jueves, 26 de marzo de 2009

Marruecos anuncia el fin de toda tolerancia con la homosexualidad

El Ministerio del Interior amenaza a la prensa que hace "apología" de los gays

IGNACIO CEMBRERO - EL PAÍS Madrid - 24/03/2009

"Nos hemos casado rezando la fatiha y ésta es nuestra historia de amor". El titular en rojo barre toda la portada de la revista Al Michaal, de Casablanca, en la que aparecen dos hombres con la cara tapada.

El relato en una revista de la boda entre dos hombres irrita al Gobierno

En las páginas interiores una pareja de homosexuales marroquíes narra su boda, que empieza como la de otras muchas de personas humildes en Marruecos, pronunciando la oración que precede la lectura del Corán. Aunque sean heterosexuales esas uniones carecen de valor legal, pero son muy comunes.

Pese a que Al Michaal apenas vende 6.000 ejemplares, esa portada ha hecho perder la paciencia a las autoridades marroquíes, a las que ya irritaban otros artículos. El semanario Tel Quel entrevistó, por ejemplo, a Samir Bargachi, un marroquí que desde España anima a Kifkif (De Igual a Igual), una asociación de apoyo a los gays de su país que nació tras la detención de 43 homosexuales que celebraban un cumpleaños, en Tetuán en 2004.

El Ministerio del Interior marroquí publicó, el pasado fin de semana, un comunicado en el que constata "que surgen voces, a través de los medios de comunicación, que intentan hacer la apología de comportamientos innobles que constituyen una provocación para la opinión pública nacional y no tienen en cuenta los valores morales y doctrinales de nuestra sociedad".

A continuación anuncia su "firme determinación a hacer frente, en el marco de las leyes en vigor, a todas las actuaciones contrarias a nuestros valores (...) religiosos o morales".

La homosexualidad está penada en Marruecos con entre seis meses y tres años de cárcel, pero los tribunales no suelen condenar por este "delito". La policía sí detiene periódicamente a gays con la aparente intención de amedrentarles. Este mes puso siete controles en el acceso a la popular romería de Sidi Ali Ben Hamdouch, cerca de Mequinez, para apresar a participantes con "aspecto homosexual", según denunció Kifkif. En total, detuvo a unos 25 a los que aparcó en una escuela mientras se celebraba la fiesta.

Mientras algunas publicaciones se muestran indulgentes con los gays marroquíes que intentan salir de la clandestinidad, el grueso de la prensa pide mano dura con los "pervertidos". Los más virulentos son los diarios At Tajdid, afín al islamista Partido de la Justicia y del Desarrollo, y Al Massae, el periódico de más difusión.

Injerencia española

El embajador de España en Rabat, Luis Planas, acabó incluso envuelto en la polémica después de que se fotografiase con el marroquí Bargachi y con Paco Ramírez, secretario de Colegas, una asociación española de gays y lesbianas. Ambos efectuaron hace un mes una gira por Marruecos "para tratar de hacer evolucionar las mentalidades", pero la reunión en la Embajada fue tachada por Al Massae de "inaceptable intromisión" española. "Injerencia española", tituló en portada el diario Le Soir, que pertenece a la misma empresa.

Bargachi, el coordinador de Kifkif, cree que Interior se ha visto empujado a sacar su comunicado por la campaña de estos diarios y la que se dispone a lanzar la formación islamista en vísperas de las elecciones municipales de principios de junio.

Pero Bargachi también "ve un lado positivo" en la nota difundida por Interior. "Leyéndola entre líneas deja claro que la lucha que anuncia contra esa supuesta deriva moral incumbe a los poderes públicos" y no a los espontáneos que están surgiendo.

Por delicada que resulte, la situación de los homosexuales en Marruecos es mejor que la que padecen en otros países árabes como Egipto, Arabia Saudí o Yemen.

