica</b>, la forma más común de <b>calvicie</b>, que afecta al <b>80% de los hombres europeos antes de cumplir 70 años</b>. El descubrimiento, presentado esta semana en la revista <i>Science</i> <i>Translational Medicine</i>, abre la vía a desarrollar <b>nuevos fármacos</b> contra la <b>calvicie</b>. <br />
<br />
“La proteína que hemos identificado parece ser la principal inhibidora
del crecimiento del cabello” en las zonas de la cabeza afectadas por la <b>calvicie</b>,
ha declarado George Cotsarelis, director de la investigación, en una
entrevista por correo electrónico. “Pensamos que es la principal
culpable”.<br />
<br />
Cotsarelis y su equipo han analizado la actividad de
más de 20.000 genes en el cuero cabelludo de cinco hombres de entre 40 y
65 años que se habían sometido a un trasplante capilar. Los
investigadores han comparado los genes activos en la zona poblada de
cabello con los de la zona despoblada. Esta estrategia ha permitido
identificar una proteína mucho más abundante en la zona que había
quedado calva: la prostaglandina D2 (PGD2). <br />
<br />
Experimentos
realizados en el laboratorio con folículos pilosos humanos han
confirmado que la PGD2 inhibe el crecimiento del cabello. Un experimento
posterior en ratones, a los que se ha aplicado esta proteína en forma
de crema sobre la piel, ha mostrado que pierden el pelo. Y un análisis
de diecisiete voluntarios con alopecia rampante ha comprobado que la <b>calvicie</b> progresa en las zonas del cuero cabelludo afectadas por un exceso de PGD2.<br />
<br />
Los científicos han demostrado también –aquí es donde la investigación
se pone interesante- que la PGD2 inhibe el crecimiento del cabello
porque interactúa con un receptor llamado GPR44. El interés de este
receptor radica en que ya existen una decena de fármacos experimentales,
desarrollados por distintas compañías farmacéuticas, capaces de
bloquearlo.<br />
<br />
Estos fármacos se están investigando sobre todo con
el objetivo de tratar el asma. Pero, según el razonamiento de
Cotsarelis, aplicados como crema sobre el cuero cabelludo, podrían
impedir que la proteína PGD2 se asocie con el repector GPR44 y bloquee
el crecimiento del cabello. <br />
<br />
En principio, estos fármacos
“serían más efectivos que los dos que existen actualmente contra la
calvicie”, el finasteride y el minoxidil, ya que actuarían de manera más
específica sobre la causa de la pérdida de cabello, declara Cotsarelis.
Además, al administrarse como crema, el riesgo de efectos secundarios
sería bajo y restringido a la zona donde se aplicara. <br />
<br />
El
investigador admite que la PGD2 y el GPR44 no son las únicas moléculas
involucradas en la calvicie. Estudios anteriores han demostrado que la
hormona masculina testosterona es necesaria para que la alopecia
androgénica progrese. Pero, entre los muchos efectos de la testosterona,
está el de potenciar la proteína PGD2, lo que ayuda a explicar el papel
central de la PGD2 en la calvicie y que la pérdida de cabello afecte
más a hombres que a mujeres.<br />
<br />
Falta ver, admite Cotsarelis, si
las cremas que bloquean el receptor GPR44 serán útiles para prevenir la
caída del cabello en hombres que se están quedando calvos, y si también
podrán ayudar a que vuelva a crecer cabello en zonas que ya lo han
perdido. En su opinión, “bloquear el GPR44 debería permitir estimular el
crecimiento de cabello”, pero es algo que no se ha investigado por
ahora.<br />
También falta ver si el tratamiento podría ser útil para otras formas
de alopecia. Según escriben los investigadores en Science Translational
Medicine, “si las prostaglandinas están involucradas en la alopecia
femenina, actuar sobre las prostaglandinas también debería beneficiar a
mujeres con alopecia”.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-77211431647098759492012-01-05T08:28:00.000-08:002012-01-05T08:29:40.892-08:00Los hombres tienen un 16 % más de neuronas que las mujeres<div class="mod_titulo interior_noticia" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #333333; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 16px; margin-bottom: 20px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"><span class="antetitulo" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #666666; display: block; font-size: 11px; font-weight: bold; margin-bottom: 5px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 2px; text-transform: uppercase; vertical-align: baseline;">ELLAS TIENEN EL CEREBRO MÁS PEQUEÑO PERO MÁS EFICAZ</span><br />
<h1 style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: black; font-size: 30px; margin-bottom: 5px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"><br />
</h1><br />
<summary><h2 style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-size: 13px; font-weight: normal; margin-bottom: 5px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"><div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 5px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">Según un estudio de científicos españoles, los hombres tienen el cerebro un 10 % más grande que las mujeres. ¿Para qué les sirve esta diferencia? No para ser más inteligentes aunque sí para orientarse mejor en un espacio.</div></h2></summary></div><div class="b_share clearfix" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-left-radius: 2px; border-bottom-right-radius: 2px; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-left-radius: 2px; border-top-right-radius: 2px; border-top-width: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; height: 32px; line-height: 16px; margin-bottom: 10px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline; width: 644px;"><ul style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; list-style-image: initial; list-style-position: initial; list-style-type: none; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"></ul></div><div class="mod_player_interior" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 16px; margin-bottom: 10px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"><div class="bg_black" id="embed_20120102_VIDEO_00104" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: black; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"><div class="visor_reemplace" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; cursor: pointer; height: 400px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; overflow-x: hidden; overflow-y: hidden; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; position: relative; vertical-align: baseline; width: 640px;"><a href="http://www.antena3.com/noticias/salud/todo-hombre-nace-brujula-cerebro_2012010200147.html"><img alt="Todo hombre nace con una brújula en el cerebro" height="345" src="http://www.antena3.com/clipping/2012/01/02/00339/30.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 27px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;" width="640" /></a><em class="play_video" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: initial; background-image: url(http://www.antena3.com/static/images/button_play_s4.png); background-origin: initial; background-position: 0px 0px; background-repeat: no-repeat no-repeat; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; bottom: 13px; cursor: pointer; display: block; height: 53px; left: 295px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; position: absolute; right: 20px; text-indent: -999em; top: 175px; vertical-align: baseline; width: 51px;">ver el video</em></div></div><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #666666; display: block; font-size: 11px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 10px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 5px; vertical-align: baseline;"><strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: black; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 6px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">Video: antena3.com</strong></span></div><div class="mod_texto" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; line-height: 16px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline; width: 644px;"><div class="autoria" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #333333; font-size: 11px; margin-bottom: 10px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 20px; padding-right: 55px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"><strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">antena3.com </strong> | Madrid | Actualizado el 03/01/2012 a las 10:28 horas</div><br />
<section><article><div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #333333; font-size: 14px; margin-bottom: 20px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 20px; padding-right: 55px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">Todo hombre nace con una brújula en el cerebro. Lo dice el estudio revela que el cerebro del hombre es un 10% mayor que el cerebro de la mujer. Esto se traduce en un 16% más de neuronas para él, aunque no le hacen más inteligente.</div><div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #333333; font-size: 14px; margin-bottom: 20px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 20px; padding-right: 55px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">"El hombre tiene más neuronas dedicadas al razonamiento espacial. El cerebro de ellas es más eficiente, necesita menos enegía y es mejor para las tareas verbales"<strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">, asegura el psicólogo Miguel Burgaleta, </strong>catedrático de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, autor del estudio.</div><div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #333333; font-size: 14px; margin-bottom: 20px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 20px; padding-right: 55px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">Ellas disponen de más conexiones neuronales que les permiten <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">hacer varias cosas a la vez</strong>. Tienen el cerebro más pequeño pero es más eficaz, consume menos energía y sus conexiones de la materia blanca es más compacta.</div><div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #333333; font-size: 14px; margin-bottom: 20px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 20px; padding-right: 55px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">Y todo esto es la evolución genética. Hay que remontarse a las primeras versiones del “homo” cuando salía a cazar, desarrollando parte de su cerebro para <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">situarse en el entorno</strong>, no perderse e idear estrategias de ubicación.</div><div style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #333333; font-size: 14px; margin-bottom: 20px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 20px; padding-right: 55px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">La densidad neuronal de las <strong style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">mujeres les facilita expresar sus emociones</strong>, entender la comunicación no verbal y potencia la empatía con los demás. Actitudes desarrolladas por las madres del Paleolítico.</div></article></section></div><div class="b_share clearfix" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-left-radius: 2px; border-bottom-right-radius: 2px; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-left-radius: 2px; border-top-right-radius: 2px; border-top-width: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 16px; height: 32px; line-height: 16px; margin-bottom: 10px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline; width: 644px;"><ul style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; list-style-image: initial; list-style-position: initial; list-style-type: none; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"><br class="Apple-interchange-newline" /></ul></div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-29327726899685674682012-01-05T05:13:00.000-08:002012-01-05T05:13:21.307-08:00"Un hombre débil es cómodo"Giorgio Nardone, psicólogo y psicoterapeuta, padre de la terapia breve estratégica<br />
<br />
Tengo 52 años. Nací y vivo en Arezzo, Italia. Estoy divorciado y tengo pareja. No creo en la política de Estado, sino en la responsabilidad de cada individuo con relación al colectivo. Soy escéptico; para mí no existe nada más que lo que construimos a diario.<br />
<br />
<div class="foto" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10px; line-height: 10px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; position: relative; text-align: left; vertical-align: baseline;"><br />