¿La mujer aporta un estilo de liderazgo más cauto, ético y transversal frente a los modelos masculinos?



La canciller de Alemania, Angela Merkel, una de las mujeres más poderosas de Europa

La canciller de Alemania, Angela Merkel, una de las mujeres más poderosas de Europa


Nos falta liderazgo femenino

La crisis saca a la luz las carencias de las empresas dirigidas sólo por hombres - La mujer aporta un estilo más cauto, ético y transversal frente al modelo autocrático

CRISTINA GALINDO EL PAÍS 25/03/2009


Las firmas con más de tres directivas son más rentables, según Catalyst

Ruth Sealy: "Ellas saben motivar más y mejor; ellos son más autocráticos"

La cualidad de mujer no puede servir para criticar más ni para eludir las críticas

Trinidad Jiménez cree que Chacón ha sido más criticada por ser mujer

Lamia Walker: "AIG, Lehman Brothers... ¡Todas gestionadas por hombres!"

Celia de Anca aboga por primar la cualidad frente al sexo

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Islandia ha puesto a dos mujeres al frente de los grandes bancos nacionalizados por la crisis. Otra mujer se ha hecho cargo del Gobierno de Reikiavik después de que el anterior primer ministro dimitiera por las turbulencias financieras que han llevado a la bancarrota al país. Cada vez son más los que piensan que la economía y la política funcionarían mejor con más mujeres al mando. Hasta en el Foro Económico Mundial de Davos se llegó a esa conclusión, que Nicholas Kristof, columnista de The New York Times, resumió de forma ingeniosa: a Lehman Brothers, uno de los bancos caídos, quizás le habría ido mejor como Lehman Brothers... and Sisters.

Nadie puede saber qué habría pasado si más hermanas hubiesen dirigido este banco de inversión, pero los expertos, y cada vez un mayor número de estudios, respaldan las ventajas de tener a más mujeres en los consejos de administración ante los fallos cometidos por los capos del sistema financiero y sus reguladores.

Una de las grandes críticas que se ha hecho a los bancos y a las grandes compañías que cayeron en los noventa, como Enron y WorldCom, es que sus equipos de dirección eran excesivamente homogéneos: hombres blancos, de entre 55 y 65 años, de clase media, del mismo origen, mismas escuelas...

"A partir de 2003, existe cierto consenso en torno a la idea de que una mayor diversidad en los consejos lleva a un mejor gobierno, porque se toman mejores decisiones y se innova más", asegura Ruth Sealy, experta de la Escuela de Negocios de la Universidad de Cranfield (Reino Unido), que en un reciente informe afirmaba que más ejecutivas deberían tomar las riendas de los bancos y compañías en crisis.

La rentabilidad de las compañías que tienen a tres o más directivas en la cúpula es cinco puntos porcentuales superior a la media, según un estudio que Catalyst, una organización sin ánimo de lucro dedicada a promover el liderazgo femenino, realiza tomando como referencia las 500 primeras empresas de la clasificación Fortune. No sólo en la empresa. Más políticas deberían gobernar, según una de las conclusiones del reciente Coloquio Internacional de Liderazgo Femenino organizado en Liberia el 7 y 8 de marzo.

Poco después de que Elín Sigfúsdóttir y Birna Einarsdóttir se colocaran al frente de los dos bancos islandeses quebrados, un portavoz del Gobierno de ese país dijo: "Es lo típico, los hombres han provocado el caos y las mujeres tienen que limpiar todo ese desastre". Tópicos como éste aparte, ¿existen diferencias de verdad entre hombres y mujeres a la hora de gestionar una empresa o gobernar un país? Las hay, sobre todo de estilo.

"Por lo general, las mujeres son más conscientes del riesgo; ponen la ética, la responsabilidad social y el gobierno corporativo por encima de otros valores en su agenda y, a la hora de tomar decisiones, usan tanto sus habilidades racionales como emocionales", afirma Halla Tómasdóttir, presidenta ejecutiva de la firma de inversión fundada por mujeres Audur Capital (presume de haber dado beneficios en 2008, su primer año de vida, a pesar de la crisis), y una de las portavoces de la nueva corriente a favor de que las mujeres ocupen puestos clave de liderazgo en Islandia. "No digo que un mundo exclusivamente femenino sea mejor que uno masculino, sino que estoy convencida de que es necesario un mayor equilibro de género si queremos construir un mundo de los negocios más sostenible", opina desde Reikiavik.

"Entre los sexos hay diferencias de estilo, más que de preparación", afirma Ruth Sealy, la experta de Cranfield. "Hay investigaciones que muestran que, de alguna forma, las mujeres se encuentran más cómodas usando un modelo de liderazgo llamado transformacional, lo cual implica saber motivar más y mejor, saberse ganar la confianza de la gente y animar a sus subordinados a desarrollar su potencial", añade. En cambio, los hombres suelen encajar con el estilo tradicional, más autocrático, y muy basado en recompensar el cumplimiento de objetivos y castigar su incumplimiento.

"No todos somos iguales. No se puede generalizar. Hay algunas mujeres más agresivas y directas que algunos hombres, y al revés", puntualiza Celia de Anca, directora del Centro de Diversidad de IE Business School en Madrid, que no puede evitar poner como ejemplo a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, conocida como La dama de hierro. "Su estilo puede estar considerado como un estilo de dirección masculino, mientras que al femenino se le atribuye otra sensibilidad; pero hay hombres más sensibles y mujeres más duras", explica De Anca.

Una de las dirigentes europeas más poderosas es Angela Merkel. La canciller alemana ha conseguido liderar una compleja gran coalición de partidos durante casi cuatro años, cuando muchos dudaban, a finales de 2005, que durara ni dos. A esta altura de legislatura, se le pueden achacar mil defectos en su forma de gobernar, pero nadie le niega cierta capacidad para el diálogo. Los expertos aseguran que Merkel es flexible y sabe dar marcha atrás cuando es necesario, algo que claramente la distingue de su antecesor, Gerhard Schöder. Ella ha sido, precisamente, la impulsora de una nueva carta de gobernanza mundial para abordar la crisis bajo nuevos pilares y principios.

De Europa a África. Ellen Johnson-Sirleaf se convirtió hace tres años en la primera jefa de Estado del continente. Tras 14 años de una guerra civil devastadora, el país que preside, Liberia, necesita aún muchos cambios, pero ella ha conseguido mejorar su imagen internacional y que algunos inversores extranjeros empiecen a llevar sus negocios. "Su liderazgo es diferente del de otros africanos", explica Winnie Imanyara, directiva del banco keniano Equity Bank, que asistió al Coloquio Internacional de Liderazgo Femenino celebrado en Monrovia. "Lo que importa para ella es lo que hace, no lo que dice. La mayoría de los presidentes africanos quieren ser juzgados por lo que dicen, aunque muchas veces no lo cumplan", opina. "Las mujeres quieren poder para tener influencia, no para conseguir más poder; negocian, no fuerzan; sienten que han triunfado cuando todos están de acuerdo y creen que sus decisiones son justas", asegura Inmanyara, una de las ejecutivas más respetadas de África.

Tener a una mujer al frente, por supuesto, no es garantía de éxito, pero su fracaso genera el debate sobre si recibe más críticas por ser mujer. Un posible ejemplo es el de Carly Fiorina, que durante seis años fue la mujer más poderosa del universo empresarial hasta que la cúpula del fabricante de ordenadores HP puso su cabeza en bandeja por diferencias con el consejo de administración. Durante su mandato, la compañía perdió el liderazgo a favor de Dell.