<img alt="" src="http://img01.lavanguardia.com/2011/07/14/Para-que-dure-un-amor-seduccio_54186329933_54026874601_600_226.jpg" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; display: block; margin-bottom: 0px; margin-left: auto; margin-right: auto; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;" /></div><div class="p3" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 1.1em; line-height: 1.3em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0.5em; padding-left: 0.8em; padding-right: 0.8em; padding-top: 0.3em; text-align: right; vertical-align: baseline;"><span style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #9d9d9d; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;">Foto: David Airob</span></div><div class="autor" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: white; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: 10px; height: 3em; line-height: 10px; margin-bottom: 0.5em; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; overflow-x: hidden; overflow-y: hidden; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-align: left; vertical-align: baseline;"><div class="a_left" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; float: left; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline; width: 20em;"><div class="c1" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #052d5f; font-size: 1.1em; line-height: 1.2em; margin-top: 1em; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-transform: uppercase; vertical-align: bottom;"><strong class="autor" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; vertical-align: baseline;"><a href="http://www.lavanguardia.com/20101028/54061016031/ima-sanchis.html" style="background-attachment: initial; background-clip: initial; background-color: transparent; background-image: initial; background-origin: initial; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; border-bottom-width: 0px; border-color: initial; border-image: initial; border-left-width: 0px; border-right-width: 0px; border-style: initial; border-top-width: 0px; color: #052d5f; margin-bottom: 0px; margin-left: 0px; margin-right: 0px; margin-top: 0px; outline-color: initial; outline-style: initial; outline-width: 0px; padding-bottom: 0px; padding-left: 0px; padding-right: 0px; padding-top: 0px; text-decoration: none; vertical-align: baseline;" title="Ima Sanchís">IMA SANCHÍS</a></strong></div></div></div><br />
"Para que dure un amor: seducción y cortejo continuo"<br />
<br />
LA VANGUARDIA <i>LA CONTRA </i>14/07/2011 - 00:00<br />
<br />
Sin bemoles<br />
<br />
<br />
La<b> besadora de sapos</b> cree poder transformar con el amor a cualquier hombre. A la <b>depredadora </b>le urge construirse una seguridad sentimental. La<b> timonel</b> se convierte en la entrenadora personal de su pareja. Nardone ha clasificado 17 tipologías femeninas y su manera de abordar las relaciones de pareja (<i><b>Los errores de las mujeres en el amor</b></i>, Paidós). Pero también es cierto que las mujeres están algo decepcionadas del género masculino: <i>"El hombre occidental ha ido perdiendo su masculinidad, cada vez menos capaz de hacer sentir a la mujer protegida y eróticamente seducida. Sin embargo, la mujer es cómplice: un hombre débil es cómodo. Lo que al principio los une los acaba separando"</i>.<br />
<br />
<b>¿Las mujeres sufren más por amor que los hombres?</b><br />
La mujer es más compleja psicológica y biológicamente, siente más y, por tanto, tiene más espacio para sufrir.<br />
<br />
<b>Pues deme pautas para sufrir menos.</b><br />
Cada nuevo amor se transforma y acaba; esto siempre es una pérdida, un luto. Pero también podemos aprender a cometer menos errores.<br />
<br />
<br />
<b>¿Cuáles son esos errores?</b><br />
Gestionamos nuestras relaciones amorosas a través de lo que nos ha funcionado en el pasado; así establecemos unos guiones de relación que se convierten en inconscientes.<br />
<br />
<br />
<b>Y repetimos una y otra vez...</b><br />
Exacto. Para huir del fracaso es esencial que sepamos que estamos representando un papel, cada vez más rígido, y que cambiemos de personaje.<br />
<br />
<b>¿Por ejemplo?</b><br />
La <b>lamedora de heridas</b> escoge siempre hombres heridos y despechados por amor. Cuando ellos consiguen superar su trauma, la dejan. He estructurado 17 tipologías con las que las mujeres suelen abordar las relaciones amorosas.<br />
<br />
<b>¿Cuáles son las más comunes?</b><br />
La <b>desbordante</b>: guapa, capaz, exitosa, que puede con todo y lo hace todo. Suele emparejarse con hombres complementarios.<br />
<br />
<b>¿Y cuál es su complemento?</b><br />
El <b>débil y sumiso</b>, que le permite brillar y que acaba desilusionándola porque no está a su altura. Si escoge a un hombre más<b> fuerte</b>, lo asfixia con sus continuas críticas e intimidaciones. Debería flexibilizar su guión y aprender a utilizar otros guiones.<br />
<br />
<b>Pero si es bella, capaz y exitosa, ¿por qué debe cambiar?</b><br />
Si quiere tener pareja, debe dejar más espacio al hombre. Otro papel típico de nuestros días es la mujer ejecutiva, la que le organiza todo a su pareja y se convierte en una segunda madre; por lo tanto, deja de ser interesante como compañera. La ejecutiva debería asumir rasgos de la amazona.<br />
<br />
<b>¿La amazona va por libre?</b><br />
Tiene al hombre bajo su poder, maltratándolo si es necesario. Al principio tiene éxito, es segura y capaz, pero acaba siempre sola porque su ideal es imposible: un hombre que sea a la vez <b>dominado y dominador</b>.<br />
<br />
<b>¿Qué le sorprende tras tumbar en el diván a más de 15.000 pacientes?</b><br />
Una paradoja: las mujeres son mucho más capaces que los hombres en casi todo, pero también se complican la vida sentimental mucho más que ellos.<br />
<br />
<b>Hay muchas mujeres solas.</b><br />
Sí, pero no es una elección. Han repetido tantas veces su guión que están desilusionadas. No existe la soltera o el soltero feliz.<br />
<br />
<b>Pero los casados tampoco brincan de alegría.</b><br />
El amor sabio tiene tres componentes que hay que cultivar: el primero es que la pareja no deje nunca de seducirse y cortejarse, tal como hacen los animales monógamos.<br />
<br />
<br />
<b>¿?</b><br />
Los albatros o los lobos árticos repiten el ritual de cortejo en cada estación del amor. La segunda regla es la <b>complicidad</b>; es fácil detectarla observando cómo se miran.<br />
<br />
<b>Qué bonito.</b><br />
Tercera: la <b>exclusividad</b>; lo que ocurre entre las dos personas es único e irrepetible con otra. El amor sabio no acepta el engaño, y es muy difícil de mantener: son como dos funambulistas caminando en paralelo en la cuerda floja y compartiendo la barra estabilizadora. Si uno se endurece, el otro se ablanda; si uno tropieza, el otro lo sostiene.<br />
<br />
<b>Y los hombres, ¿no tienen guiones?</b><br />
Somos mucho más primitivos, menos complicados, tenemos cinco guiones: el <b>macho</b>, el<b> intelectual-radical-chic-snob</b> (insoportable), el <b>calzonazos</b>, el <b>pigmalión</b> y el <b>capitán de aventura </b>(fascinante, el que enamora a las mujeres y luego escapa).<br />
<br />
<b>¿Qué tipo es usted?</b><br />
Capitán de aventura y algo pigmalión.<br />
<br />
<b>Ya.</b><br />
Los guiones suelen estar mezclados. La mujer <b>hada</b>, por ejemplo, suele tener algo de seductora.<br />
<br />
<b>Lo de hada suena insuperable.</b><br />
No se equivoca: es buena, capaz, guapa, elegante, inteligente, dulce y atenta con todos, y le mueven las mejores intenciones.<br />
<br />
<b>Entonces, ¿cuál es su error?</b><br />
Quiere conservar la serenidad en su relación hasta el punto de que pasa por alto cualquier agravio. Su complementario es su opuesto: un maleducado, agresivo e infiel.<br />
<br />
<b>Te casas con tu mayor defecto, decía mi madre.</b><br />
La complementariedad suele basarse en los elementos disfuncionales de la pareja. Todos los guiones son buenos, son el fruto del éxito, pero como las medicinas, demasiado se convierte en veneno. Hay que ser flexible. Y aceptar previamente las fases del cambio que el tiempo acabará presentando en la relación.<br />
<br />
<b>¿Qué deben saber las mujeres de los hombres?</b><br />
El hombre desea que la mujer sea su amante, ellas deben saber provocar el erotismo en el hombre y mimarlo cuando se siente frágil.<br />
<br />
<b>¿... y los hombres de las mujeres?</b><br />
El hombre debe hacer sentir a la mujer protegida y emotivamente segura; al mismo tiempo, debe ser el seductor que consigue rendirla con sus artes. La mujer adora al hombre que consigue robarle la relación erótica. Es una danza, un cortejo de amor.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-85212067162786982692011-11-29T12:29:00.000-08:002012-01-05T04:20:02.402-08:00"¡No nos gusta el hombre blandengue!" "La peor enemiga de una mujer es otra mujer"Zulma Reyo, pedagoga de la feminidad<br />
Victor-M Amela, Ima Sanchís, Lluís Amiguet<br />
25/11/2011 - 00:00<b><br />
</b><br />
<div class="foto"><img alt="" src="http://img01.lavanguardia.com/2011/11/25/La-peor-enemiga-de-una-mujer-e_54239286980_54026874601_600_226.jpg" /> </div><div class="p3">Foto: Laura Guerrero</div><div class="autor"><div class="a_left"><div class="c1"><b class="autor"> <a href="http://www.lavanguardia.com/20090121/54058424262/victor-m-amela.html" title="Víctor - M. Amela"> Víctor - M. Amela </a> </b> </div></div></div><br />
<div class="colB"><div class="sinopsis"><div class="title">"La mujer interior"</div><br />
Tengo 68 años. Nací en Nueva York y vivo en Palma. Soy filóloga y educadora, y me dedico a fomentar la feminidad, la mujer interior. Estoy divorciada y tengo un hijo, Max (42). ¿Política? ¡Ética! ¿Creencias? Jesús como maestro. Pobres hombres: os exigís tanto.<br />
<br />
Le adivino una vida intensa y movidita, un infatigable viaje hacia sí misma. Ha vivido en Brasil, India y otros dispares lugares, y se dedica desde hace años a guiar a mujeres más allá de su máscara social, hacia la esencia de lo femenino: las ayuda a expresar a su mujer interior (<a href="mailto:zulma@zulmareyo.com">zulma@zulmareyo.com</a>), hoy asfixiada por la hegemonía de valores masculinos. Lo explica en su libro <i>La mujer interior</i> (Luciérnaga), que atiende a la feminidad honda y genuina, que Zulma Reyo desvincula del feminismo. No sé si he acabado de entender este galimatías, pero ella me tranquiliza: mujeres y hombres somos tan distintos que quizá no podamos comunicarnos más que de un solo modo: en el amor.</div></div><br />
<b><span class="capital">Q</span>ué es la mujer interior?</b><br />
La encarnación de los principios de la feminidad. Las mujeres la llevamos dentro, pero solemos amordazarla.<br />
<br />
<b>¿Por qué hacen eso?</b><br />
Porque hemos creído que debíamos emular los valores de la masculinidad: la agresividad, la jerarquía, la competitividad... Así es la mujer exterior actual.<br />
<br />
<b>¿La mujer interior no es competitiva?</b><br />
La mujer interior es cooperativa, solidaria. ¡Deberíamos aprender a desplegarla!<br />
<br />
<b>Mientras, ¿qué hace la mujer exterior?</b><br />
Ser enemiga de la mujer. El peor enemigo de una mujer es otra mujer.<br />
<br />
<b>¿En qué sentido?</b><br />
¡Ay, si pudieras leer las mentes de un grupo de mujeres reunidas! ¡Te asustarías! "Vaya peinado se ha hecho esta". "Qué horror de vestido". "Está gorda, o flaca, o fea, o demasiado maquillada, o demasiado poco...".<br />
<br />
<b>¿Sí?</b><br />
Las mujeres ven como rivales a las demás mujeres, son celosas, competitivas, se zancadillean. ¡Valores copiados del hombre! Y esto tiene que cambiar, va a cambiar, ¡lo noto!<br />
<br />
<b>¿Y qué pasará entonces?</b><br />
Se abrirá paso la mujer interior, la esencia femenina, su modo de percibir el mundo.<br />
<br />
<b>¿Cómo ve el mundo lo femenino?</b><br />
Somos receptáculo, cáliz, vaso, somos hueco, un vacío: absorbemos el entorno de modo transverbal, recibimos todo, abrazamos los opuestos, lo procesamos y captamos todo. ¡Las mujeres somos brujas!<br />
<br />
<b>No malinterpretaré esto último.</b><br />
El modo femenino de percibir el mundo es redondo. "Complicado", dirá el hombre...<br />
<br />
<b>¿Hombre y mujer ven el mundo de modo tan diferente?</b><br />
¡Somos diferentes! Este mundo en que vivimos es sobre todo obra de lo masculino, creación masculina. Le falta feminidad.<br />
<br />
<b>¿Y en qué consiste lo masculino?</b><br />
En hacer un mecano, en construir el puzle del mundo. En medirlo todo cuantitativamente, con dinero... Ve a la mujer como propiedad, posesión explotable, objeto sexual...<br />
<br />
<b>Discúlpeme, no siempre es así...</b><br />
Del mismo modo digo que muchas mujeres utilizan su sexo... para conseguir cosas. La mujer no ha aceptado su vacío como un modo de estar, lo siente como carencia, e intenta llenarlo con cosas, con entregas, regalos: "¡Dime que me quieres!", reclama ella.<br />
<br />
<b>¿Es un error?</b><br />
Sí. Una mujer sola se siente fracasada, desgraciada. "No soy nada", cree. Y son otras mujeres las más criticonas con ella. ¡Basta!<br />
<br />
<b>Ya: la mujer completa tiene a su maridito, sus hijos, su piso, sus cosas...</b><br />
Y su hombre-felpudo, al que manipula. ¡Pobrecitos hombres! Tengo que compadecerlos: se topan con mujeres que usan el sexo para sentirse queridas. Y que, claro, nunca nunca se sentirán lo bastante queridas...<br />
<br />
<b>¿Por qué no?</b><br />
Porque es imposible: nunca un hombre será capaz de satisfacer en una mujer esa insaciable necesidad de correspondencia.<br />
<br />
<b>¡Es bueno saberlo!</b><br />
La mujer interior, en cambio, se sabe madre de toda la creación, mira a todos como hijos... y no necesita más.<br />
<br />
<b>¿Cómo restaurar a la mujer interior?</b><br />
Mediante grupos de mujeres que dejen de rivalizar y practiquen el apoyo mutuo.<br />
<br />
<b>¿Y qué hay de la vida sexual?</b><br />
Que aprenda a vivirla con conciencia, no como medio de conseguir cosas, llenar vacíos, encubrir razones ocultas, ¡o se hará daño!<br />
<br />
<b>Y la sexualidad del hombre, ¿qué?</b><br />
El hombre crece obseso con sus genitales, hace de su genitalidad una identidad. Pobrecitos, os compadezco: ¡os exigís tanto!<br />
<br />
<b>Ya.</b><br />