"Como hay poquísimas mujeres en los primeros puestos, son más visibles, y se suele ser más crítico con ellas", opina desde Londres Lamia Walker, directora del Centro para las Mujeres en los Negocios. "Si nos fijamos en compañías que han caído en esta crisis, como Lehman Brothers, Royal Bank of Scotland, Standford, Madoff, AIG... ¡Todas estaban gestionadas por hombres!".

Una de las políticas más visibles en España es, especialmente esta semana, la ministra de Defensa, Carme Chacón, que ha sido muy criticada tras el anuncio de la retirada de las tropas de Kosovo. Tras algunas de esas críticas, la secretaria de Estado para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, aprecia cierto componente machista. "La crítica política es legítima y yo no pienso que por ser mujer no se pueda ser objeto de críticas, pero en este asunto ha habido algunos comentarios de carácter personal que creo que son irrespetuosos", afirma en una entrevista telefónica. "A veces se habla de la ministra como 'esa chica', o se recuerdan una y otra vez temas relacionados con su maternidad, etcétera. Son comentarios que sobrepasan la crítica política", añade.

"Cualquier dirigente político está sometido a crítica", respondía ayer por la mañana la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, en una conferencia de prensa. Por la mañana, Carmen Silva, portavoz del PSOE en el Senado, declaró a RNE que no compartía las críticas que se habían hecho a Chacón, pero que no le parecían machistas. Y es que la condición de mujer no puede servir para exacerbar las críticas, como tampoco para eludirlas.

"A las mujeres se nos mira con lupa", afirma Eva Levy, que acaba de ser fichada por la consultora ExcellentSearch para poner en marcha una división especializada en la captación de mujeres para ocupar puestos en los consejos de administración. "Cuando una ministra se equivoca, se arma, pero también hay críticas cuando se equivoca un ministro", puntualiza Levy.

"Si se nos critica, si se pone en tela de juicio nuestra preparación o nuestros méritos para ocupar un cargo, tenemos que aprender a luchar contra ello", afirma. Levy considera que por primera vez, gracias a esta crisis económica, se está viendo que existe una correlación entre las mujeres en la alta dirección y los mejores resultados de las empresas. "Somos más realistas y ponderamos mucho las decisiones", afirma.

Como ha dicho la que en su día fue la primera gobernadora de New Hampshire, Jeanne Shaheen, en la actualidad directora del Instituto de Políticas de Harvard, "las mujeres tienden a preocuparse menos por quién se lleva el mérito y más por resolver el problema". No es que los hombres no resuelvan problemas, sino que la mayoría se asegura de que todo el mundo sepa quién lo solucionó.

"No es tan sencillo", discrepa Celia de Anca. "No basta con decir: quiero que la mitad de los directivos sean mujeres; sino que hay que saber qué perfil queremos y buscar al mejor o la mejor de los candidatos", afirma. "Primero la cualidad, y luego la persona", añade. La experta recuerda cómo los departamentos de recursos humanos se llenaron de mujeres hace unos años porque se suponía que comprendían mejor a los empleados, que eran más sensibles. "Hay que tener cuidado, porque no debemos limitar a las mujeres, tienen que estar en todas partes", opina.

Casi todos los expertos coinciden en que hay valores que tienden a ser más generales en las mujeres. "Sobre todo en América Latina, donde las responsabilidades familiares están muy presentes y, aunque no se puede generalizar, las mujeres suelen ser más tolerantes y se centran en conciliar diferentes puntos de vista; además, como nos toca competir en condiciones adversas, nos exigimos mucho más", explica en conversación telefónica desde Caracas María Corina Machado, directora de la asociación civil venezolana Súmate e integrante del grupo de jóvenes líderes de Davos.

Las investigaciones sobre las diferencias entre hombres y mujeres como gestores y líderes no están al margen, por supuesto, de la biología. Un estudio de la Universidad de Cambridge concluyó que los altos niveles de testosterona por la mañana en los agentes de Bolsa están asociados con una jornada de suculentas ganancias. A niveles más altos de testosterona, más riesgos se corren. A veces, correr riesgos es bueno, pero no si el broker acaba tirándose a la piscina de forma irracional: acaba perdiendo hasta la camisa.

¿Se podría haber frenado la peor crisis financiera desde la Gran Depresión con más estrógenos? Según los médicos, la hormona llamada oxitocina (parece que las mujeres producen mucha más que los hombres) hace que las mujeres suelan reaccionar de forma más cautelosa y evalúen los riesgos. Quizás ésa fue la fuente de inspiración de Meredith Whitney, a analista de la banca que, como comentó Thomas L. Friedman en uno de sus artículos en este periódico, se ha hecho famosa porque vaticinó la crisis de Citigroup mucho antes de que lo hicieran otros.

"Para que un equipo pueda desarrollar su máximo potencial es mejor que esté formado en un 50% por hombres y en un 50% por mujeres, independientemente de si el máximo dirigente del grupo es un hombre o una mujer", recomienda Lamia Walker, que basa su afirmación en un estudio realizado en empresas de más de 17 países de Europa. "Creemos que ningún país ni ninguna empresa pueden alcanzar todo su potencial sin contar con más mujeres", afirmaba Diane White, consultora de Calvert, una firma de inversión, ante cientos de mujeres en el foro de mujeres celebrado en Monrovia. Whyte, nacida en Liberia y residente en Estados Unidos, era tajante: "Cuando excluyes a las mujeres, lo acabas pagando".


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martes, 17 de marzo de 2009

Identidades femeninas fraudulentas: mujeres que lo superan todo, féminas tradicionales modernizadas que consiguen vivir sin conflictos, ni renuncias


Cómo la cultura retrata el universo femenino

Se buscan mujeres de EXCEPCIÓN

Los modelos femeninos que propone el mercado cultural se alejan de la mujer contemporánea y recuperan patrones del pasado

NÚRIA ESCUR - Barcelona - LA VANGUARDIA 13/03/2009

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CARENCIA DE REALIDAD "Faltan referentes actuales, mujeres que ante el imperativo de llegar a todo', deciden"

Basta con escoger algunos de los últimos productos culturales y analizar qué tipo de mujer nos proponen. La película recién estrenada, el libro acabado de publicar, trabajos musicales de última factura, un estreno teatral. Sus protagonistas femeninas nos parecen fascinantes. Pero ¿tienen mucho que ver con las mujeres de hoy que usted conoce? ¿Son tan innovadoras como los personajes de Stephenie Meyer, tan intrigantes como los que encarna Kate Winslet, tan heroicas como Elisabeth Eidenbenz en su Maternidad,tan interesantes como Amélie Nothomb, tan glamurosas como Françoise Hardy? ¿Tienen capacidad para decidir su futuro libremente? ¿Incluso para romper con todo? El décalage entre la ficción y la realidad puede ser un acicate, pero también una frustración. Neus Arqués, traductora y licenciada en Ciencias Políticas, autora en su momento de Un hombre de pago, lamenta que el mercado cultural todavía reproduzca "el modelo princesa que pierde el zapato y es rescatada por un - aparente-príncipe". Arqués echa en falta representaciones de mujeres contemporáneas. "Mujeres con aspiraciones y angustias que, ante el imperativo de llegar a todo,deciden, por sí mismas, a qué y dónde quieren llegar. Las mujeres de hoy ni siquiera en la ficción somos más visibles".

Ellas son las consumidoras culturales por excelencia (75,30% de lectoras en Catalunya, por ejemplo, contra un 72,70% de lectores masculinos, según el Departament de Cultura), pero el mercado cultural no les ofrece un espejo de sus vidas.