Ahora culmina un ciclo histórico masculino y se abre otro más femenino. La mujer debe entender su vacío como apertura para acogerlo todo, ¡incluido al hombre! Ella genera el espacio. Y el hombre debe honrarlo. Pero ahí el hombre debe estar atento a algo...<br />
<br />
<b>¿A qué?</b><br />
A honrar a la mujer ¡sin reblandecerse por ello más de la cuenta! A la mujer, a la esencia femenina, le atrae el hombre resuelto, líder. ¡No nos gusta el hombre blandengue!<br />
<br />
<b>A ver, aclarémoslo: ¿la mujer quiere un hombre respetuoso, dominador o qué?</b><br />
Un hombre masculino y sexual, pero sin que la use ni le mande. No guerra de sexos: ¡respeto a las polaridades! Que ella acoja, que él haga, y que ninguno aplaste al otro.<br />
<br />
<b>Ya veo: un lío.</b><br />
Al hombre le cuesta concebir el vacío de la mujer. Y la mujer no debe querer ser máquina masculina. Total: que la mujer deje de manipular, que el hombre deje de explotar.<br />
<br />
<b>Si pudiese ser hombre, ¿cómo sería?</b><br />
¡Siempre he estado encantada de ser mujer! Es que ser hombre es duro...<br />
<br />
<b>Yo, hombre, ¿tengo mujer interior?</b><br />
No, no. Porque ni la suavidad es específicamente femenina, ni la fuerza es específicamente masculina.<br />
<br />
<b>¿Qué no debería decirle jamás un hombre a una mujer?</b><br />
"No entiendes, no sabes qué dices, no digas tontadas, no tiene sentido".<br />
<br />
<b>¿Qué no debería decirle jamás una mujer a un hombre?</b><br />
"Algo te pasa, cuéntame cómo te sientes".<br />
<br />
<b>¿Cómo pueden llegar a entenderse un hombre y una mujer?</b><br />
¡Es imposible! Pero... hay que intentarlo. Puede conseguirse en el amor, cuando un hombre y una mujer se funden, son unidad.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-81204885351428457642011-11-29T12:26:00.000-08:002012-01-05T04:25:18.838-08:00"Son los roles y no el género lo que define a los hombres"Rawelyn Connell (antes Robert William Connell), experta en masculinidad<br />
<br />
LA VANGUARDIA <i>LA CONTRA </i>16/11/2011<b><br />
</b><br />
<div class="foto"><img alt="" src="http://img01.lavanguardia.com/2011/11/16/Son-los-roles-y-no-el-genero-l_54238952183_54026874601_600_226.jpg" /> </div><div class="p3">Foto: Mané Espinosa</div><div class="autor"><div class="a_left"><div class="c1"><b class="autor"> <a href="http://www.lavanguardia.com/20101028/54061016031/ima-sanchis.html" title="Ima Sanchís"> Ima Sanchís </a> </b> </div></div></div><div class="jstoolbar" style="position: relative;"><form class="toolbarConfig" id="toolbarConfig"></form><div class="toolbar_detalle"><div class="comments"><a class="num" href="http://www.lavanguardia.com/lacontra/20111116/54238952183/son-los-roles-y-no-el-genero-lo-que-define-a-los-hombres.html#" title="Ir a comentarios"> <span class="num"><br />
</span></a></div></div></div><br />
<div class="colB"><div class="sinopsis"><div class="title">Orlando</div><br />
67 años. Nací en Sydney (Australia), donde soy profesora universitaria y miembro de la Academia Australiana de Ciencias Sociales. Soy viuda y tengo una hija (27). La política se ha centrado tanto en la eficiencia y el mercado que ha perdido su conexión con la realidad de la gente.<br />
<br />
En su tierra ha sido galardonada por la Asociación Australiana de Sociología "por sus distinguidos servicios a la sociología en Australia" , y fuera de ella ha recibido el premio de la Asociación Americana de Sociología por sus contribuciones a los estudios sobre sexo y género. Sus investigaciones sobre masculinidad han dado paso a la creación de esta nueva área de investigación. Como <b> <i>Orlando</i></b>, de Virginia Woolf, ha vivido parte de su vida como hombre y parte como mujer, quizá esa singularidad sea lo que le ha permitido entender tan bien que por encima de la biología lo que determina el género son las estructuras sociales. Ha participado en el <i><b>Congrés Iberoamericà Masculinitats i Equitat</b></i>.<br />
<br />
</div></div><b style="font-weight: bold;"><span class="capital">H</span>ábleme de cuando era Robert William..</b><b>.</b><br />
Fui criada como chico, pero siempre supe que eso no era lo correcto.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¿Fue feliz de niño?</b><br />
Sí, pero con dudas de cuál era mi lugar en el mundo. Crecí, traté de hacer mi vida como hombre, me enamoré.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¿De un hombre o de una mujer?</b><br />
De una mujer. Fuimos pareja durante 21 años, hasta que murió de cáncer. Entonces fui padre soltero de una niña de 12 años, y sobreviví a su adolescencia. Ahora tenemos muy buena relación, y me apoyó cuando decidí hacer la transición de hombre a mujer. Entonces ella tenía 20 años, pero era algo que yo había considerado mucho antes.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¿Y se lo comentaba a su mujer?</b><br />
Sí, y me apoyó. Creo que le debo mi vida porque muchas mujeres transexuales no sobreviven: hay una alta tasa de suicidios.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¿No le importaba que su marido se convirtiera en mujer?</b><br />
Yo siempre fui quien fui, siempre me sentí mujer. El cambio en sí consiste en lograr eliminar el desfase que hay entre el cuerpo y lo que sientes.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">Resulta difícil de entender.</b><br />
Lo que importa es como uno logra manejar esa contradicción entre cuerpo y género, y yo conseguí desarrollar una vida como padre, maestra...<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¿Como maestra o como maestro?</b><br />
En inglés no hay distinción, de todas formas es algo que importa dependiendo de cómo te ve la gente, y a mí mayormente me veían como hombre, pero no como un hombre tradicional.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">Decidió operarse. ¿Cómo se vive esa transición?</b><br />
No es fácil, es un proceso imperfecto, no se pueden crear órganos que no existen, así que hay que ser realista con las expectativas y las consecuencias.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¿Y siendo profesor universitario?</b><br />
Fue como reconocer algo que era evidente para mí desde hacía mucho, pero que no lo era para otra gente, lo que tiene sus complicaciones porque además uno de mis campos de investigación es el género, y la gente reacciona de manera muy distinta a textos que entienden que han sido escritos por un hombre o por una mujer.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">Usted, que socialmente ha sido hombre y ha sido mujer, ¿qué diferencias esenciales ha encontrado?</b><br />
Tuve acceso a ciertos privilegios que tienen los hombres en términos de carrera profesional y autoridad social, pero siempre en peligro por ser un tipo raro de hombre.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¡Pero está considerada una de las más importantes científicas sociales!</b><br />
El trabajo de los australianos no circula fácilmente en Europa o en Norteamérica, y cuando lo hace es de una manera medio anónima porque el autor está muy lejos.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¿Qué ha descubierto sobre la masculinidad?</b><br />
Fui una de las primeras personas en hacer trabajo empírico sobre la masculinidad, entrevisté a varones de distintas clases sociales, intelectuales, empresarios, activistas...<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¿Y qué tenían en común?</b><br />
Casi nada, no hay una psicología común, pero los hombres son colocados en determinadas expectativas: llevar el pan a casa, ser los jefes de familia, en tiempos de guerra ser los responsables de la lucha... Y las cumplan o no, todos tienen una relación con esos patrones. Las obligaciones que se dan a los hombres los definen.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">Entonces, ¿qué es la masculinidad?</b><br />
El género es la manera en que la sociedad maneja las diferencias sexuales, pero sabemos, hay gran cantidad de investigación que lo demuestra, que no existen diferencias psicológicas significativas entre géneros. Los libros del tipo Los hombres son de Marte, las mujeres de Venus están totalmente errados.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">Los científicos dicen que nuestros cerebros, su química, nos diferencian.</b><br />
Precisamente esa es mi contribución a la sociología, demostrar que nuestro destino como seres humanos no está determinado por la química cerebral ni por nuestros órganos reproductivos, sino por las estructuras sociales, y es ahí donde empiezan los problemas entre hombres y mujeres.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¿A qué se refiere?</b><br />
Las estructuras sociales son las que permiten el abuso, la falta de respeto entre géneros, la violencia. Pero se puede cambiar: los problemas sociales son sociales, no biológicos.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">Si fuéramos iguales, no se habrían impuesto unos sobre otros.</b><br />
Excepto por el ejercicio de poder social. Lo que yo me pregunto es cómo hemos llegado a tener instituciones tan desiguales en la historia y cómo podemos cambiarlas.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¿Y?</b><br />
Los niveles de desigualdad cambian a través del tiempo, así que no hay un patrón fijo a través de la historia, y eso me da cierto optimismo. El camino para acabar con las desigualdades es la igualdad económica.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">¿Lo más importante que le ha pasado?</b><br />
Tener una hija, y también lo más difícil, ja, ja... es broma. Lo más difícil fue sobrevivir a la muerte de mi esposa.<br />
<br />
<b style="font-weight: bold;">Parece que la suya ha sido una relación muy especial. ¿Qué es lo esencial?</b><br />
La paciencia, un deseo de querer seguir intentándolo cuando hay dificultades, respeto por el otro, y tener propósitos comunes, hacer cosas juntos.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-52463268276249755492011-11-29T12:23:00.000-08:002011-11-29T12:23:12.404-08:00Deme un hombre<div class="post-body entry-content" id="post-body-8474101282938501151"> <h1></h1><h3> </h3><div class="firma"> <strong>ELVIRA LINDO</strong> <em></em>EL PAÍS 20/11/2011 <br />
</div><br />
Por soñar, que no quede.<br />
<div class="info_complementa"> <div class="listado_despiece"> </div><div class="listado_hermanas"> </div><div class="otros_webs"><br />
</div></div><div class="info_complementa"> <div class="dato_generico" style="text-align: center;"> <i>Quiero uno que no pierda jamás la cara de niño; con músculos de hombre, no con brazacos de pollo hormonado</i><br />
<br />
<i> </i></div><div class="dato_generico"> <div style="text-align: center;"><i>Solo hay un hombre sobre la tierra que dé cabida a todos los hombres posibles: Leonardo DiCaprio</i></div><br />
</div></div>Imagino, por ejemplo, que estoy ante un honrado vendedor de hombres a la medida. Uno de aquellos magníficos dependientes orgullosos de serlo que lucían una cinta de metro a modo de guirnalda sobre la solapa del traje. Imagino, por ejemplo, que le digo, "deme un hombre que no pierda jamás la cara de niño; deme un hombre <b>con músculos de hombre, no con esos brazacos de pollo hormonado</b> que les salen en los gimnasios; deme <b>un hombre que sepa guiñar el ojo</b>; deme un hombre <b>que ante una escena conmovedora se desarme y sepa expresar melancolía sin mover un músculo</b>; deme un hombre <b>con ojos de niño y cuerpo de hombre</b>; deme un hombre <b>con un poco de barriga</b>, siempre es más acogedor abrazarse a una barriga que a una tableta de chocolate; deme <b>un hombre que de la bondad pase a tener cara de asesino</b>, como si fuera una versión moderna de <b><span style="color: blue;">James Cagney</span>; </b>deme <b>un hombre que a veces parezca guapo y otras tosco</b>, <b>a veces muy listo y otras algo bobo</b>; deme un hombre que tenga <b>cara de bueno y alma de estafador</b>; que sea <b>un infeliz, un advenedizo</b>, como el <b><span style="color: blue;">gran Gatsby</span>;</b> deme <b>el típico hombre chuleta, de los que se rallan enseguida</b>; deme <b>un hombre al que le sienten bien los uniformes</b>, que cuando se vista un uniforme de piloto de la Pan Am parezca un piloto de la Pan Am; deme <b>un hombre que de pronto se rompa y llore con lágrimas verdaderas</b>; deme <b>un hombre al que nadie ha querido</b>, <b>alguien que lleve la cara de perdedor desde la línea de salida</b>; deme <b>un hombre con cara de pillo</b>; deme <b>un hombre sin época, con cara de ladrón urbano del XIX, de muerto de hambre de principios del siglo XX, de hombre elegante de los años veinte, de millonario insensato de los treinta, de contrabandista de diamantes en Sierra Leona, de chico maltratado por su padrastro o de marido suburbial de los cincuenta; deme un hombre que, aun siendo todavía un muchacho</b>, sea <b>capaz de estar a la altura de una jaca como Kate Winslet; deme un hombre capaz de echar un polvo en la cocina con Kate Winslett</b> sin quedarse menguado entre las extremidades inferiores de tan tremenda señora; deme un hombre <b>que aun rodeado de Meryl Streep y </b><b>Diane Keaton no solo no sea eclipsado sino que brille</b>; deme<b> un hombre que aunque tenga una discapacidad mental no vea disminuido su atractivo</b>; deme un hombre <b>que cuando se deje el pelo largo parezca una niña</b> y, cuando luzca el pelo corto, un terneraco; deme, en resumen,<i><b><u> un hombre que contenga en sí mismo a todos los hombres que en el planeta tierra hayan existido desde el primer homo sapiens, del más primitivo al más sofisticado</u></b></i>. Deme, ya sé que es mucho pedir, al hombre". Por soñar, que no quede. Después de haber escuchado con atención mi requerimiento, el vendedor de hombres a la medida, se pasa la mano por el mentón, se sume en un silencio que se masca, y con la profesionalidad de aquellos antiguos dependientes orgullosos de serlo que gustaban de rastrear en los rincones más secretos de la trastienda para satisfacer las necesidades de una clienta caprichosa, dice de pronto: "Solo hay un hombre sobre la tierra que dé cabida a todos los hombres posibles, <b><span style="color: blue;">Leonardo DiCaprio</span>. </b>No lo tengo en <i>stock,</i> pero se lo pido ahora mismo. Le advierto, eso sí, que tardará un poco más que otras estrellas de la interpretación, dado que DiCaprio es un hombre comprometido con el medio ambiente y ha descartado utilizar <i>jet</i> privado, vendría en un vuelo regular". No me importa, no me importa esperar. Le he esperado desde que interpretara al tontorrón de Jack Dawson en <i>Titanic. </i>Le espero con impaciencia desde que lo viera en <i>Atrápame si puedes.</i> Lo acabo de ver interpretando al siniestro <b>Edgar Hoover,</b> el implacable director del FBI obsesionado con los comunistas y con los detalles sexuales ajenos. Solo DiCaprio puede protagonizar una escena en la que Hoover, el reprimido, se engancha en una pelea de machos con el que fuera su colaborador, <b>Clyde Tonson,</b> y acaba besándole con los labios llenos de sangre. Solo él puede interpretar una escena en la que Hoover, el siniestro, se viste con las ropas de su madre que acaba de morir. Solo él puede hacerlo y que el espectador en vez de estallar en carcajadas contenga la respiración. No es esta película de <b>Clint Eastwood </b>un catálogo de todas las víctimas a las que este sórdido personaje arruinó la vida, es un retrato del individuo, desde su juventud hasta una vejez que requirió cinco horas de maquillaje sobre la cara del actor. Los kilos en la barriga, por cierto, no son de látex sino producto de su afición a las <i>cup cakes </i>de chocolate. Para ser Hoover pasó horas escuchando discursos del personaje. Para poner la voz en <i>off</i> que recorre la película imitó la manera en que William Holden lo hizo en <i>Sunset Boulevard, </i>con la intención de que la narración tuviera un toque retro, aquel tono seco y firme que los actores de entonces adoptaban cuando debían servir como hilo conductor de una historia. Habrá a quien le parezca que la película humaniza en exceso al personaje. Yo también tengo mis dudas. Las mismas que tendré cuando vea a Meryl Streep otorgándole una gracia a la <b>Thatcher </b>de la que esta carecía. Y como el paquete con DiCaprio, obviamente, no ha de llegar, iré a verle pronto haciendo de <b>Sinatra</b> o haciendo de Gatsby. Eso sí, por soñar, que no quede. - </div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-42543384509632803732011-11-29T11:26:00.000-08:002011-11-29T11:27:15.934-08:00Siri Hustvedt: "El deseo puede romper una pareja feliz en un instante"<h1></h1><h2>La escritora estadounidense, Siri Hustvedt, publica su nueva novela 'El verano sin hombres'</h2><h4>POR <i>XAVI AYÉN</i> -<a href="mailto:La%20Vanguardia"> La Vanguardia 16/11/11 </a> </h4><br />
<div class="bd"><div class="mg"><div class="ui-tabs ui-widget ui-widget-content ui-corner-all" id="re-news-media"><div class="pane-news-media ui-tabs-panel ui-widget-content ui-corner-bottom" id="re-news-media_img"><div class="news-gallery"><div class="items"><div class="item"><a alt="SIRI HUSTVEDT. ''Escribir ficción es parecido a un sueño consciente''." class="re-modal-nws cboxElement" height="563" href="http://www.revistaenie.clarin.com/rn/literatura/Siri-Hustvedt-La-mujer-temblorosa_CLAIMA20110914_0140_8.jpg" rel="nws_gallery" title="SIRI HUSTVEDT. ''Escribir ficción es parecido a un sueño consciente''." width="750"> <img alt="SIRI HUSTVEDT. ''Escribir ficción es parecido a un sueño consciente''." height="296" src="http://www.revistaenie.clarin.com/rn/literatura/Siri-Hustvedt-La-mujer-temblorosa_CLAIMA20110914_0140_23.jpg" width="526" /> </a> </div></div></div><div class="ft-news-gallery"><div class="epiGal">SIRI HUSTVEDT. ''Escribir ficción es parecido a un sueño consciente''.</div></div></div><div class="pane-news-media" id="re-news-media_vid"><div class="news-videos"></div></div></div></div><ul class="tags"><li><i>Etiquetado como:</i></li>
<li><a href="http://www.revistaenie.clarin.com/rn/tema/siri_hustvedt.html" rel="tag">Siri Hustvedt</a></li>
</ul><div class="mr"></div><div class="mt bb-article-body">Ella tiene 55 años y es poetisa. Lleva tres decenios junto a su marido, científico en la sesentena. Un día, él llega a casa y le dice: "Cariño, necesito una pausa en nuestra relación". Ella aclara: "La Pausa tiene treinta años y es francesa". Al poco, a ella la encierran en un manicomio. La nueva novela de la norteamericana Siri Hustvedt (Northfield, 1955), El verano sin hombres (Anagrama/Empúries), es la historia de cómo Mia –así se llama la protagonista– afronta la pausa: su enloquecimiento, el proceso de recuperación, la construcción de un relato que la sane, el contacto con otras mujeres... Las malas lenguas han puesto énfasis en los rasgos comunes de Mia con la propia Hustvedt y de Boris, el marido, con Paul Auster, pareja de la escritora desde el año 1981.<br />
<br />
<b>Esta novela puede leerse como una continuación, en cierto sentido, de su ensayo "La mujer temblorosa", ¿no cree?</b><br />
En cierto sentido. Aquello era un ensayo autobiográfico sobre mis crisis nerviosas, y en esta novela introduzco bromas sobre neurología, pero el libro es diferente.<br />
<br />
<b>¿Cuál fue su idea inicial?</b><br />
Acabé Elegía para un americano, mi cuarta novela, y me dije que todo lo que hiciera desde entonces sería desde el punto de vista de una mujer. Había escrito tanto desde la mirada masculina... Descubrir la voz femenina ha sido interesante, hacer que llevaran ellas la voz cantante, que fueran las narradoras, y en este caso como si fuera una película de George Cukor, me gustaba la idea de mezclarlo con referentes cinematográficos de los directores que adoro. Quería sentido del humor, mujeres... una especie de comedia feminista.<br />
<br />
<b>Con final feliz incluido, en el sentido más clásico...</b><br />
Sí, pero yo ironizo. Mia sabe que la clave de las buenas comedias es que acaban justo en el punto exacto de la historia para que sea todo una comedia, y ahí acaba ella la suya, con un fundido en negro. Pero, en el fondo, ella es lista y también sabe que nada vuelve a ser nunca lo mismo. Es un libro también sobre las diferencias, no solo las sexuales sino todo aquello que nos hace diferentes, como la edad. Me baso en los estudios contemporáneos sobre biología. Hay ironía, pero a la vez tratamiento serio, profundo, de las cuestiones.<br />
<br />
<b>Es como una novela francesa, porque intelectualiza mucho las situaciones, teoriza sobre todo...</b><br />
Lo que sustenta una comedia es la distancia: explicar algo desde fuera y mostrar que, visto así, el mayor drama es, en el fondo, ridículo. Muestro cómo ella se salva, esos mecanismos de supervivencia basados en el continuo movimiento de la imaginación, ella va a construir un relato digerible sobre lo que le ha sucedido. La novela es sobre el valor y el poder de la imaginación.<br />
<br />
<b>Para ello, Mia utiliza tanto la poesía como la ciencia...</b><br />
Ambas nos son útiles, ¿verdad? Yo leí a mis tres escritores favoritos, Coetzee, DeLillo y Auster, para ayudarme a describir esa sensación depresiva que tienen algunos de sus personajes, pero sobre todo he leído mucha neurobiología. Y la historia de la ciencia es muchas veces absurda: cómo buscaban partes del cerebro femenino que no existían, cómo demostraban que las hembras no tenían orgasmos, todo el hilarante debate sobre el clítoris... Los doctores han dicho cosas horribles, ridículas, que citándolas tal cual ya son subversivas.<br />
<br />
<b>¿Quién es esa Frances Cohen a quien usted dedica el libro?</b><br />
Mi psicoanalista.<br />
<br />
<b>Vaya... ¿Qué opina del libro?</b><br />
Le ha encantado.<br />
<br />
<b>Ese es tal vez uno de los mayores miedos de muchas mujeres en la mediana edad: que su pareja les deje por una chica joven. ¿Ha recibido respuesta de lectoras que se identificaban?</b><br />
¡Enorme! Mucha gente. Yo no trato del deterioro de una relación de pareja, esto es algo diferente. Es una pareja que lleva mucho tiempo junta, y todo va bien entre ellos, no tienen problemas pero, una mañana, él decide irse con otra. Lo sorprendente es la cantidad de gente que ha venido a contarme historias reales que son exactamente lo mismo... incluso amigos y conocidos que me han dado grandes sorpresas... Lo que me fascina de todas estas historiaa es que no había ninguna señal de alarma. Una mujer que estaba haciendo la mudanza con su marido, se iban a una casa más grande, y que, tras empaquetar todas sus cosas, con el camión ya lleno, echan un último vistazo a su casa antigua y el marido le dice: "No voy a ir contigo". ¡Ella no se lo podía creer! De eso va mi libro: la caída repentina en el pozo, sin que medie un proceso, es algo chocante y que sucede muchísisimo.<br />
<br />
<b>Usted muestra esa marcha pero también cómo, en una relación de largo recorrido, puede alcanzarse una conexión profunda entre dos personas.</b><br />
¡Esa es la cuestión! Mia está enfadada pero a la vez comprende el enorme poder del deseo sexual, y el libro es sobre eso. A ella la encierran en un manicomio, y se pone a escribir un diario de todos sus encuentros sexuales antes de Boris, convirtiendo su propia experiencia en un relato pornográfico, lo que le ayuda a tomar distancia de sí misma.<br />
<br />
<b>Es un hallazgo llamar a la francesa la Pausa... Además, en el fondo, él tenía razón: ¡era solo una pausa! Lo que al principio parece una ironía o una mala excusa se revela como la verdad...</b><br />
A ella no quería ni nombrarla. Supongo que tiene padre y madre pero no me importa. Este libro entero es una pausa. Ha sido mi pausa. La pausa es la chica. El verano es siempre una pausa, Mia también se toma su pausa. Toda la novela se organiza como una pausa entre una realidad y otra.<br />
<br />
<b>Podría haber sido un sueño...</b><br />
En las películas a veces es un sueño...<br />
<br />
<b>Mia tiene relación con dos grupos de mujeres: las dinámicas ancianas amigas de su madre, y las adolescentes a las que enseña poesía. Es muy simbólico: como una reunión de todas las mujeres del mundo, con ella en medio.</b><br />
Sí, a mí me encanta la chica pequeña, Flora. No aparece ningún hombre, ninguno. Solo Simon, el niño, pero no habla.<br />
<br />
<b>¿Se lo ha pasado bien escribiendo esto?</b><br />
Me he divertido mucho. Cuando mi marido volvía a casa, me encontraba escribiendo y riéndome sola en el despacho.<br />
<br />
<b>¿Quién ha hecho los dibujos del libro?</b><br />
Los he hecho yo, es la primera vez que ilustro un libro. Marcan, puntúan los estados emocionales de la novela. Hay una chica con una caja, al principio ella está encerrada dentro, llorando, luego sale...<br />
<br />
<b>¿Quién es Stefan?</b><br />
El hermano de Boris, que se suicida. Es la peor historia del libro. Muestra todo el peso que carga él en su espalda. Es la explicación de por qué Boris es un hombre emotivamente tan cerrado. Esa muerte horrible, en términos de la historia, me sirve, si no para crear empatía, para explicar psicológicamente la oscuridad de Boris.<br />
<br />
<b>Por eso es un libro sin hombres pero que, en el fondo, les comprende...</b><br />
Eso mismo creo. Ellos dos tienen espíritu de comunión, quieren estar juntos. Pero dibujo unas psicologías complejas.<br />
<br />
<b>Con este argumento, tenía el peligro de caer en el sentimentalismo, pero no es su estilo...</b><br />
Lo importante es que todo lo que sucede es muy ordinario, el material es terriblemente vulgar, pero no el libro, la manera en que todo este material se procesa. Eso es lo interesante, es un libro sobre el juego, sobre cómo jugamos en la vida, ordenando las cosas, dándoles magia e insuflando imaginación en la banalidad. Y funciona.<br />
<br />
<b>¿En qué trabaja ahora?</b><br />
En otra novela, que se llama Monstruos en casa.<br />
<br />
<b>No parece divertido...</b><br />
No lo es. Hay mucha gente que va a contar la historia, hombres y mujeres, cada vez sale una nueva voz, es una polifonía. Me obliga a escribir de formas muy diferentes.<br />
<br />
<b>No le he preguntado por la parte de hechos reales que hay en el libro, porque he leído en The Guardian que deja usted de reirse cuando se lo sacan a colación.</b><br />
¿Le preguntaría eso a un hombre? Si lo hubiera escrito Paul Auster, ¿le preguntaría si le ha sucedido a él?<br />
<br />
<b>No, no, pero tampoco se lo he preguntado a usted.</b><br />
Usted no. Pero tengo la sensación de que si lo escribe una mujer la gente imagina que es algo que le ha sucedido, y si lo cuenta un hombre forma parte de su talento imaginativo como escritor. Yo también tengo mucha imaginación. Si me lo preguntara, de todos modos, ¿sabe qué le respondería?<br />
<br />
<b>¿Qué?</b><br />