La mayoría toma por protagonistas mujeres de los años cuarenta, cincuenta y sesenta. Lo que más incomoda a la autora de Una mujer como tú es que perpetúen la imagen idealizada de una fémi-a a la que, además de todos los atributos tradicionales posibles, le suman las nuevas competencias profesionales. "Y lo mejor es que, en el retrato final, ¡la pintan sin que haya conflicto ni haga falta renuncia! ¡Como si todas pudiésemos llegar a todo! Para rematar, el prototipo cultural imagina sólo un final feliz. Tal vez haya otros, ¿no?", pregunta Arques.

Rosa Galindo, actriz y cantante, es la protagonista de La maternitat d'Elna. Su versión teatral tuvo buen recibimiento, lo que ha obligado al Club Capítol a ampliar los días de representación hasta el domingo 15 de marzo. La obra da vida a la heroica Elisabeth Eidenbenz que en su maternidad, impulsada por movimientos sociales suizos, ofreció a centenares de niños y sus madres una opción distinta de la realidad más devastadora. "En los personajes y voces que represento en este montaje hay algo común que me gusta: la lucha por la vida, la capacidad de supervivencia, la de trabajar en equipo, la compasión, la ternura. Y por encima de todo, y lo más fantástico: es una historia de mujeres valientes".

Pero no siempre los personajes son así de agradecidos, mantiene Galindo. "Cuando la obra de arte refleja la visión del autor, entonces la diversidad y la creatividad están garantizadas. Pero cuando la cultura responde -y es lo más común- a criterios económicos de venta y producción -no a los impulsos o la necesidad de comunicar-, entonces es cuando nos topamos con una mujer plastificada, eternamente joven, objeto de deseo, delgada como una escoba...", explica Galindo. "¡Peligroso, muy peligroso. Porque a la larga este producto de consumo puede generar una profunda insatisfacción y una necesidad compulsiva en la gente! No ocurre siempre, pero es lo que la mayoría compra".

LA TRAMPA

"Generamos tipos de mujer que lo superan todo. Es un engaño", explica Nothomb


Amélie Nothomb, nacida en Japón en 1957, hija de diplomáticos belgas, se ha convertido otra vez en material de su propia escritura en Ni de Eva ni de Adán (Anagrama/Empuñes), un análisis atrevido sobre su relación con su amor oriental. A falta de definición, a Amélie Nothomb la llaman gótica, incisiva, descarnada. Y, ciertamente, el último libro que presentó en Barcelona es así. Cree que "desde la cultura generamos prototipos de mujer que lo superan todo. Eso es un engaño. Y le hacemos un mal favor a la población", apunta. Deberíamos empezar, insiste, a presentar modelos más reales de mujeres. Vivas, no muertas. A saber: mujeres que reconocen su quiebra humana y que no siempre están en disposición de decidir".»


Adolescentes vampíricas

Author Stephenie Meyer
Stephenie Meyer. Es la autora de moda entre adolescentes. En la obra de Stephenie Meyer (EE.UU., 1973), Bella, la pálida y dulce protagonista, se enamora de un vampiro mientras tiene por mejor amigo un licántropo. ¡Como en los mejores tiempos del vampirismo en Transilvania!


Vuelve el mito
Françoise Hardy Glasses
Francoise Hardy. Hardy, la chi­ca del pop fran­cés, resurge con su autobiografía Le désespoír des singes... (Ed. Robert Laffont). Pero ya no es la chica de Dutronc ("Tous les garçons et les filles de mon âge..."). Es una mujer de 65 años que nos recuerda su es­plendor pasado.


domingo, 1 de marzo de 2009

Hermann Hesse. Cómo aprender a volar

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MANUEL VICENT EL PAÍS 28/02/2009

Este escritor flaco, de ojos azules ardientes y pelo claro, tímido y recio a la vez, se convirtió en un referente literario al que se han agarrado sucesivamente muchos jóvenes para iniciarse en el vuelo contra los valores de una moral burguesa devastada

Hermann Hesse nació el 2 de julio de 1877 en Calw-Württemberg, pequeño lugar de la Suabia, hijo primogénito de un misionero báltico y de una madre, que era hija a su vez de otro misionero en la India, famoso lingüista y erudito. Amamantado en un hogar de pietistas fanáticos, el niño llegó a la adolescencia aplastado por la Biblia. Recibió la primera enseñanza en la escuela misional y en ella los salmos, el órgano y las plegarias constituían su principal sustento, al que se unían las correrías por la pradera donde hablaba con los pájaros, las zambullidas en el lago durante el verano, la verdad aprendida en los duendes del bosque y la amistad con el zapatero, el carnicero y otros sencillos menestrales del pueblo.