Que todos los escritores trabajamos con material autobiográfica, y la magia de la ficción es que eso se presenta de un modo en que ya no importa qué es lo que proviene de la vida real y lo que no. Le respondería que la pregunta muestra que la imaginación se ha vuelto algo problemático, el tema de las historias reales es un gran debate que tenemos en EE.UU. Parece que los libros valen según si es cierto lo que cuentan. Conozco a un editor que, en una novela sobre una mujer violada, hacía notar que la autora realmente fue violada y que estaba dispuesta a hablar de la violación real con los medios de comunicación, como si eso hiciera el libro más auténtico.<br />
<br />
<br />
<b>Como esas películas que dicen "basado en hechos reales" porque es más comercial...</b><br />
¿Tienen ustedes programas de telerrealidad en España?<br />
<br />
<b>Sí, por desgracia.</b><br />
Pues la paradoja es que esos supuestamente programas reales son mucho menos auténticos que las historias de las buenas novelas.<br />
<br />
<br />
<b>¿De dónde vienen las historias?</b><br />
Esa es una buena pregunta, vienen de todas partes, de alguien a quien le ha sucedido, de alguien que se las ha imaginado...<br />
<br />
<b>Pero el personaje de Daisy, la actriz hija de Mia, sí está basado en su hija Sophie...</b><br />
Sí, ese sí. Es la nueva generacion de mujeres, más desacomplejadas, mucho más libres. Compárela con Abigail, la anciana, que simboliza la prisión en que han estado muchas mujeres y que ella elude de un modo artístico tejiendo mensajes ocultos en sus bordados... También es una artista, alguien que imagina.</div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-25561580884659396662011-04-17T02:35:00.000-07:002011-04-17T02:35:22.371-07:00Violencia en la pareja<table border="0" cellpadding="3" cellspacing="0" height="495" style="width: 611px;"><tbody>
<tr height="320"><td class="pagina" colspan="6" height="357"><strong class="autor">Fernando J. García Selgas y Elena Casado Aparicio </strong><br />
<strong class="titulo"></strong><br />
<br />
<br />
Fuente: <a href="http://www.pensamientocritico.org/fergar0411.htm">http://www.pensamientocritico.org/fergar0411.htm </a><br />
<br />
(De las conclusiones del libro <em>Violencia en la pareja: género y vínculo</em>, de Fernando J. García Selgas y Elena Casado Aparicio ; Talasa Ediciones, Madrid, 2010, 280 páginas, 30 euros). <br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>La violencia en la pareja, que durante siglos había sido una cuestión estrictamente personal o familiar (y, a veces, un tema penal), se ha ido convirtiendo en un problema social y público, objeto de debate, de legislación específica e incluso de ajuste en los contenidos educativos, hasta el punto de constituir un problema alarmante. Éste ha sido para nosotros el punto de partida para su estudio; por ello, conviene recordar las principales transformaciones sociales generales que han conducido a tal escándalo:<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>· El específico y no tan lejano proceso de democratización de nuestro país, que ha delimitado nuestras actitudes y valores, ha hecho pensar que, por ejemplo, donde hay democracia, orden y no digamos amor, no debe haber conflicto ni puede aparecer el mínimo atisbo de violencia, con lo que incrementa la sensación de escándalo ante estos episodios.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>· Las nuevas formas y significaciones de la violencia en los países desarrollados, como la sensibilidad ante violencias de rango menor (actos incívicos, por ejemplo) o la relevancia dada a las víctimas, también han condicionado el modo de afrontar el problema.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>· El acelerado proceso de cuestionamiento y fluidificación, no sólo del orden tradicional sino también de su versión moderna (el patriarcado de la familia nuclear moderna), ha alterado de manera importante las identidades y las instituciones ligadas a la vida de pareja.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>· La constitución de los medios de comunicación como conformadores centrales de la realidad social y, sobre todo, de su percepción hace que lo que en ellos aparece es lo que existe socialmente, como ha ocurrido con la violencia en la pareja, que opera hoy como metonimia de la violencia de género en general.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Como consecuencia de todo ello, la vieja y muchas veces oculta violencia de género, especialmente la que ejerce el varón sobre su pareja o expareja, se ha renovado haciéndose bien presente, urgente y próxima, hasta convertirse en una especie de nudo gordiano de la complejidad de la vida contemporánea. Por eso nos hemos centrado en esa forma de violencia de género en parejas heterosexuales. Pero ello no nos ha llevado a ampliar el coro de las denuncias morales ni a proponer protocolos de intervención, aunque no por ello hayamos dejado de intentar ayudar a paliar el problema, pero más bien como efecto derivado de nuestro objetivo principal, que no ha sido otro que estudiar qué ingredientes, procesos y mecanismos alimentan actualmente en España la violencia que ejercen los varones sobre mujeres que son o han sido sus parejas. En definitiva, hemos trasformado un problema social en una cuestión sociológica, para lo cual, además de considerar los datos, hemos revisado críticamente los discursos y las explicaciones más extendidas y nos hemos apoyado en las investigaciones empíricas de naturaleza más bien cualitativa que hemos venido realizando en los últimos años.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Como problema social, la violencia de género nos ha mostrado desde el principio su sorprendente capacidad para cambiar en las formas en que se produce y en los modos en que se interpreta a lo largo de la historia. De ahí que hayamos tenido que empezar recordando algunas de las peculiaridades de su emergencia en la sociedad española contemporánea; por ejemplo, que su carácter escandaloso no se debe tanto a su cuantía, o al menos no sólo, como a las resonancias y a las ramificaciones que tiene en nuestras vidas, en las vidas de todas y todos. <br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Los principales discursos vertidos sobre este tipo de violencia, normalmente para denunciarla y combatirla, han ayudado a hacerla visible y a mostrar algunas de esas ramificaciones; pero a menudo lo han hecho a costa de asentar unos<b> tópicos (patriarcado, igualdad, primacía de la razón o progreso) </b>que la presentan inequívocamente como una lacra del pasado y dificultan ver la especificidad tanto de la situación actual como del vínculo afectivo en que se gesta. De aquí la necesidad de, sin perder de vista la complejidad intrínseca del problema, convertirlo en una cuestión sociológica, esto es, situarlo en una tradición científica que acentúa la constitución relacional de los fenómenos (las relaciones de género y de pareja, en este caso) y en una trama temática que recoge<b> procesos y dinámicas sociales directamente implicados en el despliegue del maltrato en la pareja y característicos de nuestra realidad contemporánea</b>. En concreto, cuatro han sido los hilos de esa trama sociológica que hemos seguido y que nos ha permitido hacer las siguientes constataciones: <br />
<br />
· La revisión del despliegue y gestión de la violencia en la modernidad nos ha mostrado la continuidad que se da entre muy distintas formas de violencia, la <b>insuficiencia de las teorías clásicas (reacción a la frustración, instrumento de control, socialización autoritaria), la utilidad de distinguir entre violencia y conflicto</b> y, sobre todo, las complejas y variables <b>relaciones existentes entre violencia, producción de sentido y constitución de subjetividades contemporáneas.</b><br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>· Las <b>transformaciones o transiciones habidas en la familia</b>, que comenzaron diversificando el modelo de familia extendida, han cuestionado la centralidad del modelo nuclear e incluso del matrimonio mismo, y han terminado por hacer de la familia, o más bien del hogar, una institución social polimorfa e inestable que, sin embargo, sigue cumpliendo muchas funciones, especialmente en países como el nuestro.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>· Evidentemente, tales transformaciones afectan a las relaciones de pareja, pero<b> los cambios más radicales en éstas han sido sobre todo efecto del feminismo, de la revolución sexual y del paso a una sociedad postindustrial</b>, que han generado <b>tendencias contradictorias hacia la entronización del amor romántico y, a la vez, hacia el predominio de la “pareja asociación”</b>, regida principalmente por <b>intereses individuales</b> que además son y se experimentan más cambiantes. Como consecuencia de todo ello se ha ido extendiendo, especialmente en el ámbito de los valores, un<b> igualitarismo </b>que <b>contraviene al patriarcado, complica la natalidad, disocia sexualidad de reproducción y cuestiona la autorreferencialidad de la sexualidad masculina tradicional.</b><br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>· Por último, la <b>emergencia de las mujeres como sujeto histórico </b>no sólo ha traído el cuestionamiento del poder patriarcal y el despliegue de uno de los principales movimientos sociales de los últimos decenios, sino que también ha puesto en duda <b>dicotomías fundacionales de nuestro pensamiento (cultura/naturaleza; razón/emoción)</b> y ha subrayado la necesidad de implementar la <b>categoría de género para hacer visible la institucionalización y encarnación de una serie de diferencias y desigualdades entre hombres y mujeres.</b><br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Estos cuatro procesos han dibujado unas condiciones históricas específicas para el despliegue de los malos tratos en la España contemporánea: aparecen en medio, y no en un margen, de una sociedad cada vez más contraria, al menos en abstracto, a cualquier uso de la violencia que no esté controlada (por el Estado principalmente); <b>el modelo de la familia nuclear ha dejado de ser exclusivo</b>, en un desplazamiento ambivalente que habilita <b>nuevas formas de familia y de pareja,</b> a la vez que retiene <b> viejas exigencias y expectativas de manera desigual en hombres y mujeres</b>; la vida en pareja se encuentra atravesada por <b>tendencias contradictorias (asociativas <em>versus </em>fusión)</b>; y las mujeres han ido ganando posiciones en el ámbito público y en el privado, logrando una mayor igualdad que <b>cuestiona el patriarcado pero convive con cierta continuidad en comportamientos que también lo reproducen</b>. Juntas y por separado, estas condiciones han supuesto <b>un incremento de las contradicciones </b>y los conflictos en las relaciones de pareja, aunque también han traído nuevas y mayores formas de solución o disolución de los mismos.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Parece evidente, por tanto, que cualquier intento de entender este problema exigiría al menos tener en cuenta tal trama social. Pero no ha sido así en la mayoría de las explicaciones al uso que, a pesar de ello, no han dejado de hacer aportaciones relevantes. Recuperar esas aportaciones sin quedar encallados en una mirada que nos impida saber lo que pasa exigía revisarlas críticamente. De las distintas explicaciones surgidas en torno a la perspectiva de género hemos recogido las tesis de que los malos tratos en la pareja están básicamente ligados a las relaciones de género y de que la dominación masculina, que constituye el orden o estructura de dominación propio de las actuales relaciones de género, es el caldo de cultivo en el que se gesta esta violencia.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Pero también hemos visto que la dominación masculina no es el único factor ni es un factor suficiente para explicarla. Si da la impresión de serlo es porque se confunde con la violencia misma al no tener presentes los múltiples y diferenciados elementos que median entre ese orden de dominación y la violencia de género, como el sometimiento, la multidireccionalidad de las dependencias, la legitimación de la autoridad o el juego de reconocimientos. Vimos además que, en este sentido, también resulta útil diferenciar, que no separar, la conflictividad familiar de lo que venimos denominando la violencia de género, así como recordar que, como en toda interacción, el maltrato, además de relaciones de poder, pone en juego una serie de normas o valores y una cierta comunicación o producción de sentido. <br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Por otro lado, la evidente insuficiencia de las explicaciones que remiten a alguna <b>psicopatología individual </b>(de escasa incidencia efectiva), a una supuesta<b> peculiaridad naturalizada de la masculinidad</b> (disuelta en la variabilidad de los procesos históricos) o a un conjunto de<b> factores psicosociales de riesgo </b>(que de puro abierto queda completamente indefinido) nos ratificó en la tesis de que, sin descuidar la concurrencia de alguno de los <b>factores de riesgo constados (familia cerrada y autoritaria, experiencias infantiles de violencia de género, abuso de alcohol u otras sustancias, etc.)</b>, de posibles psicopatologías o de los <b>mecanismos psicológicos envueltos en el ejercicio de esta violencia (hostilidad, ira, percepción de vulnerabilidad, etc.)</b>, no es adecuado patologizar a los agresores ni situarles fuera de la norma social, individualizando con ello el problema e invisibilizando las dinámicas y procesos que lo atraviesan. De este tipo de explicaciones hemos aprendido, además, lo importante que resulta incorporar la noción de “daño” al análisis, así como atender al modo en que aquellos procesos, mediaciones y prácticas van afectando a las identidades y subjetividades de los miembros de la pareja.