Desde el primer momento hasta el final de sus días, luchó para elegir la clase de ungüento con el que quería ser consagrado

Nunca olvidaría el esfuerzo que tuvo que realizar para liberarse de las propias ataduras; entre ellas, el nudo de la soga con la que intentó ahorcarse

Estas excursiones eran su única escapatoria con la que el niño llenaba la imaginación más allá de la férrea educación religiosa a la que estaba sometido. Entre la naturaleza virgen, apenas hollada, y el látigo de la conciencia transcurrieron sus primeros años. La vitalidad del muchacho pronto entró en conflicto con la vida oscura de su familia, que lo había destinado a la iglesia para ser ungido por el Señor; pero, desde el primer momento hasta el final de sus días, Hermann Hesse luchó para elegir la clase de ungüento con el que quería ser consagrado. "Samuel ungió rey a David, pero el óleo no puede convertirme a mí en rey".

Pese a todo, no pudo evitar la inercia clerical de sus padres. Tuvo que estudiar latín, griego, gramática y estilística para preparar el examen de estado de Württemberg con el que podía acceder a la formación gratuita como teólogo evangélico en el seminario de Tubinga. Hermann Hesse fue un pálido adolescente enclaustrado que, entre los húmedos paredones de Maulbronn, no hacía sino recordar la libertad que gozó en su niñez entre los álamos negros y los alisos del lago, el silencio de la nieve en los abetos, la magia de los juegos en la plazuela con otros compañeros, el conocimiento de los animales, las plantas y las estrellas. Después de un largo tiempo de encierro tomó la determinación de huir. Un día saltó la tapia del seminario y volvió a casa con un pequeño equipaje en el que ya no estaba incluida la Biblia, y cuando este adolescente levítico se creía libre, empezó la tortura. Hermann Hesse quería ser escritor o nada, pero esa elección no se alcanza impunemente. Los padres internaron al muchacho en un centro religioso de curación en Bad Boll y, en vista de que no sanaba de sus sueños, lo llevaron ante el afamado exorcista Blumhardt para que le sacara el demonio del cuerpo, como había hecho con otros posesos de la comarca. En medio de ese rito, lejos de echar espuma por la boca, el muchacho imaginaba la rama de abeto iluminada por el sol del verano de donde su cuerpo endemoniado pendería entre el canto de los pájaros o se veía ahogado en el seno del lago cuyas aguas en los días felices de vacaciones habían recibido gloriosamente sus alegres zambullidas coreadas por los gritos de felicidad de sus compañeros. Después de un intento de suicidio, sus padres lo pusieron en manos de un psiquiatra en una clínica de Steten, y la tortura siguió hasta que el joven encontró la salvación por sí mismo en la rebeldía.