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Lo que subyace a ambos conjuntos de explicaciones es lo que hemos denominado la perspectiva hegemónica en torno a la violencia de género y, más en concreto, a su expresión en las parejas heterosexuales. De ella, al tiempo que extraemos lo que consideramos sus principales e innegables aportaciones, nos distanciamos críticamente. Así, las aportaciones que supuso enunciar y denunciar unas determinadas relaciones de dominación no son una herramienta analítica suficiente, y mucho menos para todo tiempo y lugar, pudiendo llegar incluso a dificultar la posibilidad de dar cuenta de la complejidad actual de este fenómeno.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Patriarcado, género y violencia suelen engarzarse en una relación más teórica que aplicada e histórica, según la cual el mantenimiento del sistema de dominación patriarcal conlleva la posibilidad de recurso a la violencia por parte de quienes ocupan las posiciones de dominio tanto para el sostenimiento del sistema como para la reproducción de su posición en él. En esa relación se obvia o minimiza lo que el vínculo afectivo de pareja específicamente comporta, quedando reducido, en el mejor de los casos, a mera circunstancia, a un papel secundario caracterizado fundamentalmente por su relación con la institución familiar y el reparto de papeles que en ella se produce en función del género.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Toda la fuerza explicativa recae en la postulada relación instrumental y estructural entre el sistema de dominación de género y la violencia. Así, por un lado, <b>se subraya la vinculación entre los malos tratos y otras expresiones de la violencia de género, como la violación o el acoso</b>; por otro lado, <b>se confunden dominación y violencia, lo que termina por equiparar a ésta con la discriminación o el sexismo</b>. En ese movimiento, auspiciado por la <b>enunciación de un sistema patriarcal excesivamente unitario, totalizante, universal y estático</b>, <b>la relación entre género y violencia queda establecida como singular</b>, esto es, es fundamentalmente una y sólo una, subrayándose las continuidades en el tiempo y el espacio, y simple, esto es, unívoca y esencial, en tanto que <b>argumentada en clave necesariamente funcional o instrumental</b>, lo que, cuando menos, <b>dificulta atender a las dinámicas concretas que se producen hoy y aquí </b>en las parejas heterosexuales, tanto en aquellas con experiencias violentas como en las que no las tienen.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>En nuestra perspectiva, los acentos se desplazan. Por un lado, el <b>análisis del vínculo específico de pareja,</b> y en concreto el de la pareja heterosexual hoy y sus dinámicas, entendidas aquí fundamentalmente en términos de <b>reconocimiento</b> y <b>dependencia</b>, pasa a primer plano; por otro lado, dicho análisis se aborda no desde un abrazo precipitado a conceptos y enfoques que simplifican excesivamente la realidad y tienden a confundirse con ella, sino en relación con las <b>experiencias relatadas por personas implicadas en esa violencia específica</b>, ya sea directamente (por haberla sufrido y/o ejercido) o indirectamente (por dedicarse profesionalmente a la intervención en este ámbito).<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>En definitiva, hemos concluido que <b>no hay que buscar los ingredientes y mecanismos que dan razón de los maltratos</b>, tanto en la generalidad de las más amplias estructuras sociales o en el pozo sin fondo de las subjetividades, como en los procesos, mediaciones, discursos y prácticas que son y constituyen relacionalmente tanto a los individuos implicados, <b>cuanto a sus vínculos y a la inserción de todo ello en dinámicas sociales más o menos fluidas</b>. Pero también hemos concluido que <b>no parece que vaya a haber una explicación general de este tipo de violencia</b>, sino más bien explicaciones situadas o ajustadas a las dinámicas socio-históricas concretas, de modo que<b> a lo más que podemos aspirar es a tener claro un conjunto de ingredientes, procesos y dinámicas </b>que, dependiendo de la situación histórica, se ensamblarán de maneras distintas, posibilitando la aparición de la violencia en la pareja.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Así, a tenor de lo visto hasta ese momento, al buscar lo que podrían ser los ingredientes inicialmente ineludibles se señalaron los siguientes: <b>las identidades y relaciones de género implicadas</b>,<b> las formas de violencia reconocidas como tales en estos casos y las fuerzas y dinámicas que vinculan a la pareja.</b> Ahora bien, ninguno de ellos preexiste, en tanto que tal, a la vida de pareja ni es independiente de ella, sino que se despliegan y especifican en ella. Por ello hemos optado por centrar la mirada en las <b>dinámicas que rigen la vida en pareja</b>, que constituyen su vínculo, que marcan la evolución de las identidades y relaciones de género, y que dan ocasión, en su quiebra, al maltrato. Ello no quita para que hayamos revisado cada uno de los ingredientes y cómo han sido concebidos, llegando así a algunas conclusiones:<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>· Las resonancias y conexiones que se producen entre distintas formas de violencia hacen posible que se entrelacen <b>violencias de muy distintas escalas </b>(de las internacionales a las más íntimas) y de diferentes ejes (de clase, étnica, etc.), pero también manifiestan sus complejas y, a veces, contradictorias<b> relaciones con los diferentes sistemas de dominación</b>, lo cual hace que no sea conveniente mezclar indiscriminadamente violencia con dominación, autoridad o poder.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>· El género, como proceso abierto y estructurante, es una componenda identitaria donde confluyen posiciones sociales, modelos de referencia, disposiciones incorporadas, tomas de posición y prácticas más o menos reflexivas de exposición. Todos y cada uno de sus componentes van siendo transformados en nuestras relaciones, especialmente en las más íntimas como las <b>relaciones de pareja, auténticos escenarios de relaciones de poder, expectativas, deseos y conflictos que pueden resultar, eventualmente, desbordados.</b><br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>· Que <b>el género </b>se encarne, esto es, que se ligue a la corporalidad y su materialidad, no le impide transformarse con su propio despliegue, que es siempre relacional, pero sí evidencia su <b>conexión con la sexualidad, con los afectos y con la reproducción de encarnaciones, que son clave en la pervivencia material o simbólica</b>. Esta pervivencia constituye<b> una de las dinámicas más complejas de gestionar igualitariamente en la vida actual de las parejas </b>y resulta clave en las dinámicas que conducen tanto al ejercicio del maltrato como al <b>“aguante”</b>.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>· Aunque se sigue identificando el núcleo del vínculo de pareja con el <b> ideal del amor romántico (amor fusión)</b>, en cuanto consideramos su decurso efectivo encontramos que <b>lo que termina articulando lo emocional, lo material (recursos y poder), lo desiderativo y lo imaginario en el vínculo de pareja es una compleja dinámica de (in)dependencias materiales (reproducción en sí mismo/a y en la descendencia) y simbólicas o de reconocimiento (sentirse deseado/a o valorado/a). </b>Esta dinámica va, además, reconfigurando las relaciones e identidades de género, así como las subjetividades, generando <b>nudos que unas veces son básicamente constructivos (respeto, cariño), otras lo contrario (dependencias no asumidas) y en muchas otras ambas cosas a la vez.</b><br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>No obstante, lo que realmente interesa aquí es recordar que la combinación específica de esos ingredientes que actualmente parece dar lugar a la violencia de género es la que se produce cuando, en relación con determinadas circunstancias (como puede ser la <b>incapacidad para gestionar un número creciente de conflictos</b>) y <b>modelos o encarnaciones de género (que por ejemplo exijan tener el control o estar por encima)</b>, esa dinámica de dependencias y reconocimientos se desequilibra, se descompone y con ella se quiebra el marco de sentido o la capacidad de agencia de alguna de las subjetividades implicadas, poniéndose en marcha los procesos, mecanismos y dinámicas que terminan conduciendo a los malos tratos.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>El primer conjunto de estos procesos y dinámicas viene dado por las modificaciones en la situación histórica y en las relaciones e identidades de género que hoy configuran un terreno zozobrante que atraviesa nuestras relaciones de pareja, convirtiendo en motivo de disputa lo que antes se daba por sentado. Los procesos de individualización al que las mujeres se incorporan, su acceso a la posición de sujeto, se han traducido, efectivamente, en un <b>modelo de pareja asociativo </b>en el que la erosión del patriarcado tradicional ha impuesto la <b>negociación necesaria entre los miembros</b>; pero, lejos de quedar el conflicto evacuado por arte de <b>magia consensualista</b> o de <b>fe romántica</b>, lo que se produce es la multiplicación y diversificación de sus fuentes.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong><b>La instauración del principio de igualdad, empero, no implica la difuminación del género</b>, sino que <b><u>las diferencias se rearticulan, resignifican y siguen operando</u></b>, marcando, por ejemplo, nuestra forma de vivir las relaciones afectivas y de encarar los conflictos de pareja. Se genera así un marco en recomposición en el que convive igualitarismo y tradición y en el que se tiende a experimentar tales conflictos como problemas individuales, lo cual hace que en momentos críticos la propia identidad pueda resultar seriamente afectada.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Pero <b>que el terreno sea zozobrante y que las identidades, particularmente las masculinas, puedan quedar desubicadas no basta para dar cuenta de la violencia en la pareja. Si así fuera quedaría sin explicar por qué</b> <b>en la mayoría de las relaciones no se llega a ella.</b> Los desajustes requieren reajustes, y encararlos de un modo u otro depende en gran medida de los repertorios disponibles, pero también del alcance de los desequilibrios y de sus posibilidades de expresión.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Si <b>la conflictividad inherente a la pareja asociativa se experimenta en clave individualizada, los fracasos y frustraciones que se deriven de su gestión pueden alcanzar al yo, profundizando su desubicación. </b>Y puede hacerlo tanto para los varones como para las mujeres, aunque sea en dinámicas parcialmente diferentes: <b>ellos</b>, al ver impugnada su posición central, carecer de referentes alternativos a la cuestionada masculinidad tradicional y tener que <b>afrontar una abigarrada mezcla de exigencias y falta de fuentes de reconocimiento</b>; <b>ellas, al interiorizar como fracaso personal </b>la conflictividad de una pareja cuyo bienestar sigue siendo su responsabilidad y fuente de sentido.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Si los movimientos que producen esa desubicación se experimentan en clave de liberación, incorporación y progreso los costes objetivos y subjetivos de las transformaciones serán más fácilmente asumibles, mientras que desde la posición tradicional de dominio y sus herencias encarnadas queda el <b>malestar que produce la desubicación y la constatación de los problemas que de esos cambios se derivan</b>, siendo <u><b>la única compensación posible una compensación en clave moral (la justicia, la empatía, etc.)</b></u>.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Es probable que esa zozobra pueda dar pie en ocasiones a violencia en la pareja; <u><b>es posible que algunos varones se resistan más o menos conscientemente a los cambios y pretendan restaurar la situación anterior de privilegio, pero no hemos encontrado en nuestras investigaciones ningún caso tan claro</b></u>. Por el contrario, la mayoría de nuestros entrevistados afirman suscribir el principio de igualdad, parecen conscientes de las complicaciones que la igualdad genera en la práctica y se manifiestan contrarios al uso de la violencia. ¿Qué es, entonces, lo que les conduce a ella?<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>El punto de inflexión fundamental está en los desequilibrios en las relaciones de dependencia y reconocimiento que acaban alcanzando a la identidad de manera profunda haciéndola quebrar. Esta quiebra impulsa a quien la experimenta a <b>perseguir la restauración de su propio sentido</b>, una persecución que puede llegar a ser compulsivo apremiante, aunque de nuevo lo sea de manera distinta en función del género: desde las posiciones subalternas puede traducirse en lo que hemos denominado <b>un descentramiento desmesurado de la agencia</b>, esto es, la acción se orienta compulsivamente a un otro del que depende la valoración; desde las posiciones de dominio puede conducir a <b>una búsqueda también compulsiva de restitución que hace visible la vulnerabilidad de la que se pretende escapar</b>. Se trata, pues, de repertorios diferenciados de quiebra que nuevamente pueden gestionarse de maneras diversas: <b>desde la ruptura de la pareja</b>, al<b> inicio de otra relación que en nuevos equilibrios ayude a recuperar el sentido</b>, pasando por la <b>redefinición de la existente con o sin ayuda profesional o por la aparición de la violencia.