No sería ungido por Dios, pero sería relojero, bibliotecario o librero, oficios que, bien mirado, también podían ser divinos. Tímido y enamoradizo siempre frustrado, Hermann Hesse comenzó a construirse por sí mismo a través de las lecturas de Heine y de Goethe hasta romper finalmente en poeta. Mientras trabajaba en una fábrica de relojes de Calw o hacía el aprendizaje en una librería de Tubinga o de Basilea, soñaba con saltar ahora la propia tapia y fugarse a Brasil, pero comenzó a escribir poemas, cuentos y novelas como otra forma de huir hacia dentro. Después viajó a Italia, se casó con María Bernoulli y convivió con ella en una casa campesina en Constanza junto al lago. De esa existencia libre en medio de la naturaleza extrajo la parte esencial de su literatura con el culto a los cinco sentidos. El hombre no está aquí para alcanzar la verdad. A este mundo se ha venido sólo a gozar y a sufrir, de modo que la formación del espíritu consiste en elegir los goces más sutiles y combatir los sufrimientos como una frontera. La libertad, el anti-intelectualismo, la sensualidad poética y la salida siempre irónica del escepticismo fueron sus conquistas literarias, y ante la hecatombe bélica que se avecinaba en Alemania en el año 14, Hermann Hesse adoptó también la rebeldía del pacifismo contra el espíritu belicista de sus paisanos.

Muchos adolescentes quemados por un ascua interior, que se enfrentaron al horizonte de escombros de la Europa asolada por la Gran Guerra, descubrieron a Hermann Hesse y lo adoptaron como guía espiritual. Desde entonces, este escritor flaco, de delicada estructura ósea, de ojos azules ardientes y pelo claro, tímido y recio a la vez, con una tensión de ave de presa en el rostro, se convirtió en un referente literario al que se han agarrado sucesivamente muchos jóvenes para iniciarse en el vuelo contra los valores de una moral burguesa también devastada.

En los años sesenta del siglo pasado, cuando los hippies inauguraron diversas rutas hacia los lugares iniciáticos de planeta, en su morral de apache, junto al pequeño alijo de marihuana, llevaban alguno de estos tres libros inevitables, Demian, Siddharta o El lobo estepario, muy manoseados por los vistas de aduanas, en los que Hermann Hesse daba las pautas para sobrevolar toda clase de ruinas sin excluir las que cualquiera lleva en el corazón. Por su parte, este escritor nunca olvidaría el esfuerzo que tuvo que realizar para liberarse de las propias ataduras; entre ellas, el nudo de la soga con la que intentó ahorcarse.

Viajó a la India, tal vez en busca de una nueva espiritualidad, tal vez para liberarse del doloroso vínculo con sus padres. De esos viajes no se trajo ninguna experiencia que no encontrara en el lago Constanza, una fuerza interior que le serviría para sobrellevar la esquizofrenia de su mujer, la grave enfermedad de uno de sus hijos, otros amores perdidos y el rechazo con que el patriotismo alemán quiso vengar su posición crítica ante la maldad de las guerras. Fue censurado. Su nombre desapareció de los periódicos. Escribió con seudónimo. Adoptó la nacionalidad suiza. Se estableció en Montagnola, condado de Tesino, y en su arduo combate por la libertad de espíritu se derrumbó algunas veces, de cuyo cataclismo nervioso lo sacó el doctor Lang, discípulo de Jung, y la amistad con Thomas Mann, con el que trabó una extensa correspondencia. Durante el nazismo, sus libros ardieron en una plaza de Berlín atizados por la Gestapo, pero al final de la II Guerra Mundial fue coronado por el premio Goethe y con el Nobel. Hermann Hesse murió en 1962 en Montagnola y allí está enterrado. Hasta allí acuden en peregrinación todos los lectores que en las páginas de sus libros aprendieron a volar.

Se ha dicho que Hermann Hesse fue viejo en la juventud y joven en su vejez. He aquí sus lecciones de iniciación: librarse de cualquier vínculo con los afectos dolorosos, disolverse en la ilusión del nihilismo, ser el creador de la propia alma, sintetizar en ella todas las fuerzas opuestas, absorber la magia de la naturaleza más allá de todas las patrias, agarrarse a un asa de viento para alcanzar todo aquello que deseábamos ser cuando, al salir de la adolescencia, le leíamos en verano tumbados en una hamaca a la sombra de los álamos. ¿Quién no ha soñado alguna vez con ser como él un lobo estepario?