</b><br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Pero, como vimos, <b>ni siquiera cuando aparece la violencia hay un único recorrido.</b> Son varios los itinerarios posibles que, entremezclados en diferentes momentos vitales y proporciones, hemos encontrado en los implicados en esta violencia de género. Ésta es en algunos casos resultado de la <b>falta de las condiciones de posibilidad del sentido de la situación y de quien la ejerce</b>; en otros casos se vincula a una <b>sobrecarga de sentido conforme a rasgos centrales de la masculinidad hegemónica</b>; hemos visto también cómo en ocasiones la violencia se va alimentando al <b>negar cruelmente la humanidad de la víctima</b>; también hemos mostrado que en ocasiones el recurso a la violencia se justifica apelando a la <b>obediencia a una norma como puede ser el orden familiar, la “naturaleza” de las pasiones o los mandatos de una masculinidad mítica</b>; por último, hemos visto también cómo en ocasiones la quiebra puede ser tan profunda que los desequilibrios se vivan como <b>una lucha sin cuartel en la que ya no hay nada que perder</b> o, más bien,<b> la amenaza es que pueda perderse todo, incluido uno mismo</b>.<br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Son recorridos diversos que se entrecruzan; hay conexiones, se puede transitar entre ellos y, a cada paso, cabe también salir de sus sendas y encontrar otras vías de expresión y gestión. Los caminos no son rectos. No estamos ante repertorios unidireccionales cuyo final está escrito, sino ante complejos entramados relacionales y dinámicas procesuales. Tan complejos que no pueden aprehenderse mirando sólo hacia un lado y hay que tener en cuenta que, en cierto sentido, tienen razón las entrevistadas cuando afirman que<b> “es hasta donde te dejas”</b>. Pero el “dejarse” no remite a estructuras de la personalidad, o no necesariamente, al igual que tampoco lo hace en el caso de los varones que ejercen violencia; por el contrario, ha de ponerse en relación con las <b>dinámicas de dependencia y reconocimiento y su vinculación con las relaciones e identidades de género o, más exactamente, con los desequilibrios que en ellas se producen y las pretensiones de restaurarlas.</b><br />
<br />
<strong class="entradilla1"> <span class="normal"> </span></strong>Ahora bien, el acento en los procesos, dinámicas y relaciones no implica ni que haya un recorrido único y predeterminado, sin salidas, bifurcaciones o vías de escape, ni olvidar que, en última instancia, el ejercicio concreto de la violencia siempre es la acción de algún agente que es responsable de ella.</td> <td height="357" width="1"><br />
</td> </tr>
<tr height="16"> </tr>
</tbody></table>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-79264942342546043912011-03-23T12:40:00.000-07:002011-03-23T12:41:30.217-07:00Silencio en casa ante el debut sexual<span class="titol">Un informe de la Fundación Grifols reclama a la escuela y la familia más papel en los turbulentos años adolescentes </span><br />
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<a class="llarga" href="http://edicionimpresa.lavanguardia.es/premium/epaper/20110323/54131388440.html">http://edicionimpresa.lavanguardia.es/premium/epaper/20110323/54131388440.html </a><br />
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<br />
ANA MACPHERSON - Barcelona <br />
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<span style="font-size: large;"><b><i>Chicos y chicas necesitan contrastar la información que les llega a través de las series de televisión </i></b></span><br />
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Un día de estos habrá que hablar del tema. El hijo o la hija han empezado a pasar más horas sin tener sobre ellos unos ojos adultos, y los escotes y los pelillos en la barba muestran una actividad hormonal de la que ya no hay escape.<br />
<br />
<b>La afectividad y la sexualidad ¿son educables? </b>Esa ha sido la pregunta que la Fundació Grifols, que preside la catedrática de ética Victoria Camps, ha planteado a diez expertos en adolescentes, como profesores, especialistas en anticoncepción, en salud reproductiva, psicología clínica, enfermería, pedagogía… <br />
<br />
"La respuesta es que sí, pero <b>no hay recetas</b>", resume la doctora Rosa Ros, coordinadora del grupo de trabajo y directora del Centre Jove d´Anticoncepció i Sexualitat de Barcelona. Los expertos coincidieron en que las claves se encuentran en<b> ligar afectividad y sexualidad</b> <b>(que no es lo mismo que amor y sexo) </b>y reconocer que <b>se educa en ambas cosas desde que son muy pequeñitos, con la ternura, los abrazos, los límites, las caricias</b>, que todo eso configura la respuesta al placer y sensibiliza el ánimo. "Cuando llega la adolescencia hay que seguir, lógicamente, de otro modo, porque el desarrollo de la propia sexualidad tiene un carácter muy subjetivo", apunta Rosa Ros. "Pero hay que estar, y estar atentos a que esa tristeza no se perpetúe, entender que hay una acumulación de emociones de las que hasta ahora no habían hablado". <br />
A los padres, los expertos que han elaborado este documento les piden que estén presentes, a mano, atentos, que saquen esos temas que ayudan a pensar y que no se limiten a decir no o no decir nada. A esas edades, señalan, educar a los hijos es más reconducir que prohibir.<br />
<br />
A las escuelas les proponen la <b>transversalidad</b> de esta formación (<b>no sólo información, no sólo una máquina de preservativos</b>). Insisten en que <b>las emociones, el respeto, el aprender a decir no, el saber no sólo cómo se hace sino qué se quiere hacer,</b> forman parte de su educación, sea en Naturales, en tutoría, en Educación por la Ciudadanía, en Sociales. Y que utilicen un modelo que da buenos resultados: los talleres, tanto segregados como mixtos. Hacen hincapié en que esos <b>talleres</b> favorecen <b>que los chicos hablen</b>, que <b>son los que menos lo hacen</b>, pero sobre todo permiten contrastar, porque "abundan las informaciones locas que adquieren directamente de las series o de vídeos porno en internet y que no saben distinguir de la realidad", señala la experta en sexualidad adolescente. <br />
<br />
"Es quizá lo que más nos ha movido a plantear este debate; esas contradicciones de una sociedad que recibe enormes cantidades de información a través de series de televisión y una familia y una escuela que guardan silencio", señala Victòria Camps. <br />
<br />
Ese caos, esa <b>falta de criterio </b>es lo que reciben estos adolescentes que <b>adelantan sus relaciones cada vez más - entre los 15,5 y los 17,9 años</b>, según el último informe Faros del hospital de Sant Joan de Déu-,que <b>en ocasiones se relacionan sin saber si es lo que quieren</b>. "Incluso tenemos muestras de un adelantamiento en las primeras experiencias homosexuales, mucho antes de que se defina su opción", indica la coordinadora del informe. "Reciben información fría y directa, desnuda completamente de afectividad, emociones, y que invita a actuar, a la actividad sexual pura y dura". Y la sexualidad incluye autoestima, frustración, convivencia en grupo, derecho a equivocarse. "Los adolescentes siempre están dispuestos a cambiar cosas si se les da espacio y un poco de ayuda", señala Rosa Ros.<br />
<br />
<h2>Pronto, muchos, sin saber por qué </h2><div class="p3"><b>EL INICIO DE LAS RELACIONES.</b> El último informe Faros del Hospital de Sant Joan de Déu sobre El adolescente y su entorno en el siglo XXI indica que, según varios estudios, la edad promedio de inicio de las relaciones sexuales es entre los 15,5 y los 17,9 años. En los últimos 50 años, la media de edad de la primera relación sexual se ha adelantado en España 5,6 años y el porcentaje de mujeres que ha tenido su primera relación sexual completa antes de los 16 se ha multiplicado por 12 y representa el 16,7% de la población juvenil. <br />
<br />
<b>NÚMERO DE ENCUENTROS.</b> El número de relaciones sexuales por mes entre los jóvenes españoles de entre 15 y 19 años es de 9 veces las chicas y de 8 los chicos, según un estudio del grupo Daphne. Según el informe Faros, es una cifra semejante a las que publican los países europeos - entre 7 y 10 veces lo más habitual-.Alrededor de un 66% de las chicas conserva su pareja más de seis meses, frente al 45% de los chicos. <br />
<br />
<b>LA FUERZA DEL ENTORNO.</b> El 29% de los adolescentes ha mantenido relaciones sexuales presionados por el entorno y un 24% acepta que había hecho algo que realmente no quería hacer. Un 33% reconoce que su sexualidad ha ido demasiado deprisa y no acorde con su desarrollo y madurez personal. El grupo, el alcohol, la baja percepción de riesgo facilitan las prácticas sexuales que en muchas ocasiones ni son buscadas.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-33819646813306863222011-03-20T05:38:00.000-07:002011-03-20T05:38:18.742-07:00La rehabilitación de los maltratadores domésticos<span class="textonegroT11"><span class="textonegroT11"><br />
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¿Por qué hay que tratar psicológicamente a los hombres violentos contra la pareja? Rehabilitar a los agresores de pareja es una necesidad ineludible en un programa integral de actuación contra la violencia de género. <div align="center" style="margin-bottom: 20px; margin-top: 20px;"><img alt="© Fotolia / Jason Stitt" border="0" src="http://www.investigacionyciencia.es/Fotos/ART64854_g.jpg" /></div><br />
El <b> tratamiento psicológico a los agresores domésticos</b> es, junto con otras actuaciones judiciales y sociales, una medida necesaria. Ahora bien, tratar a un agresor no significa considerarle no responsable. Es una falsa disyuntiva considerar al hombre violento como malo, en cuyo caso merece las medidas punitivas adecuadas, o como enfermo, necesitado entonces de un tratamiento médico o psiquiátrico.</span></span><br />
<span class="textonegroT11"><span class="textonegroT11"><br />
<b>Muchos hombres violentos <u>son responsables de sus conductas</u>, pero <u>presentan limitaciones psicológicas importantes</u> en el control de los<u> impulsos</u>, en el <u>abuso de alcohol</u>, en su <u>sistema de creencias</u>, en las <u>habilidades de comunicación y de solución de problemas</u>, en el <u>control de los celos</u>, etcétera.</b> </span></span><br />
<br />
<span class="textonegroT11"><span class="textonegroT11">Un tratamiento psicológico puede ser de utilidad para hacer frente a las limitaciones de estos agresores que, aun siendo responsables de sus actos, no cuentan, sin embargo, con las habilidades necesarias para resolver los problemas de pareja en la vida cotidiana.</span></span><br />
<span class="textonegroT11"><span class="textonegroT11"><br />
</span></span><br />
<span class="textonegroT11"><span class="textonegroT11">VER: </span></span><span class="textonegroT11"><span class="textonegroT11"><span class="textonegroT12">Mente, cerebro y sociedad - </span> <b><span class="textoazulT12">Violencia de género</span></b> Echeburúa, Enrique </span></span><br />
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<b><a class="azulT12" href=""><b>Revista Mente y cerebro: 40 -El poder de la cultura</b></a></b><span class="textonegroT11"><span class="textonegroT11"> </span></span><br />
<span class="textonegroT11"><span class="textonegroT11"></span></span><br />
<span class="textonegroT11"><span class="textonegroT11"><a href="http://www.investigacionyciencia.es/Digital/solo_articulo.asp?indice=3">http://www.investigacionyciencia.es/Digital/solo_articulo.asp?indice=3 </a></span></span><br />
<span class="textonegroT11"><span class="textonegroT11"><br />
</span></span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-15090118880860452011-03-20T05:29:00.000-07:002011-03-20T05:29:51.296-07:00La violencia: la otra cara de la empatía<h3 class="post-title entry-title"><a href="http://yganarelfuturo.blogspot.com/2011/03/la-violencia-la-otra-cara-de-la-empatia.html"></a> </h3><div class="post-header"></div><div class="post-body entry-content"><form action="productos.asp" method="POST" name="Producto0"></form><input name="unidades" type="hidden" value="1" /> <input name="precio" type="hidden" value="6,5" /> <input name="identificador" type="hidden" value="684" /> <input name="descripcion" type="hidden" value="Neurobiología de la lectura" /> <input name="portes" type="hidden" value="False" /> <input name="v" type="hidden" value="1" /> <input name="referencia" type="hidden" value="88703047" /> <input name="categoria" type="hidden" value="Revista Mente y cerebro" /> <input name="numero" type="hidden" value="47" /> <input name="tarifa" type="hidden" value="2" /> <br />
<div style="margin-bottom: 6px;"><span class="textoazulT12"><b>Revista <i>Mente y cerebro</i>: 47, marzo, 2011</b></span></div><table background="/imagenes/fondo6.gif" border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" style="width: 470px;"><tbody>
<tr><td align="left" colspan="2" height="6" valign="top" width="470"><img border="0" height="1" src="http://www.investigacionyciencia.es/imagenes/lineapuntos6.gif" width="470" /></td> </tr>
<tr> <td align="left" valign="top" width="235"><div style="margin-bottom: 8px; margin-left: 5px; margin-right: 7px;"><span class="textonegroT11"> <img alt="Artículo completo" border="0" height="15" src="http://www.investigacionyciencia.es/imagenes/acpdf.gif" width="14" /> <a class="negroT11" href="http://www.investigacionyciencia.es/Archivos/MYC_47_ALBIOL.pdf" target="PDF">La violencia: la otra cara de la empatía</a></span><br />
<br />
<span class="textonegroT11"><img alt="" border="0" height="12" src="http://www.investigacionyciencia.es/imagenes/msinfo.gif" width="9" /> <a class="negroT11" href="http://www.investigacionyciencia.es/Archivos/MYC_47_ALBIOL.pdf" target="PDF"><b>La violencia: la otra cara de la empatía</b></a> Moya Albiol, Luis<br />
<br />
<img alt="" border="0" height="1" src="http://www.investigacionyciencia.es/imagenes/lineapuntos6.gif" vspace="8" width="470" /><br />
La empatía y la violencia podrían compartir circuitos cerebrales. Tal particularidad abre caminos nuevos en la investigación para prevenir y tratar la conducta violenta en criminales y delincuentes.<br />
<br />
Ponerse en el lugar de los demás, en eso consiste la empatía. Para algunas personas resulta una tarea sencilla, casi innata. Para otras, representa un proceso complicado, un esfuerzo activo que no siempre se logra, mas no por ello resulta imposible. Por lo general, se puede aprender a ser empático, a mejorar dicha capacidad e incluso a interiorizarla. El «<b>cerebro empático</b>» entiende con mayor facilidad los sentimientos, las emociones y los pensamientos de otras personas. Tal habilidad depende de la educación recibida, de las experiencias vividas y del aprendizaje de vida de cada uno, aunque también influyen factores biológicos, como la disposición y conformación de las estructuras cerebrales, la acción de diversos neurotransmisores, la estimulación hormonal y, posiblemente, la carga genética. <b>Las mujeres, en general, se muestran más empáticas que los hombres.</b> Ello se debe, en parte, a la <b>exposición prenatal a las hormonas sexuales</b>, proceso que organiza el cerebro en un modo específico, conformándolo como masculino o femenino antes del nacimiento mediante la acción cerebral de los <b>andrógenos </b>y los<b> estrógenos</b>. <b>Dicha afirmación no significa que un hombre no pueda ser más empático que una mujer.</b> De hecho, muchos varones lo son; además, las diferencias dentro de un mismo género resultan siempre mayores que las que surgen al comparar hombres y mujeres. Mas, según las estadísticas, ellas son más empáticas que ellos.<br />
La empatía se conforma de dos componentes: uno de naturaleza cognitiva, otro de naturaleza emocional. El primero se relaciona con la capacidad de una persona para comprender y abstraer los procesos mentales de otro individuo. </span></div><div style="margin-bottom: 8px; margin-left: 5px; margin-right: 7px;"><span class="textonegroT11">El segundo se refiere al <b>acercamiento de un sujeto al estado emocional de otro</b>, así como a las reacciones que ello le provoca. A pesar de la dificultad de <b>evaluar la empatía</b>, se han elaborado escalas y cuestionarios para medirla. Uno de los instrumentos de medida más empleados es el <b>Índice de Reactividad Interpersonal (IRI)</b>, que evalúa la empatía desde una perspectiva amplia y en todas sus dimensiones, incluyendo <b>factores cognitivos </b>(toma de perspectiva y fantasía) y<b> emocionales</b> (preocupación empática y malestar personal).</span><span class="textonegroT11"> </span></div><div style="margin-bottom: 8px; margin-left: 5px; margin-right: 7px;"><span class="textonegroT11">sigue en el pdf. </span></div></td></tr>
</tbody></table></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-32820158350835291172011-03-16T13:17:00.000-07:002011-03-16T13:17:53.583-07:00Apoteosis de mujer 'velina'<h1 class="t1"></h1><h2 class="p1"> Cuando la piel cae o la grasa se concentra en los muslos, Eva se cree indigna de pasear por el paraíso </h2><div class="p2"> <strong>Artículos</strong> <span>|</span> 14/03/2011 - 00:31h </div><div class="autor"> <div class="a_left"> <img alt="Antoni Puigverd" src="http://img01.lavanguardia.es/2007/06/04/Antoni-Puigverd_54058423593_40_40.jpg" /> <div class="c1"> <a href="http://www.lavanguardia.es/20070604/54058423593/antoni-puigverd.html" title="Antoni Puigverd"> Antoni Puigverd </a> </div><div class="c2"> </div></div></div><div class="jstoolbar" style="position: relative;"> <form class="toolbarConfig" id="toolbarConfig"> <input id="formsUpOrDown" name="formsUpOrDown" type="hidden" value="down" /> <input id="formsRightOrLeft" name="formsRightOrLeft" type="hidden" value="right" /> <input id="componentUrl" name="componentUrl" type="hidden" value="http://www.lavanguardia.es/opinion/articulos/20110314/54126471240/apoteosis-de-mujer-velina.html" /> <input id="positionBottom" name="positionBottom" type="hidden" value="" /> <input id="positionLeft" name="positionLeft" type="hidden" value="" /> </form><div class="toolbar"><br />
</div></div><div class="colB"> </div>Al margen de la extravagante polémica sobre la tribuna femenina del Barça, en la pasada semana del 8 de marzo se ha hablado de los típicos temas que preocupan a las mujeres universitarias. De la no equiparación de los sueldos o del techo de cristal de las mujeres. Todo lo que hace referencia a la subordinación de la mujer se reclama con énfasis cada 8 de marzo. Pero la reflexión sobre el poder eclipsa otros aspectos no menos preocupantes de la condición femenina actual.<br />
<br />
Los asesinatos de mujeres causan ciertamente una gran inquietud. Las leyes del Estado han llegado al extremo de discriminar con penas más duras la violencia ejercida por los hombres, pero la alarma no ha servido para frenar a los bárbaros. Por fortuna –nos decimos– estamos lejos de la misoginia que avanza en otras latitudes: en México, matar a mujeres se ha convertido en un deporte. Por fortuna, estamos lejos de la tiranía masculina que soporta la mujer en los países musulmanes o en aquellas zonas de África en las que se practica la ablación. En Catalunya se va a prohibir el burka, y el otro día leímos que una ONG del Vallès ha conseguido, al parecer, erradicar la ablación de un territorio del Senegal. Somos muy sensibles a las problemáticas exóticas, pero nuestras vergüenzas de toda la vida siguen sin resolverse: no disminuye la cifra de mujeres muertas, y nuestras carreteras siguen llenas de jóvenes desvalidas en minifalda (la crisis no hace mella en el comercio carnal: seguimos siendo el prostíbulo de Europa).<br />
<br />
Cuando nos referimos a la problemática femenina siempre la vinculamos a los mecanismos de poder. Me pregunto por qué nunca la relacionamos con el claro progreso en nuestro entorno del modelo de mujer que en Italia han dado en llamar <b>velina</b>.<br />
<br />
Me refiero a las <b>chicas que predominan en televisión, cortadas por el patrón de la cirugía estética, armadas con formidables tacones, exhibidoras de vertiginosas curvas. Todas adoptan la identidad decorativa, aunque unas muestran, a la manera tradicional, <u>sonrisa perenne y esforzada simpatía</u></b>, mientras <b>otras exhiben, a la manera moderna, <u>agresividad de camorrista y lenguaje tabernario</u></b>. <u><b>Atraen por su belleza</b></u>,<b> pero nunca son protagonistas de nada, pues <u>su función es la de acompañar, alegrar, agradar, provocar o animar a los hombres que las contemplan</u></b>. ¡Curiosa paradoja! Discutimos hasta la saciedad sobre si hay que felicitar o condenar al Barça por su iniciativa de considerar a las socias reinas de la tribuna por un día, pero aceptamos sin rechistar el progreso de las velinas en los medios, creadores de pautas de conducta.<br />
<br />
Es verdad que, en determinados ámbitos universitarios y mediáticos, la mujer ha conquistado, si no el liderazgo, sí la razón moral. Es verdad: ya nadie se atreve a discutir las reivindicaciones del feminismo. Nadie se atreve a discutirlas, pero, como sucede en general con la retórica del politically correct, la cruda realidad enmienda sin descanso la <b>retórica feminista</b>. Si algún modelo de mujer progresa es el de la<b> mujer objeto</b>: moda, publicidad, medios e internet se alían para propagarla. No es extraño que la expresión haya perdido actualidad y suene a anacrónica o carca:<b> la mujer como objeto decorativo, como objeto de compra y de uso. La mujer como kleenex de usar y tirar.</b><br />
<br />
Dos mundos paralelos se reparten la condición femenina. En uno se discute hasta el <b>bizantinismo </b>(incluso sobre el machismo de la gramática). En otro, más popular, progresa la <b>visión de la mujer como figura decorativa</b>. Un tipo de mujer que puede, curiosamente, aparecer como muy liberada, pues su capacidad de seducción es enorme y su sexualización le concede un aparente poder sobre el macho.<br />
<br />
<b>La velina funde tradiciones</b>: de la <b>donna de los trovadores</b> a la <b>dómina de Sacher- Masoch</b>, de la <b>prostituta de arrabal </b>a la <b>coqueta de los escenarios burgueses</b>. El supuesto poder sexual que este modelo de mujer encarna permite sublimar el <b>mito de Eva corruptora</b>, origen de todos los pecados. Puesto que en nuestra sociedad <b>nada tiene más prestigio que lo que antes se llamaba pecado</b> <b>(sinónimo ahora de placer)</b>, la que en el mundo tradicional era causa de la expulsión del Edén cree ser ahora una <b>Eva triunfante</b>. <b><u>Cierto feminismo se funde aquí con el velismo.</u></b><br />
<br />
La belleza de la nueva Eva liberadora se degrada con el tiempo. Su atractivo se deforma, su apariencia se arruga. Ha roto las viejas contenciones carcas y se ha liberado gracias al feminismo de la pose sumisa, pero las esclavitudes a las que se somete le causan un dolor indecible, aunque silencioso. <b>La mujer contemporánea se ha liberado de viejos límites y represiones, pero ha sido atrapada por la tiranía del espejo</b>. Tiene que supeditarse al imperio de la belleza, al canon de las medidas. Cuando su papel decorativo flaquea, cuando el atractivo mengua, Eva, para no ser expulsada del Edén, combate desesperadamente contra el tiempo y la genética. Ya nadie se atreve a culparla, como en la versión tradicional, de los males de la humanidad. Ahora es ella la que se cree culpable. Cuando la piel cae o la grasa se concentra en los muslos, se cree indigna de pasear por las pasarelas del paraíso.<br />
<br />
No le queda más remedio, me dice una amiga cáustica, que esperar a que al macho le pase tres cuartos de lo mismo. <b>También el hombre metrosexual, e incluso el clásico cachas, empieza a ser víctima de la tiranía del espejo.</b>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-7251230265026198062011-02-26T11:17:00.000-08:002011-02-26T11:37:48.549-08:00Hombres solos<div style="color: black; font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: large;">Habitaciones separadas</span><span style="font-size: large;"><br />
<br />
Está solo. Para seguir camino <br />
se muestra despegado de las cosas. <br />
No lleva provisiones.<br />
<br />
Cuando pasan los días <br />
y al final de la tarde piensa en lo sucedido, <br />
tan sólo le conmueve <br />
ese acierto imprevisto <br />
del que pudo vivir la propia vida <br />
en el seguro azar de su conciencia, <br />
así, naturalmente, sin deudas ni banderas.<br />
<br />
Una vez dijo amor. <br />
Se poblaron sus labios de ceniza.<br />
<br />
Dijo también mañana <br />
con los ojos negados al presente <br />
y sólo tuvo sombras que apretar en la mano, <br />
fantasmas como saldo, <br />
un camino de nubes.<br />
<br />
Soledad, libertad, <br />
dos palabras que suelen apoyarse <br />
en los hombros heridos del viajero.<br />
<br />
De todo se hace cargo, de nada se convence. <br />
Sus huellas tienen hoy la quemadura <br />
de los sueños vacíos.<br />
<br />
No quiere renunciar. Para seguir camino <br />
acepta que la vida se refugie <br />
en una habitación que no es la suya. <br />
La luz se queda siempre detrás de una ventana. <br />
Al otro lado de la puerta <br />
suele escuchar los pasos de la noche.<br />
<br />
Sabe que le resulta necesario <br />
aprender a vivir en otra edad, <br />
en otro amor, <br />
en otro tiempo.<br />
<br />
Tiempo de habitaciones separadas.</span></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6908079967411489014.post-16290705529238019832011-02-26T11:06:00.000-08:002011-02-26T11:06:04.231-08:00Hombres tristesFuente: <a href="http://alcazarquivir2009.multiply.com/journal/item/6730">http://alcazarquivir2009.multiply.com/journal/item/6730 </a><br />
<br />
La tristeza del mar cabe en un vaso de agua<br />
<br />
Los hombres tristes,<br />
que tienen en sus ojos un café de provincias,<br />
que no saben mentir como quien dice,<br />
que se esconden detrás de los periódicos,<br />
que se quedan sentados en su silla<br />
cuando la fiesta baila,<br />
que gastan por zapatos una tarde de lluvia,<br />
que saludan con miedo,<br />
que de pronto una noche se deshacen,<br />
que cantan perseguidos por la risa,<br />
que abrazan, que importunan hasta quedarse solos,<br />
que retornan después a su tristeza<br />
igual que a su pañuelo y a su vaso de agua,<br />
que ven cómo se alejan las novias y los barcos,<br />
esos hombres manchados por las últimas horas<br />
de la ocasión perdida,<br />
me recuerdan a mí.<br />
<br />
<em><br />
Luis García Montero</em>Unknownnoreply@blogger.com0